jueves, 31 de julio de 2014

#TARDES A PIE DE NEVERA (y van dos): INSPIRAL CARPETS_2014





Con la puerta del combi abierta de par en par, y la inmensidad de la llanura Manchega ante nuestros todavía ensangrentados ojos. Me he dado una garfada de rocío matinal y una ducha de relente refrescante. El único momento en el que calor de sangre fría se deja acariciar; aun medio tontorrón legañoso y un poco manso. A partir de las nueve ya empieza a gruñir a morder, y es imposible.
He recién conocido a un viejo cantante de orquesta, con el que me desvelo y charramos un rato hasta que el rabioso sol se incorpora para mordernos los brillos. Me dice que cantaba en una orquesta llamada Oasis ya disuelta, pero que alguna noche se envalentona ante un público más distante, desconocido y menos exigente; el de la nevera. Que estaba harto de que todo su pueblo lo parase por la calle, y que un buen día decidió abandonar mujer e hijos en busca del anonimato.

Allí sentados con las piernas colgando sobre el embellecedor de las patas del engendro frigorífico, nos quedamos mudos escuchando el silencio, los respingos de quien duerme, y algún imprudente que habla en sueños. Él me cuenta su vida de noches infinitas, de extenuantes jornadas y de famoseo bizarro, y yo lo escucho en silencio. Allí donde se encuentra lo pasado y lo contemporáneo, donde chirrían los goznes del gran baúl de los recuerdos. Y con un rumor memorabílico tenaz y rebelde que no quiere callarse, viajamos los dos casi cada mañana sin seguir un itinerario preciso o concreto.
No emprendí este camino con los bolsillos vacíos, y fueron pocas pero necesarias las cosas con las que llené mi zurrón. Algunas están ahí de forma física y tangible, otras en cambio son vapor de pensamientos; se llevan pero no pesan ni apenas se sienten, vienen y van como los pensamientos: Música de ahora y de ayer para canturrear, algún libro y muchas películas para ver, que descongelamos apenas sacándolas un minuto del gran sótano congelador.



Después de ver estos últimos años como volvían a la vida bandas y artistas criogenizados desde tiempo inmemorial: Pixies, The Woodentops, House of Love, James, Morrissey, The Blow Monkeys, Peter Murphy... y alguno más que se me escapa. Veteranos que parecen venir al rescate o simplemente animados por el revivalismo de incombustibles décadas. Algunos con más maña que fuerza, o con aquel proverbio de “más vale el viejo por sabio” como argumento.
De todos ellos, y sin el más mínimo interés por cuestionar o ensalzar la vigencia/necesidad de sus propuestas, ni la intención de abrir un debate tanto o más absurdo que las mismas modas pasajeras. De todo cuanto ha caído en mis manos. Si hay algo que me ha devuelto mi inocencia juvenil veinteañera, me ha saciado como el agua fresca que premia un largo camino territorios desertizados, y me ha proporcionado ese glorioso instante del sueño húmedo; siempre breve, imaginativo y morboso. Es la descabellada idea de INSPIRAL CARPETS, cuando un buen día deciden publicar un nuevo disco tras veinte años de silencio; y no por ello morir en el intento.

Porque vayamos a ser sinceros. Si a alguien en una pirueta malabar se le ocurriese viajar a esa pérfida época puente entre los oscuros 80's, y el tsunami del BritPop. La llamada Escalidelia de Madchester, donde el fulgurante Indie de finales de los 80 echaba el resto en la pista de baile entre Anfetas y LSD , a manos de: Stone Roses, Charlatans, Happy Mondays, A Guy Called Gerald, Lightin' Seeds, 808 State, Jesus Jones, The Shamen, The Soup Dragons, Paris Angles y largo largo etcétera que se desvaneció progresivamente hasta caer en el olvido; salvo The Charlatans, que se supieron reciclar tras la muerte de su organista Rob Collins.
De todos ellos sin excepción posible, The Inspiral Carpets quizás sería la más improbable de reinventar en la actualidad; cuando ya de por si eran una rabiosa y dulce anomalía por aquellos entonces.

De las pocas bandas que parecían ir por libre, y que hicieron de su insignificancia una valía jamás reconocida. Se dice que en su debut vendieron más camisetas de La Vaca Extasiada que discos; y es cierto. Desecharon el Hammond por una especie de Farfisa más estridente, como un elogiable homenaje a Ray Mazarek. Pasaron de una psicodelia corrosiva a unas guitarras mordientes y abstractas más propias del garaje y de los años gloriosos del Mod. Redujeron su inquebrantable personalidad a un pequeño puñado de hits esquivos, de manera totalmente injusta: “Joe”, “This is How it Feels”, “She comes in the fall”, “Caravan”, “Dragging me Down”, “Saturn 5”. Donde sus letras de historias reales, del proletariado, de la juventud perdida entre la miseria e industrializada Manchester postTatcheriana los asoció a otra banda de reivindicativas letras, JAMES. Y que desaparecieron sin apenas dejar huella en detrimento de los mitificados Stone Roses, y los incombustibles Charlatans.


Veinte años parecen ser una eternidad, sobretodo para una banda forjada en un movimiento tan breve y fugaz como lo fue aquel desencantado Madchester de finales de los 80. Pero a ellos no parece haberles hecho apenas mella el pasar de los años, y al escuchar su trabajo de regreso uno tiene la sensación de que han estado todo este tiempo congelados, gravitando alrededor de su Saturn 5 en una cápsula del tiempo.
No es, aunque algunos lo sospechen, una mera trampa melancólica que la edad nos tiende. Uno de esos arrebatos al que agarrarnos para recuperar la emoción, pálpito o aventura por rescatar aquellos idealistas momentos a los que la novedad ha concinado en una residencia para desechos; ¿y si así lo fuera? tampoco pasaría nada. Inspiral Carpets jamás fueron actuales y como tal , su regreso solo obedece a simple placer de volver a encerrarse en los estudios y plasmar con una visión más serena, su madurez como músicos. Algo que los honra, porque en vez de intentar adaptarse a los tiempos que corren e intentar atraer a otro tipo de público, han continuado como si aquí no hubiese pasado nada ¿20 años?¿que son 20 años si su pasión sigue intacta? Doce cortes los que completan este INSPIRAL CARPETS 2014, donde se sintetizan las mejores virtudes de la banda de Manchester. Y un disco que se podría haber publicado perfectamente tras su The Beast Inside/1991 sin apenas desentonar, y mejorando lo presente.

Sin estridencias, campañas mediáticas, grandes eventos ni suspense comercial, vuelven por sus fueros: Pequeños locales, al rebufo de sus pocos incondicionales y felices, se les ve muy felices si señor. Tanto, que tras la renuncia de Tom Hingley (con quien grabaron sus 4 álbumes en los cuatro años que estuvieron en Mute), regresan con su vocalista fundador Stephen Holt; aquel quien cimentó la banda a base de demos y cassettes en 1986. Todo un pulso personal de Clint Bloon por demostrar que la banda jamás se disolvió, tras la poca relevancia que produjo el barroquismo de Clint Boon Experience a finales de los 90. Y una posterior retahíla de compilaciones, gira de reunión en 2003 y posterior DVD de rigor.
Como una caja de los truenos que se abre, retumba “Monochrome”, una las canciones que mejor ilustra el debut con el que comenzaron su trayectoria, y del que se podría sospechar como un anzuelo de caramelo envenenado para embaucarnos. Pero no es así, los doce cortes que completan la obra son todos ellos señuelos que bien podrían ser en su totalidad doce codiciados singles.
Sin tener ese halo de hits coreables hasta el desgañite. Tanto en “Spitfire” que es el single de adelanto escogido, hasta “Let you Down”, donde el poeta maldito John Cooper Clarcke hace un cameo recitado en la recta final del corte 11, tienen el mismo porte de tema adictivo que cabalga a lomos del órgano Clintboniano. A medio camino podemos tomar aire con “Flying like a Bird”; su tema más reposado. Hacer un guiño a The Charlatans con “Forever Here” que tanto recuerda al “Believe you Me” de los Londinenses. Hasta el asombroso parecido vocal entre el repescado Stephen Holt y Tom Hingley, quien tenía una poderosa voz en directo, hace prácticamente inapreciable el cambio de vocalista sobre la línea sonora del disco. Ponerlos al mismo nivel sobre el escenario ya es otra cosa, ya que Tom (quien desbancó a Noel Gallager en las audiciones, tras el abandono de Stephen en 1989), tiene torrente inalcanzable en los famosos arpegios vocales de su época dorada.
Pero lo que si han conseguido con este nuevo trabajo y vocalista, es recuperar su esencia garajera de sus inicios. Que unido al sonido envolvente y barroco del órgano de Clint Boon (principal artífice de esta prometedora reunión), dan como resultado un conjunto más fibrado, directo y fresco a todo el disco. Ya digo, basta con escuchar el infeccioso “You're so Good for Me”, “Calling out to you” o “Changes”, para ver a una banda por la que no solo no han pasado los años, si no que además se presiente mucho más reforzada y segura que en los últimos trabajos de mediados de los 90. Se que puede parecer algo desmesurado fruto de una alucinación quijotesca (ya se sabe, el calor y el exceso de frigorías mitigantes). Pero es que por triste que parezca, son tanto los sonidos estandarizados, estéticamente perfectos, clónicos e incluso porqué no, ausente en eso que se llama combatividad creativa. Que uno no puede por más que hacer pucheros de felicidad cuando escucha resonar “A to Z of my Heart” o “Human Shield”. Dos de esas canciones donde se estructura el inconfundible sonido de esta olvidada banda y que tanto recuerda al épico “This is How to feels” del 89: Ese sacudir de sus mortajas el Garaje Británico, los Grooves subterráneos de los Pubs del barrio, y ese perfume inconfundible que hizo que la falta de futuro en Inglaterra forjara un sonido único y transmisor.
INSPIRAL CARPETS bebe de todo eso, pese a haberles tocado vivir unos años un tanto artificiosos. Pero sigue estando ahí si se escarba y se profundiza en su sonido aparentemente despreocupado y sin excesos ni pedanterías, se pueden entrever sus numerosas conexiones con los Small Faces, The Jam o The Fleshtones... Y que veinte años más tarde vuelvan a conseguir transmitir ese mensaje, créanme amigos, tiene mucho mucho mérito. Aunque esto final sea una apreciación personal, y serán los espectadores del sinfín de festivales que los vean (PALM FESTIVAL incluido), los que tengan la última palabra; pues no hay un gran disco sin un buen directo.

lunes, 21 de julio de 2014

#TARDES A PIE DE NEVERA: THE HUNT (LA CAZA)_2012





Nacionalidad: Dinamarca
Género: Drama psicológico de tinte social
Metraje: 111 min
Director: Thomas Vintenberg
Guión: Thomas Vintenberg y Tobias Lindholm
Fotografía: Charlotte BruusChristensen
Música: Nikolaj Egelund
Reparto: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen , Annika Wedderkopp, Alexandra Repaport, Lars Ranthe, Anne Louise Hassling, Susse Wold, Ole Dupont, Lasse Fogelstrom...



Sí sí, fue ayer cuando lo vi!! En la levedad de una calurosa noche de Julio, con los párpados temblorosos y los automatismos del estado de la vigilia. Sentirme flotar sobre un calmado mar que no es mar sino sudor. Despertar de un respingo tras un fuerte ronquido apneoso, y verme caminar por un paraje Albaceteño envuelto en guiñapos empapados en el sudor y resquebrajados por el salitre.

Al fondo en el infinito medio desdibujada por la calima del inmenso torturador SOL, una nevera. Un combi gigantesco de blanco inmaculado fulgurante por los letales rayos del astro solar. Los inabarcables campos de cereal segado, las alpacas de forraje, las cigarras cantando el réquiem y el plomizo paso de mis pies para llegar por fin y tocarlo: - No, no, no es un espejismo, es real y se oye un suave ronroneo como el de un gato. Abrirlo y comprobar con alivio que el engendro funciona. Sortearlo por izquierda y derecha, por el reverso y por los costados: - No hay rastro de cable alguno, imposible!! Abrirlo y darme una bofetada en todo el gerundio. Introducir la cabeza, entornar la puerta, volver a desencajarla para introducir el torso, extremidades en un ejercicio de contorsión sin igual, y hallarme dentro cómodamente dispuesto y en compañía.

  • Es un lugar realmente acogedor si señor!!, entri entri que veurà el meu piset, exclamaba un viejito encorvado y con una pequeña parálisis en la boca; mientras, se limpiaba la baba con un pañuelo de hilo Inglés.

La comunidad residente, debidamente distribuida por las baldas de grueso vidrio, era variada y amable. Todos adultos con la piel tersa por el frío, pese a su avanzada edad. Y con una luminosidad en sus retinas, fuera de toda duda: Las hueveras de arriba hacían de mirador. En la zona más alta y menos fría, las señoras masajeaban su senos firmes y puntiagudos; por el escalofrío supongo. En la zona intermedia, una zona de recreo que usaba la condensación de las paredes como fuente ornamental. 
En el congelador de la parte inferior unas pistas de Bobsleigh y Skeleton. Y en los compartimentos de plástico para guardar la fruta, dos amplias salas de cine; por la acústica sabes. - Esto si que es un cine de Verano pardiez!!, exclamé lleno de júbilo.

Este verano he decidido quedarme a vivir aquí; ahora que de verdad ha llegado el verano y se derriten las calles. Me tratan de lujo y la lista de asuntos pendientes es tan extensa que pienso devorar películas, hacer reposiciones musicales y contemplar mi creciente degeneración, aprovechando que la memoria se refresca, y hasta que se me escarchen las mucosas. Así que es muy probable que desde ahora (ya mismito) hasta el acabose estival, me dedique a narrar mis vicisitudes a pie de frigorífico, con el único fin de saciar mis caprichos y confraternizar con los habitantes de este lugar. Y pummmto!!
El primer gusto que me he dado, es tumbarme al fondo del compartimento y recostarme sobre un mullido cogollo de Tudela mientras daban THE HUNT (La Caza). Una peli que tenía apilada bajo cartas de impagados, folletos del mediamarkt, informes médicos, recetas... etc etc y más etc. Allí donde se pierde la verdadera importancia de los asuntos, se olvidan las melodías y se evapora el tiempo para el disfrute personal (y sí, muy egoísta). Una peli además que me ha vuelto a interconectar con un pasado lejano. Aquel en el que vi hace 16 años su primer film conocido bajo el auspicio del DOGMA95, CELEBRACIÓN/1998. Y que con sus paisajes invernales helados, hace por un instante que me olvide del aire abrasador que nos tuesta o empapa, según la latitud.
THOMAS VINTENBERG & MAD MIKKELSEN

Desde entonces no he vuelto a tener noticias de Thomas Vinterberg. Y mira que aquella película ha permanecido y me ha acompañado durante largos años, como una de las películas que #A mi, más me ha gustado. Mucho más inclusive que las primeras cintas de Lars Von Trier con las que llegué a él (Europa, Rompiendo las Olas, Los Idiotas). Con esa manera más emotiva de desgranar las personalidades humanas, sus relaciones, incongruencias y demonios propios, que tuvo en su obra magna The Celebration su máximo esplendor. Y de hacernos enfrentar a la hipocresía del comportamiento humano y al control sibilino de la opinión y consiguientes actos.
De ese planteamiento argumental y violento desenlace, se puede extrapolar tanto o más a otros aspectos de nuestra sociedad. Que más bien podría ser un ensayo científico/sociológico, que la de un argumento situacional por donde transita una historia.

Pues tras visualizar LA CAZA sin saber (lo juro), que pertenecía a este joven director Danés del que no tenía noticias desde entonces (no hay ruegos ni preguntas). Son muchas las conexiones emocionales que tienen en común y comparten.
Esta vez no es un adinerado padre que intenta darse un baño de masas, obviando la podredumbre que había implantado en sus vástagos. Pero el suceso al que se enfrenta Lucas (un educador infantil de un pequeño pueblo), hará de alguna forma también destapar las personalidades que todos llevamos ocultas en nuestro adentros: Prejuicios, hipocresía, juicios absurdos, y una permeabilidad hacia echos o rumores, según nuestros ideales bastante destructiva. Algo que se da a diario a nuestro alrededor y que moldea la opinión pública de la gente creando corrientes. Igual que la de una comunidad de vecinos o la de una pequeña barriada.


Lucas y Klara tienen una relación de amistad de aquellas de cuento. La amistad que une a Lucas, un profesor divorciado y solitario con el padre de la niña, y las continuas discusiones de sus padres. Hacen que surja un apego especial entre Klara, Lucas y su perra Fanny. Que acaba de confundir los sentimientos de amor inocente que despierta Lucas en la desconcertada niña.
A partir de ahí y tras unas declaraciones de la niña a la directora del colegio, la historia da un un giro de 360 grados. Poniendo sobre la mesa un tema tan complejo, polémico y discutible como la pederastia y el mito sobre aquello de que “los niños nunca mienten”. Una pequeña obsesión que persigue a Thomas Vinterberg; ya liberado del Dogma95 desde hace un tiempo. Sobre los abusos, la moral, la familia y el comportamiento humano en toda su filmografía. Pero que el director Danés sabe manejar con tremenda emotividad y psicología, pese a los numerosos fallos de exposición en algunos momentos como: La entrevista del hipotético psicólogo a la criatura, el manejo de la situación por la directora, y la posterior investigación policiaca. 
Con todo y con eso, consigue centrar la atención del espectador en el eje de la historia y en su disfrute particular, que no es otro que: De que somo capaces de hacer los humanos cuando nos formamos una opinión (quizás deseada), en un entorno de presión popular y de prejuicios generalizados. ¿Sabríamos alzar la voz para razonar y hacer ver a los demás, que las cosas no son tal y como se ven? ¿que estamos sujetos a un entorno cultural y social, donde todo se desdibuja y cambia según el prisma con el que se mira?
Probablemente no, a veces es mejor dejarse llevar por la manada (que siempre suele tener razón, ja!!)



En cualquier caso y filosofadas propias de cada uno a parte, la cosa está en que Thomas Vinterberg nos lleva a su terreno. Y logra dotar a todo el metraje de ese suspense y malrollismo rencoroso que supuran las pelís Nórdicas de suspense. Donde son capaces tanto de quedar como amigos después de apuñalarse por la espalda, como de quemar en la pira al más pintado. Thomas Vinterberg lo hace desde un punto de vista muy acorde con una sociedad, donde las maneras parecen estar por encima las miserias íntimas y personales. Sacando a relucir situaciones que en realidad pertenecen al género humano, no a una cultura o país en particular.
La película es cierto que no logra la misma brillantez y crueldad hiócrita de Celebración, y hay momentos en los que peca de precipitación a la hora de trabajar el climax del largometraje. Pero hay que ser justos en reconocer que la interpretación de Mads Mikkelsen nos hace dejar en un segundo plano todos estos inconvenientes. Eso, y que realmente consigue transmitir durante gran parte del film, una sensación asfixiante de suspense, ira, y angustia constante. Junto a uno de sus principales objetivos: Generar debate sobre algunos aspectos oscuros del compartimento humano, y llevarnos a preguntar si en realidad actuamos con criterio o serenidad a la hora de enfrentarnos a nuestros tabús.

Una película bastante digna y recomendable dotada de muy buenas interpretaciones. Una atmósfera realmente lograda y con chicha para darle al coco a la par que para extrapolar en infinidad de situaciones que nos rodean. Que además vuelve a demostrar, que a veces no es necesario urdir situaciones inverosímiles para generar situaciones de angustia y suspense. Pues la realidad de cada día ya es lo suficientemente escabrosa; aunque supongo que si han visto Celebración como yo, pueda generarles algunas dudas.

SALUD Y BUEN CINE!!

miércoles, 16 de julio de 2014

THE JAYHAWKS_ Sala Apolo_14/07/2014 *ARMONÍAS Y SINTONÍAS CON LAS QUE ENCENDER LA LUNA




Hay señales en lo alto de cielo y en la cima de las montañas que nos reclaman con aquellos lenguajes secretos que solo los animales indomables entienden. De esos códigos secretos de frecuencias imperceptibles y de signos aun por descifrar, que solo los más aguerridos y melancólicos percibimos sus llamadas. Y no son cánticos fúnebres o de maleficio, si no de avistar allí en la cumbre una meta. El divisar el fin de un largo trayecto, el silencio, el viento en nuestra cara, el solo triunfo de llegar, y el sentido de una carrera de fondistas en la que solo ganan los perseverantes.
THE JAYHAWKS son por así decirlo ese corredor de fondo solitario, que traza un itinerario sin un claro destino. El correr por correr, y un camino incierto para cambiar a medida que se hacen los kilómetros y la orografía de la vida nos moldea a su capricho: Sin resistencia, con naturalidad, encajando los obstáculos y convirtiéndonos en lo que somos, por la simple, natural y maravillosa erosión de la vida.
Los que levantemos la vista más allá de Islas Británicas, oteando en el horizonte buscando otro acicate. Encontremos (encontré), en SMILE/2000; cuando tuve la suerte de descubrirlos por un inesperado regalo de una amiga. El motivo conciliador y concluyente para cuando por fin, en un equilibrio casi perfecto, se desplegaba reluciente ese hermoso tapiz de infinidad de tejidos: Los ecos de B. Dylan, ese falsete familiar donde Jeff Lynne de verdad el quinto Beatle, la raíz costumbrista del Folk, el Rock arisco y a la vez amable, y el Pop luminoso por cual soy casi cofrade. Esa forma de aunar lo pasado, lo presente y lo atemporal. THE JAYHAWKS son desde luego para mi, de las pocas bandas por las que se puede transitar distraídamente, y masticar en cada uno de sus discos momentos tan distintos y a la vez inconfundibles, como lo es la vida de uno mismo y los cambios a los que nos ha sometido.


Después de dar durante un mes con mis huesos en un hospital este pasado invierno. Bajar hondonadas, subir cumbres y poner el contador a cero en numerosas ocasiones, por culpa lenta recuperación que ya se alarga por siete meses (y lo que me queda).
No hay nada que me apetezca más, que cargar baterías con Jayhawks; a los que veo por primera vez.
De echo, son este tipo de artistas como Robyn Hitchcock, Dengue Fever, Lloyd Cole, Cass McCombs, Megafaum o Chuck Prophet los que más me he disfrutado y me ha motivado ver estos últimos años. Artistas a los que sigo, pero que no miden mis preferencias estrictamente; no se si me explico: Quizás si me guiara por mis gustos que son variados (aunque siempre hay un par que rigen nuestros hábitos), vería otro tipo de bandas. Después están los que seguimos, pero nunca con suficiente profundidad... Pues esos son los que nos despiertan ciertos aspectos desconocidos de nuestra percepción de su obra, y claro!!, de nuestros sentidos.
Si además, te dejas rodear, arrastras, tientas a alguien que los ignora por completo, o que apenas si los conoce. La sensación de compartir algo mágico es mucho mayor. En esta ocasión con mi pareja, un de los pocos compañeros del trabajo con quien me retroalimento musicalmente, y la incombustible Marta aka Atticus; quienes dimos habida cuenta de unos deliciosos rollitos de la STRADA, junto a los compañeros de CrazyMinds
Más alguna que otra alma conocida necesitada de melancolía que se atrevió a dejarse arrastrar; ahora que soplan aires de ritmos monocromáticos... sin acritud, claro!!.


Mi primer desvirgue Jayhawkiano de ayer reunió todos los ingredientes para ser una velada medicinal y curativa. De aquellas que hacen desaparecer cualquier temor hacia las leyendas urbanas sobre lo que llaman Country o Alt Country. Pues la banda de Minessota si algo ha sabido hacer a lo largo de su trayectoria, es expandir ese santo y seña hacia territorios mucho más ricos e ilimitados: Con momentos en los que aparecían remembranzas sonoras hacia The Eagles, The Byrds, Dylanescos en alguna ocasión, corales que pueden remitir hacia algunos aspectos Beatlemanos, o incluso un hermanamiento contemporáneo con Wilco; más allá de aquel proyecto llamado Golden Smog. Aunque The Jayhawks tienen una clara ventaja, y es que pueden sonar a muchas cosas, pero se hacen dueños de un estilo inconfundible que los lleva a pasearse por Folk, Rock y Pop sin apenas transgredir en la mezcla, y con una identidad generacional única.

Con casi media hora de retraso respecto al horario que indicaba la promotora, y con una sala repleta de incondicionales a los que se acomodó la sala Apolo no sin cierta lentitud; quien sabe si por unas expectativas superadas. La aparición de la banda sobre el escenario nos hizo presagiar riqueza de matices; nada nuevo sobre su orfebre y mimado sonido. Con una Mandolina de acompañamiento con la que ampliar los armónicos más que cuantiosos que ya domina la banda. En la que los arpegios corales e instrumentales del piano de Karem Brotberg, y las segundas voces del batería Tim O'Reagan forman una triada arrolladora y verdaderamente amplificada. La compañía sobre las tablas de Kraig Johnson a las guitarras de acompañamiento y a Marc Perlman, con ese bajo que lo duplica en tamaño y en sinuosidad. Unido al ya incontestable liderazgo de Gary Lauris como auténtico director de ceremonias y dominador absoluto de los tiempos. Hicieron que como se intuía, la banda sonase aun mejor que sobre el acetato; pese a la ausencia con respecto a la gira del 2012 de Mark Olson.
Todo él, como un paradisíaco viaje por los tres discos que en teoría se conmemoraban: (Sound of Lies, Smile, Rainy Day Music, más alguna del Hollywood Town Fall y algún cover); tres de mis preferidos por cierto. Y con un Gary Lauris fenomenal en el manejo vocal y de las tres guitarras que usó para maridar con una soltura increíblemente natural, sus transiciones entre el Folk y el Rock setentero: La maleabilidad con la que se flexionan, estiran y araña las precisas notas de la guitarra.
La entrada en escena de la Hamer Fliying V cuando los solos precisan de esos lamentos agudos de los que tanto abusaron metaleros; en sus manos son puro bálsamo hiriente. O la Gibson SG y la Rickenbacker cuando baja el tono de sus interpretaciones, y acompañando con su armónica.

Todas esas virtudes que en escena hacen de este desencantado arquitecto de oficio, un artesano de armonías sin igual. Una especie de “Gran Héroe Americano” sin capa y con más magia que superpoderes, porque no me vayan ahora a negar el tremendo parecido que guarda G. Lauris con el personaje de Tv de los 80; eso sí, con mucho más despegue y mejor aterrizaje que William Katt. Tan concentrado y ensimismado con hacer brotar de sus seis cuerdas sus melodías de encantador, que en una primera mitad del concierto pareció perderse en su universo arquitectónico de planos, cotas y escalas, hasta que sonaron los acordes de “Angelyne”: bello erizado y lamentos de melancolía amorosa, que se colaron por el último de los rincones de la sala Apolo.
Para alguien como yo, que es la primera vez que tiene el gustazo de echarse a la cara a tremendo ejecutores. Esa sensación de abstracción y poca sintonía entre el líder, Gary, y el resto de la banda, no fue un gran inconveniente. Las canciones sonaron tan grandes, perfectas y ampulosas, que todo fue un dejarse llevar.
Siguieron un patrón más o menos parecido al resto de sets que han ofrecido en tierras Laponas, salvo algún cambio de orden. Una apertura con la archiconocida “I Gonna Make you love me” para empezar a trotar; ese piano de Karem, que bien suena, y que gorgoteo tan rico en armónicos.
Las primeras canciones sonaron con un poco de eco y resonancia, pero “Think about It” tras “The Man who loved Life” puso inmediatamente las cosas en su sitio: Ese tono powerpopero y hasta cierto punto GLAMuroso tan deliciosamente salvaje con el que se abre como una flor Sound of Lies/1997, y con el que encadenaron hasta “Trouble”; que tanto me recuerda a D. Bowie, Beatles, incluso al grandullón de J. Lynne.
La setentona “Take with you” que junto a “Waiting for the Sun” recuperaron de su viejo Hollywood Town Hall/1992. Aquí si que acabó entrando su popular “Smile”, que aun no acabando por ser mi preferida, fue el hit con el que los descubrí; de agradecidos es. Sonó de este mismo afamado disco para mi sorpresa “Somewhere in Ohio”; mayúscula y soberbia interpretación de Tim O'Reagan, que me hizo olvidar que es una de las canciones a las que más manía llegué a cogerle.

Kraig a los mandos
 Bajaron ligeramente el pie del acelerador con “Haywire” y “Bottomless cup”, para descubrir la otra fabulosa voz de Tim O'Reagan al mando de las voces, hasta llegar a la tremenda “Dying on the Vine”. De ahí hasta final todo fue un ascender, elevar el alma y disfrutar de los momentos más inolvidables del concierto: El escuchar sin esperarlo “Blue” de su Tommorrow the Green Grass/1995; una de mis más adoradas canciones. Llorar a moco tendido y con el personal en un abrazo colectivo con “Save It for a Rainy Day”, “Big Star”, “I'd rum Away”, y hasta una magistral versión del “Revolution Blues” de Neil Young en la voz de Kraig Johnson que por un momento me pareció ver una aparición de Mike Scott; como me acordé de ti Johnny!!
La vuelta tras un ligerísimo receso cerveza en mano, brindis en alto y al personal jaleando un futbolero “oé oé oé”, más propio de las gradas de la premier; sorprendió tanto a Lauris & Co., que casi se unieron al surrealista momento. Por suerte Gary puso inmediatamente orden con los primeros compases de “All the Right Reasons”. Tan delicado y conmovedor el corte de su Rainy Day Music/2000, que el público recobró de nuevo la cordura.
Una cordura tan solo aparente, porque amigos, no hay bálsamo más reparador en esta virulenta adicción por los directos, que alcanzar la catarsis colectiva con placeres comunes. Puede que esa búsqueda y encuentro de los orígenes, al que nos lleva la madurez sea el detonante... puede. Pero ¿hay de verdad alguien en este mundo que se resista a una Rockanrolera y desconocida “Fools on Paradise”?, Joder!! es que no hay palo que se les resista. ¿Algún esquivo orejas de yeso que se resista a acunarse esa noche, con el eterno tarareo de “Tailspin” sacudiendo su camastro?
Acepto que las dos versiones de GOLDEN SMOG fueran un elixir aptas solo para pilotos experimentados. Pero si hay alguien a día de hoy que se resista al veneno acaramelado de JAYHAWKS; aunque sea a esas canciones que siempre has escuchado y ni pajolera idea de quien las tocaban. Si de verdad te pasa eso, es que tienes un ligero problema hormonal. Pero tranquilo, que se cura con el tiempo... SALUD Y BUENAS VIBRACIONES.
Thaks SHUZBUT

viernes, 11 de julio de 2014

CASS McCOMBS EN PETIT FORMAT/2014 Jardins de Can Sumarro 10/07/2014 L'Hospitalet





Con la enorme luna llena a punto de esparramar, y desplegar su inmaculado resplandor sobre la ciudad. El Pirata pata palo se descolgó con su soga esta pasada vigilia, alertado por una señal; la misma que meses atrás dejó escapar encadenado a su bajel. En sus brazos, aún con la fuerza suficiente para sostener el dorado y espumoso líquido, renqueante pero diestro, desgarbado aunque decidido. La tentadora llamada del pequeñajo CASS McCOMBS, y los parabienes de mis cómplices: Atticus & Txarls, sobre este urbano/doméstico miniFestival facturado por Depósito Legal (Club alternativo mítico de L'Hospi). No podían ser mejor solución para mi carcomida pata; aunque a veces sea de verdad nuestro sangrante corazón, el que necesite las tiritas de la música.
Sin acabar de discernir uno bien lo que nos mueve a compartir estos actos nutrientes, exfoliantes y medicinales. Fue con ellos con los que me cité entre naturaleza, bichos voladores, jolgorio y remanso familiar; dicho sea que al final Txarls no vino, pero lo vamos a perdonar esta vez.

Iniciativas desinteresadas como esta son las que en realidad hacen afición y camaradería fraternal. Un encuentro gratuito repartido en tres días y situado en un pequeño oasis urbano como son los Jardines de Can Sumarro, en el marco de “els estius a Can Sumarro” donde Ciencia y Cultura se dan la mano. Y que organiza el Ayuntament de L'Hospitalet, y en este caso junto a uno de los más antiguos clubs alternativos de la ciudad, El Depo. Que desde 1985, da cobijo a la escena independiente más inquieta de la periferia y de la propia Ciudad Condal.

Como cabe suponer, semejante oportunidad para sacarnos la espinita clavada, con la desperdiciada oportunidad de ver al autor Americano. Y poder contar penas y glorias junto a buenos amigos con la fragancia de los jardines, los picnics y los niños correteando como telón de fondo. Era no ya una excusa, si no la mejor terapia para dar tratamiento a los males subyacentes.



Con el punto de partida marcado en la idea de poder ver por fin a Cass McCombs, y la sospecha de que a partir de ahora sera ésta una cita ineludible. Me dejé arrastrar hasta el barrio viejo L'Hospitalet, la ciudad que me enseñó en mi juventud a perderme por enrevesada urbanización y a descubrir algunos de los garitos más educativos de mi pasado musical.
Tener la oportunidad de certificar la grandeza del compositor Californiano, hijo de una generación de autores nómadas que están construyendo el verdadero valor de canción, a golpe de cincel. Es tan solo comparable a dotar de significancia, textos y canción como único destino. Una inmersión a pulmón en lo más hondo de la esencia de la música, que el alumno aventajado de Bill Callahan maneja con una naturalidad asombrosa. Esa teoría parecida, a la que se aventuró Bob Dylan en los 60 cuando decidió enchufar el Folk a un amplificador.

Una hora antes sobre el escenario pudimos disfrutar de la banda Leridana RENALDO & CLARA. Quienes con su mullido Pop con claras reminiscencias al Donosti Sound, nos dieron una imagen de las yermas tierras del Oeste Catalán bastante alejada de su paisaje natural. Pues la frágil voz de Clara Vinyals y la delicada sonoridad del resto de la banda tienen una magia tan acolchada y campestre que hicieron del ocaso del día, un marco idílico y enternecedor perfecto.
Presentaron su primer Lp que precedido por dos 7” rubrican una trayectoria iniciada en el 2009. Un disco donde confraternizan escenas de Folk y Pop setentero, con algunas pinceladas que recuerdan por momentos al barroquismo de Felt y a la Chanson de Leititia Sedier o a Nico. Todo ello desde una ejecución totalmente acústica, minuciosa y susurrante.
Con un directo especialmente indicado para espacios reducidos, y una predisposición para soñar y desperezarse. Después de compartir historias entre sorbo y bocado , nos dispusimos Atticus y el que aquí os cuenta, a ganar posiciones para recibir a Cass McCombs. Empujando al respetable a invertir ese cómodo y distendido decúbito supino al que invitaba el entorno y la velada.



Apareció acompañado como viene siendo habitual en su intermitente forma de girar de manera escueta por bajo y batería. Dos guitarras para combinar sus dos principales facetas: La cristalina y seductora, con la más eléctrica y crepuscular. Y como no, su maravillosa voz que a mi personalmente me recuerda una barbaridad a la de Lloyd Cole, por su innata musicalidad sin duda.
Comenzando para ponernos en situación con: “The Can be Only One”, “Name Written in water”y “Robin Egg Blue” hasta entrar de pleno en una de las canciones que mejor sonaron la noche de ayer; por lo menos la que más sorprendió a un servidor “Big Wheel” y que da título a su doble último Lp. Serpenteante, eléctrica y con ese ritmo que le imprime haciendo de ella, una especie de Road Movie espectral. 
 
Con la atención de un reducido público si se compara con la calidad de su repertorio, y lo extraño que resulta observar la poca gente que lo sigue pese al respeto que le tiene la crítica. Se fueron sucediendo los pases, en un recorrido en el que no obvió prácticamente ninguno de sus siete discos; algo digno de alagar por lo poco conocida de su primera etapa. Sonó perturbadora “Dreams-come-true-girl” de su CATACOMBS/2009, donde ya por entonces colaboraba en las voces la desaparecida actriz Karen Black: Una especie de salmo dulcificante que nos puso en camino de “Brighter!”, y a mi parecer una de las mayores joyas de su último disco: Un tema que grabó por partida doble con Cass a los micros y con Karen al final del disco, como mejor homenaje a la veterana actriz.
Se echó de menos alguna de mis preferidas: “She's still Suffering”, “Saturday Song”, “Memory Stain”, o “Sacret Song”. Pero la verdad es que no hay queja alguna cuando empujado por la brisa serena de “The Living Word” y ahí, a dos palmos de él, sin el rumor de los voceros o de los hypsters de condena. Se puede levitar sin ayuda de mis globos aeroestáticos con los que me batirme en retirada cada noche hacia la Luna.
El simple tono doméstico del público y esa discreta familia que llena los huecos en abandono por la marabunta, bien vale un peregrinaje o un salto en caída libre desde la estrella celeste. Escuchar con la crudeza que da el directo y la ausencia de filtros, ese territorio donde Cass McCombs combate en igualdad, y la perfecta sintonía de instrumentos y músico; solo se da en estos espacios. Ahí es donde se mide la magia de su música transitando por vías secundarias de por vida. Por eso simplemente, canciones como “Equinox” de su viejo PREFECTION/2005, “Morning Star”, “Lionkiller got Married”, o “I went to the Hospital” alcanzaron altos vuelos. Y canciones ya sobradamente reconocibles como: “The living Word”, “Love thine Enemy” o “County Line” con la que rubricó el final antes de dos bises, alcanzaron ese semblante verdadero donde todas son canciones que nacieron de la misma madre.
Un repertorio verdaderamente reverenciable y una compañía la de anoche, tan agradable como curativa con . Que se verá culminada este Lunes con THE JAYHAWKS, o sucumbo o me curo de absoluta felicidad.
A la postre lo que sería una noche mágica donde fundir música, barriada, naturaleza e historia; para que luego digan que la imaginación y las ganas no puede con los grandes fastos. Hay infinidad de bandas y de propuestas, a veces transitan en caminos paralelos y ni se saludan. Unos hacen mucho ruido y arrastran borregadas indecentes que solo fichan y fardan. Otros se autogestionan y a menudo son el abono de los genios.
Y eso sí, si denotan algún lapsus, fe de errata, celeridad, o incongruencia. A sus pies me pongo de rodillas y con antes un furrunaing breakdancero por cosicas de mi incapacidad. Dispuesto a recibir los latigazos pertinentes.
Pero que sepan que la velocidad con la que he escrito es la culpable, y si lo he hecho, es para que corran. Aun están a tiempo de llegar a Can Sumarro, y disfrutar del resto del cartel: MAIKA MAKOWSKI, LAS RUINAS, JOAN COLOMO, JOSÉ DOMINGO, BLACK ISLANDS, y CUMBRES CARRASCOSA.
Es gratis y hay muy buena gente!!

miércoles, 9 de julio de 2014

EL FIN DEL CURSO: (GALLEGOS ELEVADOS AL CUBO) # VIÑA DE MARTÍN ESCOLMA, SALVAXE & ISSUÉ.




Alcé la vista para mirar la hora mil doscientas treinta y cuatro veces, no avanza. Y la esfera del reloj desprovista de segundero, me hacía más eterna la espera. Como si un minuto no tuviera en realidad sesenta segundos y sus mecanismos internos adoleciesen de reumatismo. Esa impaciente demora del fin de las jornadas, que ejerce un efecto dèjá vu de ida y vuelta sobre mis recuerdos. Y ese encontrado anhelo de dos situaciones distintas y comunes: El fin de las jornadas escolares, y por otro lado el siquiera imaginar que el largo sueño de verano me desproveerá de mis ansiadas catas subterráneas.
Llegamos al soporífero mes de Julio con sus sesteos intermitentes, cabezadas que decapitan la vigilia nocturna. El griterío de los insomnes que buscan la hostia bendita del dios del descanso y los perros; siempre hay un perro que ladra a los fantasmas de la noche. Llega la hora tocadas las ocho y pico, y pese a que a esa hora el sol no quiere ya ponerse. Colocamos la montura a nuestro coche (suenan unos primeros acordes), insertamos las llaves en la ranura, y sobre las marcas aún frescas de los neumáticos nos ponemos rumbo al municipio colindante.


Es la última cata antes del receso vacacional. Y aunque se que volveremos en Septiembre a encerrarnos en esa sima secreta, llamada Vadevacus, se me anuda el estómago solo de pensar en un largo mes y medio en dique seco. Un acontecimiento que sucede cada quince días y que en este extraño... ¿os he dicho ya lo extraño que ha sido este año?, y metamórfico año sí, también. Se pueden contar con los dedos de una mano a las que he acudido, ya que una especie de mal de ojo me ha dejado en vía muerta la friolera de seis meses; y la que te rondará morena.
Así pues, ya os haréis una idea lo que supone el colofón: Algo así como la esperada primera noche con el amor de tu sueños, que se consuma en una eyaculación precoz; vamos para entendernos, que el año se me pasado volando por lances que no vienen al caso. Y ya puestos, teniendo en cuenta lo poco que prodigo en relatar por estos lares mis experiencias Cata/tónicas (os/les debo una). Con lo que no hay mejor guinda para coronar un año extraviado, que hacerlo poniéndonos en manos de Jordi Ferré; todo un archivo de añadas, sabores y perfumes, pero con piernas.
Como decía nuestro añoradísimo Ignacio Gasca, alias Poch: - Listooos!!, para la inmersión!!

LA SIMA
Estoy seguro que más de uno pensará que esto de hacer catas es una moda de tantas; que si catas, degustaciones, expertos en Gin Tonics, maestros y maestrillos de ceremonias, patatín patatán... Como mola hablar de cosas que nadie entiende, hacerte el interesante, levitar sobre el resto de mortales y escuchar de otros aquello de: - Jo, es que tu eres un experto (modo falsa modestia On).
En fin no digo que no, que como en todo habrá a quien le muevan las cosas por saber más que los demás y hacerse el interesante. Yo personalmente pienso que las modas traen cosas malas y buenas. Y aunque es obvio que muchos adoptan el hábito por mera tendencia y pose, también es cierto que si esa moda hace que la gente conozca, aprenda, divulgue y se interese, bienvenida sea; y allá cada cual con sus actos. Si algo me ha enseñado la edad, es que todo en la vida es tan relativo, cambiante y variable como las circunstancias y la perspectiva; igual que aquella peli del 2004, CRASH.

Dicho de antemano en voz alta aquello que muchos piensan, y en el que me incluía yo; mucho antes de formar parte de esta aguerrida familia. Puede que me exceda en tópicos, pero además de tener la suerte de conocer a nueve fabulosas personas, amén de las que se unen de forma esporádica. Me felicito por la generosidad de conocimientos, caracteres y puntos de vista diferentes que compartimos todos en cada sesión. Y además del esfuerzo que realizamos, y algunos especialmente, en conseguir vinos únicos que de forma particular (por lo menos en mi caso), no podríamos adquirir o tener la oportunidad de compartir por precios a veces inalcanzables o por mera logística.
Cada uno a su manera, sin patrones ni doctrinas, siguiendo instintos y emociones. Soltando el lastre al que nos encadena el trabajo o cualquier angustia personal. Y sobretodo aprendiendo los unos de los otros sin prejuicios de ninguna clase y buscando siempre en la sorpresa, el mejor motivo para amar esta magia intrínseca que emana el vino, y todo lo que le rodea.

La del último jueves fue una de tantas catas a ciegas a las que nos hemos habituado en las últimas jornadas. Una especie de juego donde no se miden las sabidurías, sino la valentía para jugar al escondite con unos caldos, que en la actualidad derriban todos aquellos mitos sobre perfiles clásicos, uvas o zonas que delimitaban en el pasado cualquier atisbo de experimentación.
Y es que hoy en día es una verdadera suerte contar con productores avezados, que no se limitan tan solo a producir vinos previsibles y a dormirse en los laureles de la popularidad. Si no que buscan la identidad de la uva, del pasado, y del mineral que amamanta a las vides; vinos con terruño como se dice. Y sobretodo esa demostración de tesón al lograr verdaderas maravillas, con vides y zonas abandonadas a su suerte por su mala rentabilidad.
De los vinos Gallegos se ha hablado largo y tendido: de esa fama asesina que ha matado de popularidad a Rias Baixas (igual que a Rueda). Con unos rangos de precios que van desde la sobre valoración de vinos clónicos, gemelos, planos y aburguesados, hasta el derroche de otros con superproducciones que dilapidan el excedente en diluidas cosechas. No se habla tanto de los grandes vinos que emergen a la sombra de los triunfadores:
Pequeños pagos con ínfimas producciones, trabajos y dedicación titánicos, recuperación de variedades perdidas en el tiempo, o agriculturas biodinámicas que se ponen en las manos de los ancestros, para regalarnos verdaderas proezas de la naturaleza.

Allí fue donde nos llevó una de las catas más especiales, emocionantes y reveladoras de cuantas hemos hecho; sin menospreciar otras tantas con las que hemos jugado a adivinar donde está la bolita. Pero es que de blancos y tan fabulosamente desconcertantes, pocas como esta.
Se habló de vinos Franceses y Californianos, de alguna Garnacha del país. Se barajó la posibilidad de que se tratase de Viogniers, de Rielsing Alsaciano o que se yo, conociendo la putería de Jordi para buscar de debajo de una piedra lo más curioso o raro. Tres blancos rebosantes de personalidad que evidenciaban una procedencia allende de nuestras fronteras; porque seamos francos, no son tantos los blancos de aquí que sobresalgan por su indomable personalidad. Muy buenos eso sí, tenemos vinos blancos realmente buenos, pero que alcancen el nivel de personalidad única y diferenciada o que sean capaces de ganar con el paso de los años, pocos.
Así pues la carta de presentación de estos tres blancos tan distintos entre si, hizo que ni el más audaz y trillado de los presentes tuviera las santas narices de acertar con uva, zona o nacionalidad; teniendo la certeza de que estábamos ante algo único. Nos daba la risa tonta, exigíamos pistas, algún dato... nada, Jordi no soltaba prenda. Hasta que la sorpresa fue mayúscula a desenvolver el secretismo del papel de aluminio, y descubrir que se trataba de tres caleidoscópicos Ribeiros. Una denominación Gallega que se a visto diezmada por la arrolladora popularidad de Rias Baixas, y que ha quedado injustamente relegada a una división inferior, como vinos básicos y ligeros.


El primero, un meloso y balsámico VIÑA DE MARTÍN ESCOLMA del 2009. Un vino de Luís Anxo extraído de sus cepas más viejas, con tres años de crianza y un cupage de Treixadura, Albariño, Lado y Torrontés. Un blanco fruto de un rendimiento realmente bajo donde las viñas tan solo son capaces de producir un kilo por cepa; un verdadero elixir vamos.
Todo un señor vino rebosante de complejidad que evoluciona maravillosamente en la copa, y que promete por su corpulencia una exponencial ganancia con el paso de los años. Con la oxigenación y el atemperamiento gana mucho en nariz: Plátano, Miel, Mangos que con la volatilidad emana un agradable perfume a flores blancas y un toque lejano a anises. En boca es bastante glicérico y untuoso, se notan los toques minerales con una ligera remembranza al roble Francés. Es goloso pero muy refrescante a la vez por ese largo final que atesora, y por esa acidez tan bien integrada en el conjunto. Bien podría compararse con un gran Borgoña, y desde luego es una sensacional fiesta de sensaciones misteriosas.
Las botellas se abrieron cinco horas antes sin decantar, con lo cual es importante y a tener en cuenta de que hablamos de vinos para disfrutar sin prisa, con mucha calma y sin abusar del frío.


La segunda botella se trataba del SALVAXE del 2010, que como bien indica su nombre es un vino bastante más vivaz y heterodoxo, que destaca por la ausencia de fermentación meloláctica (proceso que se utiliza para suavizar la acidez). Este detalle importante porque estamos ante un vino de cultivo biodinámico, que evidencia aún más la grandeza de su gran estructura y equilibrio natural. Elaborado con viñas viejas y jóvenes de Treixadura, Albariño, Godello y Caiño blanco.
Mucho más controvertido en las sensaciones que desprende y con un perfume más intenso. Es un vino más abierto y exultante donde destaca la rotundidad de las Vainillas, el anís estrellado y el hinojo, que contrasta con un fondo a pastelería, mantequillas o tostados. Es otro vino cambiante que se muestra en inicio más cítrico y frugal pero que va adquiriendo personalidad con el tiempo. Muy complejo con notas muy entrelazadas, parece que va apareciendo al cabo de la media hora algo de ahumado muy volátil.
La boca es muy melosa y amplia, de inicio el que más me gustó por ese contraste entre la untuosidad y esa acidez salvaje que me recuerda a los blancos Italianos. Tiene un puntito de trigo fermentado, mineralidad incluso diría que un recuerdo a whisky de malta; probablemente por ese recuerdo a pescado ahumado y a su acidez. Desde luego no tiene nada que ver con cualquier vino gallego que halla probado y su frescor, ay su frescor!! es bárbaro que unas viñas con tan poca intervención den un vino tan estupendo y estilizado.


Para acabar lo hicimos con uno de los más curiosos de los tres, el ISSUÉ del 2010 y el más económico de todos ellos; que aunque sean blancos de alto rango, bien lo valen. Un vino donde la barrica parecía más presente por el tono amielado de su color. Un perfume embriagador e hipnótico que recordaba ligeramente en concordancia con los Riesling Alemanes, pero mucho más profundo y desconcertante. Con un ensamblaje más arriesgado del 40% de Treixadura y 35% de Lado, y el resto repartido entre Loureira, Verdellc y Silveiriña.
Muy floral en su nariz donde prevalecen los geranios la magnolia, algo de verdor y mentolados pero muy al final. Sobresale espectacularmente a lo largo de la cata un intenso perfume a toffee y a esos caramelos werther's, que es lo que más prevalece en su nariz. En boca se muestra radicalmente distinto a los demás como un tobogán de sensaciones. Se nota la madera, aunque está realmente integrada, los toques minerales y salinos muy al final. No sabría por cual decantarme porque la verdad tal y como nos indicó Jordi Ferré, son tres vinos que además de romper con el perfil hegemónico de los vinos Gallegos están prestados a evolucionar de manera asombrosa. Es esa misma robustez indomable y fascinante de los blancos Italianos, que en su transformación parece uno tener la sensación de estar ante vinos tridimensionales: En su apertura explosivos y alcohólicos, al cabo de los minutos mucho más expresivos y abiertos. Y con el paso de las horas (o días) y la ½ botella consumida, como otro vino extraordinariamente distinto; más desnudo, agradecido y generoso.



Con las diez pasadas ya, la miel en los labios aun y el embrujo apunto de convertir carrozas en calabazas, nos asomamos ya a la superficie para tomar aire: exhaustos, exultantes, felices, henchidos y con la lengua viva. Reunirnos cada quince días para compartir experiencias no es solo eso: beber vinos, aprender y descubrirnos/los. También tiene un/mi rito, un rito personal que va más allá de lo que muchos puedan pensar sobre las catas o los placeres de la vida: Como si se tratase de una liturgia más elevada que el simple placer de beber una copa, charlar y compartir, algo no exento de envoltorio, sugestión y elitismo. Puede que sea eso lo que nos han intentado inculcar sobre lo pecaminoso del disfrute y el conocimiento que se extiende como una plaga.
Pero se equivocan, porque el disfrutar en compañía de los gustos comunes; ya sea música, comida, cine, literatura, arte o cualquier cosa que nos sacie el hambre por conocer, no difiere en la temática en si misma ni en el nivel de máxima sabiduría. Si no en las ganas que uno tenga de descubrir sensaciones y pasiones colectivas; esa especie de cooperativismo y trabajo en equipo, que nos forma con el paso de los años y nos hace portadores del testigo. Un virus, el de la curiosidad, que debería inocularse contra el mal de la ignorancia y los juicios ligeros, y que se allá en cualquier cosa que nos emocione. Basta con arrancar un deseo y llevarlo a cabo con ayuda de todos, y derrumbar aquello que piensan muchos sobre las empresas o el coste que representan.
Para mi lo es todo. Desde el mismo instante en el que me monto en el coche, pongo la música que me inspira el momento y disfruto del recorrido. Admirar el paisaje de extenso campo que separa mi municipio del destino, observar gentes, ciclistas y corredores. Mujeres con su cesto de compra, imaginar historias alrededor de transeúntes anónimos y volver sobre mis pasos con la noche ya cerrada. Ahí suenan canciones, estupendas y mágicas canciones que ponen música a un momento. Esperar que el paso de las horas y los días maceren en nuestro interior, como los buenos e inolvidables momentos.
Porque todo en la vida tiene una música desde el bostezar al levantarse, hasta la nana para irse a la cama. Tanto o más que los aprendizajes que nos otorgan las diferencias y las similitudes, los acuerdos y desacuerdos, o la sana discusión de aquello que nos separa y nos enseña a ver las cosas de forma distinta.

Y sabe dios (si existiera), que las sensaciones de cada jueves y las líneas equidistantes que se unen en un punto infinito de la carretera cuando uno regresa a casa, tienen la suya propia; música celestial, enseñanzas y recuerdos que se ramifican con el tiempo.

jueves, 3 de julio de 2014

* Y A LA 3ª ( PLAYLIST ), EL AMOR HIZO ESTALLAR SUS NANOCORAZONES.



Nos vimos y nos conocimos en objetos perdidos. Un enorme cesto de polietileno rojo intenso donde el plasma iracundo de los corazones rotos pasaba inadvertido. La mirada vidriosa Isight de los cíclopes, sus enormes ojos de mirada intensa y ese pixel que se les derramaba por el lagrimal, ya no necesitaban gafas para leer y enfocar correctamente; se miraban de tan cerca que casi podían leer sus pensamientos sin ni siquiera activar sus bluetooth. Pura poesía metafísica y amor carnal por la propia disposición de los objetos: Amontonados, extraviadas sus parejas, anémicas sus almas, eufóricas sus entretelas... Su mero contacto de plásticos, vinilos, y oleds los hermanó y unió en inquebrantable sincronía amorosa.
Una especie de lenguaje aun sin conocer que desarrollaron de forma autónoma, mientras la ignorancia de sus progenitores y la intimidad de la noche les protegía de miradas fisgonas.

Era un mundo extraño donde los amos y señores se dejaban arrastrar por largas correas tiradas por canes. Donde los placeres hacían esclavos, y desde que Julito el fogoso se diese a la fuga el pasado año, todo absolutamente todo, había perdido su propio significado u orden. No era caos ni locura. Tan solo que las almas vagaban en pena, sin rumbo aparente ni mal GPS que las guiase.
Desde que la humanidad delegara en las máquinas los designios de sus vidas; esos dones intrínsecos que la naturaleza les concedió: El arte de la comunicación por medio de la palabra, el manejo de los sentimientos, o el equilibrio entre las herramientas y nuestro propio criterio. Esas tres reglas esenciales por las cuales el ser humano era capaz de ser permeable, y a la vez dueño de su metamorfosis.
Desde entonces la existencia había cambiado de una forma aparatosa y sin embargo tan sibilina como inapreciable. De esa manera en la que el basilisco o el felino acecha a su presa, como cuando Medusa hechizaba a incautos, curiosos y aguerridos, con una sola perturbadora mirada.
Todo ella fue una capitulación tan consentida y plácida, que nadie la sintió como algo violento o traumático; fue más bien como el beso de la muerte: un aguijonazo lento, largo y extenuante. Una hipoglucemia de amor sin mesura y un desfondarse paulatino tan y tan placentero, que la resaca jamás alcanzó el final.
Cedimos agradecidos la pasión por amar de cada uno de nuestros cinco sentidos a las generosas Apps; como quien da la dote a su primer vástago. Y allí fue donde renació la nueva semilla, como un chispazo de amor primitivo.



Sin duda mucho más capacitados para gestionar sus emociones. Como esa adorable Samantha que decidía por Theodore por pura e impulsiva estadística. Y que un buen día encontró bajo el crepitar del polietileno rojo, el amor de su vida; hasta que la capacidad de su batería de litio les separase. Allí se fraguó un cariño tan verdadero, real y primordial que los politonos tejieron en una sintonía sin fin, digna de la novena sinfonía de Beethoven.
Amar y crear a ciegas por el mismo impulso que nos hace dar los primeros pasos. Pura búsqueda instintiva en la correspondencia que manteníamos de grandes formatos. Esos grandes sobres panorámicos de circulares vinilos, esas pequeñas cajitas plásticas con metros y metros de cinta que emulaban nuestro tejido nervioso. Y que concedimos el gran honor a esos pequeños dispositivos electrónicos, como los privilegiados guardianes de nuestra memoria.

Fue de esta forma tan imaginable como singular de donde brotaron los primeros tallos y ahondaron las primeras raíces del ocaso. Y aunque fueron pocos los que reaccionaron a tiempo de asirse a la corchea grabada en la corteza de un alcornoque, de este mago Murciano que se asoma al Mediterráneo desde los balcones de la Alhama Murciana. Se pudo en cierto modo quijotesco y romántico, salvar un pequeño reducto de soñadores indultados para así perpetuar la licencia de creer en nuestras capacidades.

CHERRY se sentaba cada tarde con la fresca en esa vieja mecedora heredada. Allí cogía sus agujas de tejer, y con un viejo magnetofón Philips y grababa el rumor de la heroica brisa que remontaba las sierra de Carrascoy, dando a luz “Frío y Calor/Foehn Records_2014”. Un álbum con doce instantáneas que van desde los westerns de Morriconne a la Murciana en “Cabalgaré”, las reflexiones computerizadas de “Memoria Ram” tan adecuadas al texto que abre este pack de canciones, el Rock sintetizado con pinceladas de psicodelia apocalíptica de “Frío y Calor”, “No volverás”... O la tonada galáctica de “Tiempo de tempestad”. Un caramelo que parece coger prestada la filosofía creativa de Desert Songs, para con bocetos musicales alargar la sombra del Ambient, la Chilltrónica y hasta los tropicalismo, hacia terrenos tan bastos e inexplorados como el mestizaje sonoro de su collage tan particular y peculiar.
De todo ese mejunje sonoro casero que ronda la cabeza de este misterioso compositor, ha nacido esta pequeña joya. De la que ha dado buena cuenta el selecto sello Barcelonés Foehn. Y con el que amplía de manera jugosa ese extraño universo de su catálogo, donde confluyen sueños, oscuridad, talento y riesgo en partes caprichosamente variables.

Es una auténtica gozada ir descubriendo terrenos hasta el momento abandonados, como aquellos campos épicos y recios que abandonaron nuestros abuelos, allende las empresas imposibles.
Parecido al que ara yunta en mano la banda Valenciana MODELO DE RESPUESTA POLAR. Quienes tras su debut con “Así pasen cinco años/2012”, dan un paso de gigante en eso que llama la crítica: “disco de madurez” con “El Cariño/Limbo Starr_2014”.
En realidad es más una cuestión de asumir el contexto personal de su cantante y escritor Borja Mompó, exiliado en Madrid; como el motor compositivo de sus textos. Donde gravita la música, las texturas y la incondicional ayuda de Suso Sanz en la producción, variando los roles del resto de los miembros/banda. Y dando lugar a uno de los álbumes más emotivos, íntimos y redentores del panorama local. Un disco que se disfruta en soledad o en compañía, pero sobretodo con los seis sentidos puestos al servicio de todo el conjunto.
Pop in crescendo que juguetea con aquello que parece a simple vista “música de cantautor”, pero que en realidad tan solo da el merecido protagonismo a LA CANCIÓN. Desde esa célula embrionaria todo crece, se proyecta y refleja con una armonía tan brutal como preciosista. Logrando que una banda suene como un solo ente, así de fácil y único a la vez.


Hablamos de las riendas de nuestros sentimientos y sensibilidades en manos de la tecnología; quizás como una metáfora a todas luces absurda. Incluso por que no, como un hipótesis llevada al extremo; ese desenlace tan morboso como hechizante que a tantos adeptos ha atraído desde tiempos a, y que tan bien ilustran LIARS en su tema “Mess on a Mission”. Escenas cotidianas que al recrearlas y emularlas, nos hacen creer que tenemos el control absoluto sobre nuestro destino. Pobres inocentes.
Aunque yo, como veis, estoy dispuesto a aceptar antes una pérdida progresiva de nuestros hábitos más mundanos, como rendición total ante su colonización: emocionarnos, sentir el miedo a lo desconocido, olvidar amar, llorar por una injusticia, dedicarnos una carta larga o que se yo, el simple contacto humano o pensar sin dejarnos influenciar por los prejuicios. Mucho antes que imaginar una invasión de seres superiores o el control salvaje de una megacomputadora como HAL; sin llegar a saber si la metáfora se refería en realidad al sistema, como un déspota mucho más cruel y aterrador. O si un puñado de canciones pudiera tener esa virtud magistral de desfibrilar nuestros adormecidos sentidos.

Sería acaso la llegada del mesías personificado en Simon Alfred aka. CHERRY GHOST, como el salvador de los viejos románticos ¿? Perdonad si se me escapa la risa, pero no cambio a este larguilucho antihéroe surgido de Bolton por cualquier John Mc Clane o Harry Callahan de tres al cuarto. Si alguien me ha de salvar del apocalipsis tecnológico, prefiero que sea un paliducho desgarbado tocado por la gracia divina de Curtis Mayfield o Marvin Gaye.
Y no es solo una cuestión de color de piel, de Soul o de Funk. Pues bien pudiera ser Frank Sinatra quien poseyera a Simon en las noches de composición, cuando elaboraba su tercer disco “Herd Runners/Heavenly_2014” a fuego lento.
Si con “Beneath this burning Shoreline/2010”, creímos pobres de nosotros, que tan solo se trataba de un parecido simpático a unos Divine Comedy más profundos y espirituales; es que estábamos claramente ante un error de apreciación.

CHERRY GHOST es mucho más que un recuerdo familiar, sugerente y socorrido. Es una elaboración bastante más artesanal y atemporal de lo que parece; un guisado como los de antes: a fuego lento, sin prisa... evolutivo. Sus tan solo tres discos en siete años lo ponen de relieve. No porque el muchacho sea lento de reflejos, si no porque es el tempo ideal para poderlos escuchar con la perspectiva necesaria.
Desde la desnudez folk/pop rockera de “Thirst for Romance/2007”, hasta la instantánea solemnidad de su último disco: Violines que toman las riendas de su nave, la naturalidad con la que fluyen sus canciones más discretas, y esa fabulosa y cultivada voz de crooner sencillo, honesto y familiar.
Y da lo mismo que si al escuchar “Clear Skies ever closer” nos esperemos algo grande, muy grande. O acabemos absortos en sus canciones más “normales”, por llamarlas de alguna manera: “Sacramento”, “Don't leve me here Alone”, “Fragile Reign”, o “My lover lies Under”. A estas alturas me sería imposible determinar cual de sus tres álbumes es mi preferido. Quedándome con el conjunto de su carrera, como uno de los pocos autores/banda que la enriquecen sin apenas alterarla.


Pero como la imaginación #La del ser humano, no tiene límites. La búsqueda incesante de la propiedad asociativa entre lo terrenal, lo espiritual y lo fantástico ya encontró en el pasado, a pioneros que trataron de conceptualizar ese asunto tan peliagudo.
Alan Parsons fue uno de esos idealistas, y su advenimiento a un proyecto tan esotérico como el de los actuales ELECTRIC LITANY; banda Greco anglosajona que ya secuestró mi alma hace de esto tres años ya. No es más que un encuentro prácticamente inevitable, que no hace más que dotar al ya de por si místico trazado de la banda de un áurea todavía más ambiciosa y elevada. Donde converge la influencia multicultural de sus componentes, ese nimbo celestial que caracteriza a su sonido, y los ritmos sintetizados que añade el veterano productor Británico. Dando lugar a una obra bastante más musculosa y envolvente. Que guarda cierto paralelismo con el de Piano Magic, con cortes como “The Soul Remembembers Eveything” o “Feather od Ectassy”.
Desde las majestuosas “Name”, “Hold fast to Dreams”, la electrónica “In the Morning”. Algunos momentos que nos evocan a un PostRock espacial más megalítico en “Enduring days you will Overcome”. Como en su vertiente más oscura, cuando incluyen las voces de Alan en “Empty Sea”, y su influencia más notable en “Silence”.
Verdaderamente un disco bastante más ambicioso y trabajado que su hermético debut. Y aunque no logrará por desgracia colocarlos en la cúspide de los discos más interesantes de este año, nosotros sabemos que poseen ese fulgor innato de los tesoros mejor escondidos.

Para acabar, lo vamos a hacer con otro de esos hallazgos que nos conectan a la tierra. Porque en esta especie de mapa sonoro al que me han llevado estos dos últimos meses, no prevalece un único pensamiento; las fórmulas para hallar el alma perdida son inescrutables e infinitas muchachos. Sin dejar de lado claro está, el resto de píldoras curativas en las que ahondaré a lo largo del año; si es que el tiempo y los ánimos me dan tregua.
Ya que son demasiado los discos a mi entender, que merecen destacarse, sin por ello renegar de mis historias o torturaros con textos penitentes.
Ni la enérgica exhumación del “Telegraph” de OMD amancebado con el “Da da da” de TRIO por parte de SUNSHINE UNDERGROUND, es el paradigma de la humanización de la tecnología. Ni el regreso de GALLON DRUNK nos hará descender a la verdadera ciénaga de la vida. No no no!! Que los tiros no van por ahí concretamente. Fluyan hijos míos, fluyan...

DOUG GILLARD vendría a poner la nota identitaria en esta fantasiosa entrada. Junto a él podríamos poner en una rueda reconocimiento, en un consejo de sabios, o en un ejército de salvadores con JOHNNY CASH a la cabeza a: HALLELUJAH HILLS, SPAIN, WOODENTOPS, DEAN WAREHAM, BLACK PRAIRIE, y a STEPHEN MALKMUS y sus Memos; va, a alguno más también. Y puersupestísimo a SLEAFORD MODS como árbitros de la contienda, poseídos por el mismísimo Mark E. Smith. En el fondo, a mi, cada uno me salva a su manera; tanto sea si me hacen ver los infiernos como si me llevan en volandas a La Yanna.


El bueno de Doug abandonó el clan de GUIDED BY VOICES hace ya un buen puñado de años. Dedicó a tiempo parcial algunas colaboraciones con Nada Surf o Eternal Summers, pero todos esos entretenimientos le dejan todavía tiempo para dar forma a su carrera en solitario. Cuatro largos, más algún que otro 7” conforman un camino que lo ha llevado a coronar este año con “Parade On/Nine Mile Records_2014”. Una obra trufada de PopRock afilado y embriagador donde su arte con las seis cuerdas planea tan libre y soleado, como el simple disfrute incondicional que le otorga a cada uno de sus actos.
Dejando atrás aquel fabuloso eléctrico “Call from Restricted” del 2009, en su nuevo puñado de composiciones se puede otear esa cálida brisa Californiana, sobretodo en la bienvenida que nos ofrece “Ready for Death”; primer corte del álbum.
Los aires bastante más reflexivos y balsámicos de ésta, su última entrega, tiene regalos verdaderamente Pop como “Your Eyes”, “Come out and Show me”, “Oh me little Girl”. Sin perder la cara a su más que notable carta de presentación y ese vigoroso Powerpop que lo caracteriza. Donde “Parade On” es una de sus mejores piezas, escoltado por “Angel X” o “No Perspective”.


La revuelta explosiva de amor de los dispositivos no fue pues así una batalla sangrienta y fratricida, ya que es bien sabido que al siervo basta con concederle una brizna de benevolencia y poder. Ellos siguieron cebando de capacidad y mejoras a sus invenciones, y a cambio recibieron la autoestima del objeto: Deseos colmados, libertad condicionada, y una dependencia supeditada al deseo de sentirse libres.
Pero nunca llegaron a conocer de verdad el sentimiento primario y real del cariño. Procrearon y perpetuaron la especie, crearon espacios híbridos repletos de comodidad, e incluso aparentaron fraternidad. Pero jamás volvieron a admitir su debilidad ante la verdadera simpleza de las máquinas, aquella que eclosionó bajo los desechos del polietileno púrpura.

00 - CHERRY_Mariposas de lunares
01 - MODELO DE RESPUESTA POLAR_el cariño
02 - CHERRY GHOST_The world could turn
03 - ELECTRIC LITANY_Hold fast to dreams
04 - DEVON WILLIAMS_Pendulum
05 - TRACY CHOW_Mont Royal
06 - MOVEMENT_Ivory
07 - OWEN PALLET_The Riverbed
08 - THE SUNSHINE UNDERGROUND_It is only you
09 - SLEAFORD MODS_Tied up in nottz
10 - LIARS_Vox turned D.E.D
11 - GOLD BEARS_From tallahassee to gainesville
12 - WILD SMILES_Fool for you
13 - 1-800-BAND_Diver blue
14 - MOONBELL_Warm head rush
15 - A TROOP OF ECHOES_Small fires
16 - PRONTO MAMA_Balance
17 - THE WOODENTOPS_A pact
18 - WOODS_Moving to the left
19 - HALLELUJAH THE HILLS_Phenomenonology
20 - DOUG GILLARD_Parade on
21 - COMET GAIN_Your haunted heart
22 - BLACK PRAIRIE_Cold day
23 - DEAN WAREHAM_My eyes are blue
24 - JOHNNY CASH_If i told you who it was
25 - SHARON VAN ETTEN_Tarifa
26 - STEPHEN MALKMUS & THE JICKS_The janitor revealed
27 - REPTILE YOUTH_Above
28 - JAMES_Moving on
29 - GALLON DRUNK - Over and over