jueves, 29 de enero de 2015

BRYAN ESTEPA Y Petit Cabroin en ROCKSOUND_Barcelona 27/01/2015: COSAS GRANDES QUE SUCEDEN EN LUGARES PEQUEÑOS (REISSUE)






















A menudo de espaldas al batiburrillo tumultuoso de los grandes fastos - películas de suspense, que a golpe de macabros argumentos y desenlaces espectaculares, que nos tienen en vilo- ¿y ahora qué, ya está...?, suceden pequeñas grandes cosas. Corpúsculos de sencilla normalidad que en una silenciosa y muda subsistencia, nos dan la verdadera chispa de la vida. Ese otro ruido casi imperceptible que engrasa mecanismos, da lustre al alma y nos libera de los grilletes de la cadena de montaje.
Este pasado Martes volvió a ocurrir tres años después. Bryan Estepa en esa concentración de talento tan ajena al estruendo de modas en forma de aplicaciones antivejez, nos volvió a levantar el orgullo de sentirnos grandes. Casi dos horas de concierto para sacar de paseo la exquisitez de su repertorio, y nosotros de la mano.



Como si la excusa de un Martes con el que digerir la semana, fuera suficiente motivo para cargar pilas. El que aquí firma, se dejó caer como el que no quiere la cosa en el RockSound de Poblenou, para inaugurar como se debe la temporada de directos vitamínicos del este 2015. Una zona industrial de la periferia Barcelonesa de la cual guardo imborrables recuerdos de juventud: Mi primer curro con 16 años, esas primeras sesiones de pinchadiscos, noches en vela, e incluso las últimas sesiones que di hace ya casi diez años en el desaparecido THE SOUND (media naranja de Fantástico Club, y ahora RockSound). Una zona de espaldas a la gran urbe que siempre me ha fascinado, quien sabe si por su pasado agitador en la escena PunkRockera de los primeros 80 (666, Texaco, Garaje, Ceferino,Aquelarre... etc), por su decoración decadente desoladora y resistente a la merienda de negros urbanística de Barna City. O por ese simpático/inconsciente tic que tenemos los cuarentones a asociar melancolía, recuerdos y paisajes para recobrar la emoción juvenil. 

Es allí donde a menudo acontecen los hechos verdaderamente remarcables de la tumultuosa noche decorativa de una gran ciudad. Por lo menos, los que para un servidor acaban siendo la prueba más palpable de la grandeza de la música y su ejecución en directo; sin filtros, colorantes ni falsas apariencias.


Desiertas las calles y contadas almas en pena las que nos dimos cita en RockSound ante el sacrificio de desembolsar 10 euretes #Modo sarcasmo On. Y ya puestos, aprovecho para lanzar un rapapolvo a aquellos que viven ciegos, sordos y ajenos a estas pequeñeces. Porque a ver, me cuesta entender el significado de la música (llamémosla alternativa) pasando por alto discografías tan exquisitas como la de Bryan Estepa, y tantos y tantos artistas que discurren al margen de la estética musical; aquella que nos hace sentir inventivos, trasgresores y modernos, o por lo menos creérnoslo.
Como me decía Fernando Alfaro hace quince años cuando lo entrevisté en su gira de Tejido de Felicidad, y que me grabó de por vida: No es aquello que sale en la tele, medios públicos o en los escaparates los que moldean y dan forma a la originalidad. Las cosas que suceden aquí abajo (en el limbo comercial), son en realidad las que realmente arriesgan, agitan y mueven la cultura.

Sobre las nueve y media mientras hidratábamos nuestros gaznates, y con un discreto Bryan apostado a la izquierda dando cuenta de un Gin Tonic, subieron al escenario Petit Cabroin (Javier Extremera y Ferran Esteve) . Quienes en formato acústico y suficientemente armados con dos guitarras y un looper que por momentos quiso dar al traste con el climax de la noche. Nos regalaron un puñado de canciones entre el Pop de cantautor y las magistrales guitarras de Max Eider en el Partytime de Jazz Butcher. Una mezcla de la sensibilidad de la Bossa y el mimbre Folkpopero de su todavía caliente “De Cabeza a un Charco/2013/Rock Indiana”, del que sonaron algunos de sus mejores temas: El que da título al álbum, “No más Madera”, “Disimular Fatal”, “La Ciudad de los que dijeron sí”, “Nuestra Gran Mentira” o “Pregúntale al guionista”, mas un par de temas nuevos inéditos.
Sin banda de apoyo, pero rodeado de buenos amigos entre los que se hallaba en ex Malconsejos o Amigos Imaginarios Santi Campos. Y algún compañero de épocas aventureras en CosmopolitANTS, como Jonathan Zuriaga; batería que acompaña a Bryan Estepa en esta gira española. La sensación de intimidad familiar quedó debidamente acentuada por la calidez y el maravilloso diálogo entre los dos fabulosos músicos, y el público claro. Sobretodo porque el disco, tras escuchar ese aperitivo acústico, se deja mucho querer: Pop cercano, maduro, reflexivo y por momentos descarnado. Con una producción exquisita y una ejecución tan cálida como cercana.


A eso de las diez menos cuarto estirando la noche como los chicles de Boomer; a gusto como estábamos los asistentes. Se arrancó sobre el escenario aquel que por su dimensiones y apariencia, pocos dirían que alberga tal cantidad de talento y actitud sobre un escenario. Bryan Estepa es de aquellos que puede llevar a engaños, según se mire claro. Todo depende si al escuchar su música sabemos o captamos por donde van los tiros: Pura transparencia y amor incondicional por lo que ama. La música sí claro, está el amor procesado, el no disfrazar aquellas influencias que lo forjaron en épocas de Swivel o Hazey Jane. Cada golpe y tintineo de juvenil efervescencia (You am I, Beatles, Teenage Fanclub, Beach Boys, Neil Young, Jayhawks, Jeff Buckley, Wilco o Elliot Smith). Todo eso debidamente tamizado por el pasar de los años, conciertos y esas mismas aventuras que nos moldearon a todos. Ese tipo de pequeños detalles que te hacen tener esa caída andando, esos hábitos y exhalarlos así: Como puro sol incandescente. Y lo jodidamente maravilloso es que no se limita a una ramplona imitación y yastá, no, lo suyo es personalidad indiscutible y honestidad, mucho de eso si.
Sobre el escenario puro PowerPop vibrante, tal como debería entenderse tan amplio término. Con sus caricias y con esos mismos latigazos que cosen Rock&roll, R&B, Funk/Soul, Pop, Folk o Punk para gozar en orgía comunal bajo la colcha.

Así que el arranque de la noche no pudo ser de otra forma: pisotón de acelerador y los temas de su último disco con más pedigrí powerpopero. “Come with May”, “Then Fighting Word” y el que no, lo puso de su cuenta, como en “In a Minute” pese a ese toque de Soul blanco al ralentí, que impregna a muchas otras canciones. “Seachange” perezosa como una de mis primera favoritas que sonaron. De su tercer trabajo del 2011 sonó tremenda “Hard Habits”; una de las mejores de la noche sin duda. Esa parte de su sonido que a mi en lo personal me remite al primer Josh Rouse de “1972” o a “Under Cold Stars” (mis preferidos). Solo que en Bryan, parece ajustarse todo mucho más en su tránsito del disco a directo y a la inversa.

Luego vinieron otra de las grandes, “Western Tales” del primero, sonando engrasados inmensos músico y banda: Brian Crouch a los órganos y guitarras, David Hatt y sus guitarras cortantes, Jonathan Zuriaga con esa batería tan Funksoul o el tímido Da Vi D al bajo. Rescates junto a “Come Around” o “Your Best night” casi sucesivas, empujadas por la exquisita selección recién publicada de su trufada y poco conocida carrera 2001/2014. Retomando la Beatlemana “Restless” de su último disco y volviendo al agradecido Vessels del 2011 de nuevo con “Tongue Tied” o “Instincts”, y el candor del PowerPop/resorte con el que coger la recta final del concierto. Y lacito en el regalo de “Right Now”, que sonó como los propios dioses (Soulera, con mucho swing como imperecederas gemas del pasado).




Para rubricar la noche y cuando ya casi me había olvidado de alguna de las confituras de su último disco, sonó balsámica “Nothing at All”. Y un colofón con un Javier Extremera sobre el minúsculo escenario abarrotado de amor y fraternidad, acompañando en guitarra y coros la última “She vs Him”.
Y el despelote de rigor claro está. Sin guitarra, a pelo y con esa facilidad que tiene Bryan de mutar hacia sus santos guías, tres bises con el cierre acechando. Un primer homenaje a los garajeros Easybeats y su “Friday on my Mind”. El “Don't let my Down” de los Beatles con otro invitado sobre el escenario a los coros miembro de los Flaming Shakers. Y echando el telón sobre la bocina una increíble versión del “Just What I Needed” The Cars.
Un derroche de buen rollo que ha servido para dar fe de los sabios consejos de Joaquim (aunque no acertara con los horarios), sí con las sensaciones. Amarrar buena parte del carácter explorador que tengo, en esa baliza que me lanzó hace un año Coco. Y lo más importante. Aunque imposible extrapolar en un largísimo texto todo lo que uno puede sentir en un directo, que es mucho y siempre imposible. El gustazo de ahondar y nadar en la imperdible discografía de este Australiano y esas pequeñas/grandes cosas que ocurren ahí, en el trastero de Rock Indiana.
PD. Sean felices y no se queden por favor con lo grande, saben que el tamaño no siempre es lo que importa?. Y recuerden que aun están a tiempo

27 enero, Barcelona, Rocksound
28 enero, Bilbao, Colegio de Abogados
29 enero, Madrid, El Intruso
30 enero, Castellón, Four Seasons
31 enero, Valencia, Loco Club

COME WHAT MAY... 2001/2014 (Rock Indiana):

lunes, 26 de enero de 2015

ELIXIRES RECONSTITUYENTES (Finos, Amontillados y otros bicharracos).




Desde bien pequeño ya, y pese a la desmesura diametral de mi rollizo cuerpo según cuentan las historias de madre “no hay más que una” -se cuenta que el jamelgo con mi madre rebasando ya la cuarentena, pesaba cinco kilos y medio- madredelamorhermoso!! Pese a ese florecer desproporcionado y parasitario, cuando dejé de depender de las mamellas de mi madre y la leche en polvo del niño gordo de la lata, como ella la llamaba. Crecí apocado medio alelao y propenso a coger al vuelo cualquier virus que se preciara.
Huesudo, espigado y rodeado de cuatro mujeres, mi infancia no fue la alegría de la huerta que digamos: En perpetuos resfriados, gripes, jaquecas y alergias, me atiborraron de inyecciones, vitaminas... - Tose cuando entres nene!!, me decía mi madre cuando visitaba al doctor Padrós día sí, día también.
Cada vez que encamaba -que eran muchas- crecía un centímetro y se acentuaba mi delgadez. La ropa me quedaba enorme, las articulaciones me dolían, era sonámbulo y tenía miedos nocturnos, me meaba en la cama... una joyita vamos. Por aquel entonces, sin tantas manías ni tonterías como ahora. Mi madre que estaba emperrada en volver a ver el gordo y lustroso neonato, me preparaba un brebaje inbebible: Quina San Clemente con una yema de huevo, bien batida y pa dentro!!

Os reiréis, pero ahora que voy camino de los 45 y con 1'85 de altura. Cada Sábado que voy a verla, en su vejez de 86 primaveras y después de comerme su lentejas que tanto odiaba y ahora adoro, con una botella de buen tinto que cada semana le bajo y compartimos. Me acuesto a echar la siesta en mi cuarto de soltero, y vuelvo a soñar con esos días. Ensobrado en un juego de cama de felpa frente a ese dibujo de témperas que dibuje con catorce años. Vuelvo a caer en el dulce sueño de la infancia. Como podréis imaginar, mis necesidades nutricionales ya no van dedicadas a mi envoltorio sino a mi alma.
Reconstituyentes que te nutren desde dentro hacia afuera. Que abren ventanas y poros para que pase el aire, dándonos perspectivas y conocimientos de nuestros sentidos nuevas. Esas que te hacen volver a sentir la emoción infantil de descubrir los secretos mejor escondidos de la vida. Los que nos enseñan a conocernos y a medir con nuevas experiencias, nuestra mutación y madurez deliciosa.


Hay quien cree que conocidos ya los gustos, para que devanarse la sesera en entender aquello que no entra a la primera, pudiendo apoltronarse cómodamente en los hábitos: Hábitos que se tornan rutinas y rutinas que acaban siendo monotonías. Pues bien. Supongo que a veces la rutina nos da cierta seguridad, porque no. Ah, lo siento. Yo desde chico y con la seguridad de ser un zopenco, según estipula mi currículum oficial. Siempre me empeñado, primero de manera instintiva y poco más tarde ya por pura devoción, rozando casi el fervor. En encontrar siempre motivos suficientes para exprimir los sentidos y la curiosidad, quizás por eso, porque soy un zopenco.
Fue así como la segunda cita del año que nos hizo descender como si fuésemos lugareños de Guanajuato hasta los genitales de Vadebacus. Y en el perforar colectivo hacia nuevas galerías secretas y misteriosas, diésemos con oro en vez de níquel o plata. Oro de glorioso sol San Luqueño para sacudirnos la caspa de encima en un “todo lo que usted quiso saber de los vinos de Cádiz, y no se atrevió a preguntar”. Una noche que no fue ni mucho menos una disertación escrupulosa de sus controvertidos elixires. No, a veces es bueno poner el contador a cero, deshacer lo hecho y volver a empezar todo de nuevo; y yo respecto a estos pormenores soy como un niño asombrado con la mirada congelada y los ojos abiertos como platos. Digamos que soy neófito absoluto y aprendiz avispado, para qué más.


Tenía que ser así, enfrentados por primera vez y de improviso a tres tremendos vinos del Marco de Jerez. Como esa primera vez que te arrastran engañado a un burdel. Como enfrentarte entre el pavor, el desconcierto y la excitación a tu primera erección.
Líquidos glicéricos con un carácter gastronómico imposibles de entender sin un bocado que llevarse a la boca. Que nacieron de la idiosincrasia Andaluza del beber, negociar y comer, pasando casi inadvertida su grandeza e inigualable personalidad dentro de la tradición vinatera española. Tuvieron que ser así los Ingleses los que primero apreciaron su distinción dentro del marco de los Sherrys, vinos secos de aperitivo y olorosos. Ahora, con el paso de los años bodegas como Equipo Navazos, son los titánicos Leónidas que se enfrentan en las Termópilas, al devenir incierto del vino de Jerez. Nunca lo suficientemente valorado, como una especie única e inimitable dentro de la personalidad que ostenta cada vino en nuestro país. Por eso, no hay vino que iguale o pueda acercarse mínimamente a estos vinos: Complejos, exigentes y caprichosos ¿quien no se ha tomado alguna vez una copita de la Guita, Tio Pepe o La Gitana... etc? Con un cartucho de camarones, jamón o queso.
Lo cierto es que pese a lo coloquial del consumo de estos vinos, da la sensación que jamás se les ha dado la suficiente importancia aquí.


Y no seré yo el que intente dar lecciones de nada, salvo de la emoción y disfrute al intentar diseccionar o descifrar la sensaciones que produce hacer una cata de estos bichos indómitos. Para eso ya están Jesus Barquin y Peter Liem; ideólogos y Almacenistas de filosofía combativa.

Con el orden impuesto por Jordi Ferrer (nuestro guerrillero infatigable y cómplice Perico). LA BOTA DE FINO nº54, AMONTILLADO EL TRESILLO, y LA BOTA DE PALO CORTADO 2014 nº52, y de manera inédita con Jamón, Queso Viejo y frutos secos para acompañar. Fueron unos primeros instructivos apuntes los que nos guiaron levemente por las particularidades de la crianza de cada uno de ellos, lo que los hacían distintos: La importancia del Velo Flor que cubre en su periodo de crianza estos vinos, y que controla la oxidación de los mismos. La sabiduría de los Almacenistas y catadores en la elección de las botas para determinar el ensamblaje y la composición única del Fino, o del Palo Cortado (calificación en el origen de tachar las botas elegidas con tres palos y una raya oblicua), el domar la oxidación de los mismos en equilibrio funambulista. O el misterio de la extracción de semejantes vinazos, de una uva tan fina como el Palomino.
Aunque para ser sincero, entre lo turbador y contrastado de la experiencia olfativa y palatal del momento. A uno se le va el santo al cielo levitando entre gemido, gruñidos y salivaciones; para que engañar.


LA BOTA DE FINO nº54 15% (Vallespino) es directo, refrescante e inmediato, perfecto e insaciable para tapear mientras se arregla el mundo frente a una barra o sentado a la fresca. Con perfumes entre las lacas, el polen, las olivas y la madera húmeda recién cortada. Es un vino secante pero muy fresco a la vez y conforme sube gradualmente de temperatura de los 10 grados a los 13, aumenta notablemente su abanico expresivo. En boca es contundente recordando al perfume que impregnan las cooperativas aceiteras del sur (olivas, extracción, jamila), toques salinos a mar, pesca, arengues, ligeramente ahumado. Toda una ricura.

AMONTILLADO EL TRESILLO 20% (Palomino Fino) es otro giro de tuerca. Como suelen ser los Amontillados, es mucho más profundo denso y rotundo aunque preserva una acidez diluyente ideal para comidas grasas (pescados azules, quesos, o caza). Con su color ámbar seduce y activa recuerdos evocadores. Su olfativa es casi infinita y tan amplia que obliga a reflexionar: Goloso, con recuerdos a tabaco de pipa, currys, azafrán, naranjas, vainillas y frutos secos. En boca es adherente, longitudinal y fresco por su deliciosa acidez y explosividad.
Con el queso curado alcanza su cúspide al amalgamarse con las grasas lácticas fundentes. De ahí esa definición de gastronómicos. Son vinos que cuesta entenderlos si no es con la ceremonia de oler y combinarlo con la química de un buen bocado; entre otras cosas porque pueden ser altamente peligrosos y cabezones a palo seco.



LA BOTA DE PALO CORTADO 2014 nº52 18% es otro grado de subliminal, otro mundo. Y perdonen mi atrevimiento, pero cercano al súmmun y lo celestial. Sí, así de rotundo. Y lo cierto es que sin ser estrictamente un vino dulce, el amalgama sensitivo que produce es definitorio; EL COLOFÓN. Armonioso con los frutos secos a puñados, sedoso en boca y fundente con el aceite de las nueces, la avellanas, las almendras y su acidez. Todo ello resulta tan hipnótico y cálido como la contemplación de la lava del Kilauea.
Perfume de miel, olivas, mueble antiguo, orejones y pasas. Al subir la temperatura emanan los licores y más pasas. En boca es bestial, milimétrico. Puedes separar por capas las sensaciones, perder la cabeza, volver a reformular, y aun así no acabar de definir las sensaciones más que con un gemido canino. Es como catalogar y ordenar todo lo que te han ofrecido los anteriores dos vinos #Y otros, conjugarlo, volverlo a separar, y elevarlo a la máxima potencia. De echo una de las peculiaridades de Palo Cortado, son la selección de los mostos más excepcionales de Miraflores. Todos ellos del mismo pago y de la misma añada, y pese a ser de carácter netamente joven se le intuye una vida en botella increíblemente longeva.
La ausencia prácticamente del velo de flor, que es la película que se forma en la superficie del mosto y lo preserva de la oxidación. Hace que a diferencia de otros sea este un vino oxidativo, y sin embargo tan lujurioso para beber. Recordando a grandes productos de esta bodega: La Bota de Florpower MMX 44 y 53, La Bota Amontillado o a La Bota de Manzanilla Pasada. Como dice la misma bodega: Una selección de seis botas de cañón para ensamblar este vinazo, puede que uno de los mejores olorosos de Jerez.

Así que para que decir más, lo que se dice una noche completa. De aquellas que te teletransportan a las estrechas callejuelas Gaditanas, a Jerez de la Frontera y sus tabernas llenas de vida. Al olor a mar, salitre y a la euforia desatada que respiran sus calles. Viajes antiguos que ahora se nos antojan breves y distantes, trazando un tiralíneas entre Sancti Petri con sus inabarcables playas de arena compactada, a Chiclana, Padro del Rey o por los alrededores de la catedral Gaditana. Y que le hacen regresar a uno a casa con la huella en el paladar mientras en el coche sonaba Adrian Cowley, sí lo recuerdo, sonaba Adrian.

jueves, 22 de enero de 2015

PAPER WAVES: GIVE ME MOONLIGHT_2014... vientos de deshecho que nos devuelven la grandeza del olvido:





Abordajes a las puertas del colegio a punta de varillas de paraguas, calles resbaladizas y charcos como espejos donde mirarse. Amanecen los primeros Lunes de lluvia del año, y con ellos la corriente que se intenta llevar calle abajo los malos augurios y la mierda imperecedera de las calles: Orines, incontinencias e inercias cavernícolas. Colocas la bota en el desnivel del pavimento por donde discurre el agua de la lluvia a modo de presa, hasta que se te empapa la planta del pie. Y cosas bonitas como Paper Waves se asen y echan raíces, te colonizan tomando la bastilla.
Me gusta rebasar los plazos impuestos por el cambio del año, solo por descubrir la deriva de aquello que se nos escapó por los pespuntes descosidos del alma. Casualidades en las que tropieza la melancolía de los días lluviosos, grises, mundanos y pensativos. Me aposto en el minúsculo balcón de mi habitaje mientras consumiendo el pitillo de la vida, veo pasar la gente, el rumor de la calle. Entreabro la ventana que queda a mis espaldas y dejo que el impulso de las ondas -benditos salmos de mullido y poroso bizcocho- me empujen a soñar con “Give me Moonlight”.

Los recuerdos se suceden, dicen por ahí que el resultado de una fórmula matemática resuelve hoy, el día más triste del año. Y puede que si es verdad que la matemática nunca falla, sea la nostalgia que producen sus canciones la que nos entristezca. Y macere tanto nuestro corazón, que funda la lágrima con las gotas de lluvia que resbalan desde el quicio de la terraza del vecino de arriba.
En cualquier caso y dejando que sean los sentimientos los que escojan momento/año/día, y sea nuestro estado de ánimo quien los crisalice de por siempre. Por el borde del ya concluso 2014 todavía siguen deslizándose en oscura negrura, como siropes de fresa, galletas o arándanos, y en caída libre hacia el abismo del 2015. Discos tan magníficos como el del último proyecto de Joe Reina (Braves, Wire Sparrows) y Jesse Carmona. Y eso, puede que sea el único detalle a tener en cuenta.

En ese verdadero trabajo de orfebrería vocal y tapices melódicos tan balsámicos y apacibles, como es este Give me Moonlight. Se pueden entrever muchas de las claves que hicieron únicos a Teenage Funclub, Trash Can Sinatras, o a los Posies. Con un grado más de confortabilidad quizás, pero con virtudes o armas muy parecidas: Pop reluciente de tonos ocres que se engranan automáticamente con la melancolía y la ternura, al bombeo del corazón. Y que a uno le produce de manera ineludible, esa sensación de languidez propia de los años; quizás.
Ligeras taquicardias de soliviantos nocturnos, en la cama. Con los ojos medio cerrados su escucha se antoja como pequeños viajes somnolientos en la vigilia del... - sueño despierto. Uno de esos discos olvidados en la recámara de los años, que pasan como verdugos implacables con condenas, que solo las estrellas como rutas de indianos y astrónomos tan insomnes como Wilfully Obscure, son capaces de volvernos a poner sobre su pista. Te agarras a sus crines, y cabalgas por esas rutas de polvo de estrellas en “Phantom Wing”. Con “Some New Hand of God” nos recuerdan el pálpito de aquel “Love & Mercy/2005” de THE BRAVES. Pero este disco en su discreción y timidez tiene un algo que lo hace mucho más grande y despiadado. Un crisol de pequeños recuerdos como fogonazos a los que cuesta ponerles un nombre, una fecha, o un momento de nuestras vivencias. Tiene ese vuelco que te llena el pecho y socava incluso en desamores, oportunidades que se lanzaron por el retrete, dando más sentido si cabe, a la injusticia del pasar páginas de almanaque. Y pensar solo por un instante, que por poco que sea, canciones tan majestuosas como "Easy Branches", “Disappears”, “The Forest”, “Two Careless Lifestyles” pudieron quedar enterradas en el olvido.
Saltar sonámbulos sobre las notas quebradizas de la guitarra de Joe Reina y Marcus Spitzmiller en “Keep Your Own Kind of Love” o “Easy Branches”. Y gozar como un cochino sonrosadito con estos regalos inesperados que nos dispone la tranquilidad de saber, que no hay plazos ni ultimátum que date las obras atemporales.

viernes, 16 de enero de 2015

LOCKE/2014: DILEMAS AL VOLANTE




Nacionalidad: Reino Unido
Dirección y guión: Steven Knight
Género: Drama conyugal
Duración:85 min
Reparto: Tom Hardy, Ruth Wilson, Tom Holland, Andrew Scott, Olivia Colman.
Fotografía: Haris Zambarloukos
Montaje: Justine Wright
Música: Dickon Hinchcliffe


Sentados en ese sofá nuevo que nos hunde hasta el piso inferior, pasamos las sobremesas dominicales en familia. Es conocido, que aunque la semana haya sido gélida, o se prometa encapotada y hasta fenomenalmente triste, las mañanas de Domingo siempre cuelgan el sol ahí arriba, o lo colgamos del salón al abrigo del recio frío. Huelen a vermuth, a cacharrería de cocina , a colada recién tendida y sobretodo, a postcomida cinematográfica.
Tengo una lista sempiterna de películas por ver. Algún documental también. Y siento, que aun programándome un maratón de cosas interesantes por hacer; con la llave echada, líquido para no deshidratarme y litros de café. Nunca llegaría a hacer desaparecer ese montón de ropa sucia por lavar y planchar que se amontonan como deberes; como si mi insaciable apetito nunca se llegase a colmar.
Un agobio vamos, que por otro lado, todo sea dicho, llevo lo mejor que puedo: La lista de cosas pendientes ya hace que la tiré a la papelera, y ahora casi que disfruto más encontrándome sin previo aviso con esas cosas que había olvidado bajo la pila de papeles, que proponiéndome tareas.

LOCKE es una de ellas. Recuerdo que vi un resumen en ese programa de cine de la 2 a deshoras; ahora no recuerdo como se llama... Pero sé que es de los pocos en los que confío: me encanta ese tono narrativo de sus sugerencias. Sobretodo por que casa perfectamente con la exposición de esta historia, que el televisivo Steven Knight a llevado a la gran pantalla.
Repasando las numerosas opiniones que pululan por la red, me gusta saber que piensan los demás, aunque no suela variar la mía propia. He visto así en general, como un tono de tibieza perezoso en la crítica, o lo que genera a quien la ve. Y no digo que no, que si todas ellas subieran al patíbulo y se diseccionaran escrupulosamente, el disfrute pasaría a ser una pura penitencia; ¿en serio hacéis eso cada vez que paladeáis los pormenores de la vida?. Incluso es posible caer en el error de pensar que es otra de tantas cintas que se multiplican como los hongos sobre el estiércol. En las que se ha intentado suplir un guión endeble, con técnicas innovadoras o localizaciones insólitas (Buried, 127 horas, Monstruoso... etc.).
Todas ellas unidas por ese finísimo y tan maleable epíteto de Thriller. Porque sí, aunque no lo crean esta película ha sido definida como Thrilller. Y puede que este sea el motivo por el que Locker ha pasado sin pena ni gloria por las carteleras. Pero no es el caso que nos ocupa, aquí hay algo que va más allá del simple suspense e intriga por un deseado desenlace.



Mucho antes que BMW patentara el gusto por conducir, yo ya lo hacía al volante de mi Talbot Horizon verde oliva de 2ª posadera. Seguramente porque ese pequeño habitáculo era en la soledad de la conducción, y con la placidez de devorar millas mientras se escucha tu música preferida. Me han dado para imaginar, solucionar acertijos laborales, o porque no, construir historias con la ayuda del paisaje que voy dejando atrás como visión inspiradora. Algo de eso debe haber en el echo de que conectase con esta pequeña joyita del celuloide: conducir me tranquiliza, me agudiza la visión panorámica del paisaje, y doy por bien invertidas las largas horas de carreera. Ahí es donde este director novel en largometrajes, desarrolla esta historia o momento trascendental del personaje central, Ivan Locke.
Un encargado de obra que se enfrenta a uno de los momentos profesionales más importantes de su carrera: El hormigonado más grande hecho en Europa, para una multinacional Americana. Uno mas de los detalles que conectan al espectador a una historia tan común como normal. Sobretodo para los que como yo, han formado parte de los pormenores de la industria, de las historias anónimas en la construcción o los dilemas laborales que suceden en silencio a nuestro alrededor.

Ivan Locke no se enfrenta tan solo a esa disyuntiva profesional. Porque si esa responsabilidad es la que lo sitúa en una encrucijada, y empuja a incurrir en un acto tan meditado como desesperado. Serán los hechos sucedidos tiempo atrás, los demonios de su pasado y la familia, los que lo empujen a dar un giro de 360 grados a su vida y a construir la línea argumental de la película.
Rodada en el metro y medio escaso de un BMW X, con las luces fundidas centelleantes del tránsito nocturno, los diálogos telefónicos, y su sola interpretación ante el peligro. Es como sucede en tiempo real esta cinta del lo fi presupuestario. Hora y media de trayecto que llevan al protagonista de nuestra historia, de su lugar de trabajo hasta Londres; donde espera un hijo no deseado y que le cambiará por completo la vida. Sin ningún tipo de truco que no sea el de la propia historia, y con un escenario tan limitado como exigente; sobretodo si se tiene en cuenta el resultado de tal ocurrencia.
Sorprende la increíble serenidad con la que el protagonista pretende culminar un acto, que el cree definitivo y meditado: hacer lo correcto, lo que se debe hacer por pura responsabilidad y por higiene, limpiar un pasado de infancia carcomida y penitente. Le da igual que todo se vaya a la mierda (futuro profesional, familia, honor...), con tal de redimirse.


En ese trayecto de casi hora y media podemos ver la seguridad en la interpretación honesta y gestual de Tom Hardy. Vemos tambalearse su vida, el miedo al fracaso y abrirse a su paso el averno que ha desencadenado. Todo eso a pelo ante la cámara, un teléfono que no cesa de sonar, sus atormentadas reflexiones y el encanto de un trayecto nocturno lánguido, turbador y explosivo.

Steven Knight consigue con las pocas posibilidades que proporciona ese escenario y la portentosa interpretación del protagonista, un resultado realmente loable y verosímil. Sobretodo porque al margen de poder parecerme en lo personal, un riesgo nada pretencioso. Hace bueno el valor de la historia con un guión soberbio, la interpretación y el trabajo de la cámara, para enmendar lo que otras películas sobre el estilo tiran por el desagüe con inútiles artefactos o situaciones forzadas.
En su defensa tan solo puedo decir que es una exposición realmente brillante de una historia muy normal con la la que identificarse perfectamente. Que exprime hasta el máximo detalle el gesto, los diálogos y el encuadre. Que no aburre en absoluto tal y como dicen por ahí algunos; salvo que esperen un desenlace o un golpe de efecto (que no lo necesita). Y también supongo claro está, que mi gusto por las historias sencillas, naturales y bien filmadas no tiene porque ser el de los demás.
Los efectos parapsicológicos y mal construidos para saciar el entretenimiento a base de esperpentos, ya hace tiempo que no me convencen. Y me ajusto a pelis como Perdida o The Equalizer; que de basurillas también me toca ver y no digo que no entretengan. Pero me quedo con estas pequeñeces que nos regala el cine europeo.
 

lunes, 12 de enero de 2015

BRYAN ESTEPA [HEART Vs. MIND]; LA PRIMERA GRAN CITA DEL 2015


Dados por concluidos los epidémicos festejos navideños, y con el dispositivo desmesura infinita & She`s lost Control ya desactivado y en stand by. Sí sí, ese que activa el 1 de Diciembre de modo automático, y nos empuja a todos a hacer lo mismo sin sentido aparente o por pura simpatía. Por suerte, igual que despierta de su letargo, se desconecta de golpe y porrazo pasados reyes. Seguramente ya hasta Semana Santa o Vacaciones estivales no volverá activarse; nunca como en navidad, desde luego.
De todos modos podemos estar tranquilos que el curso de las cosas o los veladores del orden mundial ya se encargan de hacernos un Clear Cmos en el subconsciente, para darnos de bruces con la cruda realidad.
Pero vamos, que no venía yo a daros lecciones de mesura. Venía a poneros en aviso de una casi ineludible cita. Que no os vayáis a pensar que vivo en una burbuja, aislado de los últimos hechos acontecidos en este mundo global. Pero tampoco me sorprendo ya a estas alturas del alcance de la idiotez humana. Y si no, ya se encargan las redes sociales de ponernos al corriente, a base de llantos indignados colectivos, con un cómodo click desde la butaca de casa.

Yo lo que venía a contar por aquí, con la agenda de futuros objetivos recién estrenada. Es la inminente visita de BRYAN ESTEPA por nuestras tierras a finales de este lampiño mes de Enero.
Este artista Australiano de origen Filipino antes en: (Swivel, Hazey Jane), y su último disco del pasado 2013 “Heart Vs Mind”. Al que arribé gracias a los certeros consejos de Coco ( Antes Ciego que Sordo). Quien me puso tras la pista de este domador de melodías; a raíz de su testimonial lista de mi buen camarada.
Desde entonces y a pesar de que desde hace dos años Coco a aparcado por obligaciones su avistadora bitácora. Cada año por estar fechas seguimos teniendo nuestra necesaria dosis de buenos discos, para aplacar calambres al corazón y contracturas del espíritu. Y la de este desconocido hasta el momento autor, es un claro ejemplo de hallazgos tan necesarios, como exfoliantes son las tareas de todo un 2014 investigando en su espléndida discografía. 

Una cita obligada para cualquier amante de las melodías confortables, y de ese toque musical Californiano con el que se impregnan cada una de sus composiciones. Si el día que me puse a la tarea de escuchar su último disco, me vinieron de automáticamente los recuerdos de Beach Boys o Teenage Fanclub. Nadie que este exento del regocijo que produce escuchar a Jayhawks, Beatles, Wilco, Neil Young, The Kinks o de Gram Parsons (por poner nombres a su sonoridad); debería dejar escapar la oportunidad de escuchar a este pequeño geniecillo. Un tipo que en su natural sencillez, no pierde la ocasión de mostrar sus inspiraciones como algo totalmente lógico y reconstituyente.
Y es que amigos míos. Quisiera imaginar este minúsculo universo musical sin la defensa a ultranza de patentes de corso o la altivez de la que algunos hacen gala, cuando les preguntan por sus influencias. Cuando hubieron pioneros, y después colonos que se encargaron de predicar la palabra del Rock, y consiguientes mestizajes: Maestros, aprendices y generosidad a espuertas cuando compartimos aspectos tan diversos de la música. Las vías de doble sentido, y los collages que componen nuestro universo particular.

En “Heart Vs Mind” podemos encontrar mucho de lo anteriormente citado. Pero sobretodo, un puñado de canciones que ejercen el mismo efecto que una suave brisa que aleja nubarrones. Canciones que nacen en un punto de partida común: su armonía vocal. Y que toman su camino según las circunstancias anímicas e inspiradoras de Bryan, Adrian y el resto de músicos que lo acompañan.
No se trata simplemente de creer que por recordarnos a algo, o por el simple echo de conectar por nuestros gustos musicales. La música pierde la autenticidad y legitimidad. Todo acaba conectándose como pequeños nervios neuronales, y cada artista pone su nota de distinción cromosomática. Algo que Bryan Estepa lleva a cuestas con sus guitarras, carácter bonachón y de contagioso optimismo.
Su quinto disco tiende la mano de generosa confianza con “(If you follow) We Just Might Get Near”; una más que clara declaración de intenciones. Hay momentos para agitar el estado gaseoso que acompaña todo el disco, y surfear sobre las espumas descontroladas de “Them Fighting Word”, “Overnight” o “Come What May”. Pero en trazos generales, y dejándose llevar por todo ese sensacional retrato de escenas de despertares estivales: soles altos que deslumbran, invitan al acurruque. O que consuelan como largas tardes meditabundas de modorra placentera, para hacerse el muerto y dejarse llevar por la marea.
Heart Vs. Mind da con la clave por la que Pop, Folk y Rock pueden llegar a fundirse, sin apenas perder sus buenas cualidades. Discos que conectan toda su trayectoria por cambios apenas evidentes, pero que moldean con gusto la travesía. Notar por ejemplo que entre la belleza excelsa de “Nothing At All”; de rasgos clásicos pero certeros puñados al corazón y al nudo de la garganta. Se entrelazan y funden como el chocolate al calor del sol , con otras tan solo aparentemente opuestas: “She Vs Him” o “Restless”. Y es que de rupturas amorosas o ideológicas existen tantas como prismas y puntos de vista.

Bryan Estepa estará por nuestro país a partir del 27 de Enero, hasta el 31. Cinco citas que pese a la premura del plazo y la amplitud de su discografía; por cantidad, y calidad. Estoy seguro que tendréis la oportunidad de sucumbir a sus encantos, y si no... También podéis hacer lo que yo. Romper con el pasado y con aquello que nos asfixia como el corsé de una alocada bailarina de cancán: El insoportable peso de lo previsible, de aquello que hartos de gustarnos, nos seda como la adormidera.

martes, 6 de enero de 2015

TRES REYES, DOS GARÇONS Y TREINTA REGALOS


Érase una vez que se era, una familia Rockera:
Cuatro miembros con dos niños por los que la música corría por sus venas. Cuando jugaban todo giraba alrededor de una corchea y un mástil con cuerdas por bandera. Eran a veces mochos, palas de playa o cualquier objeto con el que emular a una banda con su momento, su canción y ese tipo de videoclip improvisado a lo Valerio Lazarov. Y claro, cuando la esperada noche de Reyes llegaba, metidos en sus camas y tapados hasta las orejas con sábanas, paduanas y edredón. No imaginaban a unos Melchor, Gaspar y Baltasar al uso; su imaginación iba una pizca, solo una pizca más lejos y así soñaban...
A Gaspar con sus entre canosas y dorabas barbas lo veían como un alto y fornido John Grant. Este era el encargado de acunarlos para que no se despertasen, susurrándoles al oído algo como “Leavin' On your Mind”; mientras, los otros dos preparaban los regalos y acomodaban camellos. Uno no era sino un Jim Morrison barbudo que había cambiado su viejo camello, por un Shelby del 67. Y Baltasar no era ese rey negro actor secundario favorito de los niños más raricos del lugar, no. Este había cambiado su capa, turbante y abalorios por un dos cuartos de ante beige. Y como un Curtis Mayfield renacido, era la estrella de Oriente de la noche.
Sobre la mesa no había los típicos rulos vacíos de papel higiénico decorados y llenos de peladillas, ni los vasos de leche ni las galletas o el agua para los camellos. Sobre la mesa del salón, una botella de Jack Daniels y tres chupitos.

Este regalo de reyes que me hago cada año como una sana tradición de esta minúscula bitácora, y que hago extensible a todos los que por aquí pasáis: Los que comentan los que no, los que se dan un garbeo de manera anónima, los que no entiende ni papa de mis interminables textos, o los que echan una mirada furtiva a lo que por aquí se comparte y recomienda; absolutamente a todos. Pero sobretodo a los que perdieron el miedo a soñar en un aula de adoctrinamiento. A los sinvergüenzas que se dejaron olvidado el pudor por mostrarse a si mismos tal y como son, y a los que siguen creyendo en la magia de la música.
Con tres magos que no lanzan caramelos sino vinilos decapitadores, de esos que nos hicieron perder un buen día la cabeza. Para todos, este puñado de canciones. Treinta en total, que no representan ni de lejos todo lo que ha aparecido este 2014 por entre los pliegues, buhardillas y cajones de este blog.

Ya sabéis que para acceder al compilado descargable, basta con comentar la entrada simplemente con un correo electrónico, donde se os enviarán los enlaces (estos comentarios no se publican y se eliminan automáticamente una vez enviado el email). También os podéis pasar por el grupo de Facebook y acceder a los mismos, o hacer lo que os venga en gana. En estas treinta no están las mejores, por supuesto, solo mis preferidas y alguna cosa que no ha aparecido en sucesivas playlists.
Una selección amena, variada y entretenida para escuchar mientras despedís estas fiestas, y cogéis fuerzas para el resto del año. Para los que os sepa a poco, tenéis en el Spotify (y sé que es una mierda, pero es lo que hay). Donde está todo o casi todo lo que ha ido sucediendo este año por esta casa, vuestra casa.
Ser felices en la medida de lo posible y que la fuerza os acompañe para eso mismo, para intentar ser felices.

01- WITHERED HAND-Horseshoes
02-WEEPING WILLOWS-It takes a strong heart to love
03-BILL PRITCHARD-Trentham
04-ELECTRIC LITANY-Hold fast to dreams
05-THE DEATH OF POP-Whenever
06-BLACK SWAM LANE-Lost for you
07-VIET CONG-Unconcious melody
08-WILD BEASTS-Sweet spot
09-EAST INDIA YOUTH-Dripping down
10-COMET GAIN-Wait 'til december
11-PALE LIGHTS-Another broken heart
12-CURTIS HARDING-Keep on shining
13-SPOON-Outlier
14-JAMES-Moving on
15-DREAM POLICE-My mama's dead
16-TOM VEK-Sherman
17-THURSTON MOORE-The best day
18-PARKAY QUARTS-Pretty machines
19-TEMPLETON-Palida camarada
20-OUTRAGEOUS CHERRY-The digital age
21-GOLD-BEARS-Her fears
22-CUELLO-Cara de hombre
23-THE POPGUNS-Second time around
24-TEMPLES-Shelter song
25-MARTIN CARR-Senseless apprentice
26-DOUG GILLARD-Parade on
27-TY SEGALL-Green belly
28-CHUCK PROPHET-Felony glamour
29-HATCHAM SOCIAL-Lion with a lazer gun
30-TODD TERJE & BRYAN FERRY-Johnny & mary (Robert Palmer cover)

 CAFE COPA & PURO 2014 Y LAS TRAMPAS DE LA VIDA

viernes, 2 de enero de 2015

APÉNDICE: DOCE DISCOS NACIONALES DEL 2014 Y DOCE PROPÓSITOS PARA EL 2015








A tomar por culo el 2014 amigos y amigas!! A ver, ¿quien fue el jodido embustero que te dijo, que cuando sonaran las doce campanadas iban a descender miles de querubines regordetes y sonrojados y te iban a llevar en volandas a ese sitio del que siempre hablan los profetas? Faemino? Fue Faemino? Pues te vendió la moto muchacho. Porque el único profeta en vigor es Chuck Prophet, y que yo sepa nada dijo en sus canciones.
Pero que no sea yo el que os eche por alto las ilusiones ¿eh? Solo digo que en la medianía de las cosas es donde normalmente a veces se encuentra el equilibrio de las cosas: Ni todo es negro como el tizón ni deslumbrante como las cadenotas de los raperos. Y no será porque mi 2014 haya sido un paseo de rosas: He sentido el peso de mi cuerpo sobre la fragilidad de la vida, creer que nada puede ir peor y descubrir que sí, he llorado como una magdalena, y comprobado que la salud es lo más importante del mundo. Pero si algo he aprendido en los momentos más tenebrosos y desperanzadores, es que todo está en nuestras manos y en la capacidad de revertir las situaciones más adversas. Que la vida no hay que pintarla necesariamente de rosa para ser feliz, que compadecerse de uno mismo no sirve absolutamente de nada, salvo para regodearte en tu propia miseria y permanecer inmóvil. Y que hasta de las desgracias más vomitivas y penosas hay que sacar siempre una lectura; no en positivo ni en negativo, sino un mecanismo que active algo.


Soltado el sermón de predicador de tres al cuarto; que no se porqué venía ahora el tema. Ah! Sí, por aquello de echar más leña a este montón de música que peligra en el cambio de chip común, de este cambio de año. Que si he separado otro puñado de discos, en este caso nacionales. No es por hacer distinciones o rebaños pero es que no era cuestión de echarlo todo a la cazuela y montar un ágape indigesto.
Aquí hay doce de los discos del país que más me han gustado. No son muchos lo sé, ni me gusta demasiado separarlos por nacionalidad (de echo creo que es la primera vez). Ni voy a mentir como un bellaco diciendo que suelo escuchar mucha música patria , o que me gusta toda por igual. Pero siempre como en todo, hay algo que reluce, que me cautiva y despierta #un algo (llámese fulgor, pellizco, sacudida o lo que diantres sea).


01#I AM DIVE_WOLVES

Este dúo sevillano regresa con su segundo vestido de noche. Nada de minifaldillas, ep's o leggins para marcar paquete. Si aquel Ghostwoods del 2012 de rejilla, donde lo acústico, mimbrado y delicado de aquel primer disco, ya entró a formar parte de mi ropero del 2012. Este Woods/2014 ya de raso y cola con un porte más sofisticado y ambiental, no hace más que reafirmar su interesante evolución: Programaciones sintéticas de electrónica comedida, con un claro objetivo hacia la expansión sensorial. Hablar de madurez no sería del todo preciso, pero realmente este álbum resulta más impactante, directo e igual de balsámico que todo lo que les ha precedido; ya sea con apariencia de electrónica ambiental o de Folk experimental.
Como todo lo que sale de los dedos de Esteban Ruiz y José A. Pérez.

02#CUELLO_ MODELO ETERNO

La banda Valenciana Cuello podría ser perfectamente la antítesis de I am Dive, aunque ambos se complementan. Por lo menos para uno como yo, que con dieciséis años se quedaba frito en la cama al venir de currar con La Polla Records o Kortatu a todo trapo.
El caso es que en este, como otro de tantos alter egos que tiene José Guerrero (Betunizer); siempre en busca de las mil y una forma de cocinar el posthardcore (que dicen que ahora se le llama así). A un servidor le vienen a la cabeza como uno de esos collejones “simpáticos” de los colegas. Aquel Punk de frenopático que salpimentó mi adolescencia, aunque claramente más rocosidad. Con tanta sabrosura, que hasta me gustan más que Betunizer, que ya es decir mucho. Anden anden!, si tienen lo que hay que tener, asómense a ver. Que les va a gustar... tontorrones.


03#TEMPLETON_ROSI

A estas alturas me imagino que se habrán hecho a la idea de los gustos tan dispares y contraindicados que tengo. Bueno, unos le llaman ser raro, yo creo que con 44 años ya hay edad para que uno tenga buena boca y no se ande con aquello de: - Ay, que esto no me gusta!! ay quesquehacemucho ruido, que si parece una ñoñez!! que sí que no, que caiga un chaparrón!! En fin, Templeton nunca han sido una banda a la que le haya prestado demasiada atención. Pero aquí donde por fin parecen echarle webs y se deciden a mezclar su lado más electrónico con el Popero, me gustan mucho más; donde va a parar!!
Electropop o Pop a secas que te transporta a las ambigüedades de Carlos Berlanga, La Dama se Esconde o La Mode. Sí, tiene ese tufo nuevaolero, pero en el fondo todos sabemos que es pop con buenas letras, descarado y con ese puntito de glamour amanerado quemencanta.

04#SAMITIER_ELS TAMBORS SON NOSTRES

Más Pop, esta vez sin carbónicos añadidos, etiquetas cool o colorantes atractivos. Esta banda ya disuelta por desgracia, lograron llegarme al corazoncito con una honestidad, sencillez y naturalidad inaudita. Lo admito, no es el tipo de bandas que suelen gustarme, Antonia Font tampoco lo eran y ya ven, aun lloro su separación. Pero es que a veces es así de simple. Letras que digan cosas, que emocionen y que conecten con el imaginario diario de cada uno. Ese que huele a potaje de garbanzos y mogetes amb carnsalada. A barriada y al bar de la esquina. Es como me suenan Samitier en homenaje a mítico central del Barça. Con un Pop que te puede remitir igual a los James como a Go Betweens.


05#BLACK ISLANDS_BLACK ISLANDS

Debut de esta banda Barcelonesa por la puerta grande, no la que tiene alfombra roja y fotógrafos. Pero si por la puerta grande de aquellos que no renuncia a su esencia y orígenes. Un puro divertimento entre colegas que se traduce en guitarras bien engrasadas con regusto a Rock Powerpopero. Para que vean, hay quien se fuerza en el postureo para parecer algo que no se es, y se le ve el plumero. Y quien nace con el adn gravado a fuego de su juventud (Urusei Yatsura, Superchunk, Built to Spill...).
Publicados en EEUU por una filial de un sello alternativo y aquí no tiene quien se lo publique. ¿Se puede tener menos perspectiva musical? No, ¿verdad? Pues después no digan que no se les avisó.


06#MODELO DE RESPUESTA POLAR_EL CARIÑO

He aquí uno de los discos más absolutorios y melancólicos del presente año. No apto para sensibilidades frágiles u oyentes de lágrima fácil. Aunque conociendo ese puntito masoquista con el que todos cargamos de una u otra manera, seguro que acertaréis en su escucha; aunque solo sea por simple curiosidad.
El líder de la banda Valenciana Borja Mompó aprovecha su viaje liberador y rupturas pasadas, para facturar uno de los discos más emotivos de este año. Un disco delicado y meditado hasta la extenuación, que se enrosca en textos de mediodías, atardeceres y ocasos desgarradores. Publicado además en mi adorado sello Limbo Starr; del que colecciono camisetas. Y que pone el Pop de autor a un nivel de pura desnudez. Como una versión de Nacho Vegas bastante más digestiva, hogareña y universal. Porque las historias tristes de desencantos y abandonos nos son demasiado familiares, necesarias y curativas para obviarlas.

07#PABLO UN DESTRUKTION_SANGRÍN

Coger los aperos y bajar a una mina suena a pasado y a penurias. Es posible darle al play de un disco y sucumbir también a esas historias ni tan lejanas ni tan olvidadas de nuestro Noroeste peninsular. De echo Pablo Garcia Diaz no hace más que relatar con una crudeza mineral las lacras de nuestra sociedad. Perfectamente asociadas a la crisis, a sucesivas reconversiones industriales y al día a día de Asturias; o al de cualquier punto de nuestro territorio.
Su lírica es dura y oscura como lo era la de Surfin Bichos. Su música bastante más penitente y surrealísticamente veraz. Aquí con una banda con todas la de la ley. Nos proporciona uno de los trabajos más elaborados de su carrera, y con una carga crítica de aquellas que se echan de menos: Las cosas dichas claras y con poesía goyesca se dan muy pocas veces; por desgracia.

08#MOURN_MOURN

Me alegra descubrir de las generaciones vinientes, que algunos muestran sin pudor sus influencias y las asumen como un nuevo giro de tuerca. La de esta banda del Maresme Catalán es uno de esos emocionantes casos. Con una media de edad de 16 años de edad, y las ideas bastante claras.
De familia de músico, a Jazz y Leia (New Raemon) no les viene nada grande esa presión. Principalmente porque en su disco de debut, al margen de su maravillosa sustancia musical, las avala un trabajo de una madurez, que tira patrás. Patti Smith, Pj Harvey, Siouxsie Siux, Iggy Pop o cualquier cosa que suene a Punk o a Rock puede venir de inmediato a la cabeza al escucharlos. Pero sobretodo un sonido que lejos de apuntarse a las modas de ahora, tira para la esencia más esquiva, pedregosa y subterránea de la música. Y claro, por mucho que uno tenga sus dudas, lo que es evidente es que mi cabra tira para el monte, y habla su música. Una de las sorpresas más regeneracionales de la temporada, y que siga.


09#SR.CHINARRO_PERSPECTIVA CABALLERA

Con el señor A. Luque mantengo un idilio/desapego un tanto curioso. Si bien es cierto que sus anteriores trabajos me han dejado como al que lo pillan chigando en el lavabo del colegio. He de admitir que en Perspectiva Caballera, acogiéndolo como lo acogí, como su disco menos flojo de los últimos. He de rectificar, no se si por su tono apesadumbrado, que me recuerda a sus otros trabajos por sensaciones, que no por estilo. Alabo la decisión de olvidarse por un tiempo de sus composiciones chirigotescas: “Mal de la cabeza”, “Tu amigo especial”, “La curva de la felicidad”... etc Que no digo que en un tiempo “El Teórico” o “El Rito” no tuvieran sentido como contraste. Pero creo que tono, estilo o hábito indie, al monje lo hace la calidad de sus composiciones.
Me alegra por tanto que regrese a ese tono inspirador de Ronroneando/2008, El Fuego Amigo/2007 o Presidente/2011, que lo popularizó a otro tipo de público más amplio y dispar. No porque nos guste el Chinarro triste y menos comercial, sino porque sus textos y su música se vuelven a fundir como una idea con peso, inteligencia e ironía inimitable.


10#HAVOC_LO SABEN LOS NARVALES

Que me gusta que las bandas suenen con desacaro, ya es conocido. A veces no se trata de sonar serios, profesionales, virtuosos o al nivel de nuestros gustos. Me basta con que despierte algo, lo que sea, ese punto moñón que llevo dentro o el más bruto y sucio. Havoc aun no sonando en directo a la altura del sofisticado y ambicioso disco, tiene ese punto de arriesgarse con la idea de hacer algo que ahora no toca, y por eso me gusta.
Además de que me recuerda un montón a One Thousand Violins o a Lotus Eaters; que ya es mucho. Pop ampuloso y enternecedor bastante más sencillo que el tochazo de biografía que viene en su facebook. Solo espero que un futuro no espere a abarcar todo lo que ahí se relata; su gracia está muy por encima de todo eso.


11#CHERRY_FRÍO Y CALOR

Hay cosas por las que no vale matarse a dar datos descriptivos, que no sea la mera escucha del artefacto en cuestión. Así que me limito a recordar lo que escribí en su día del disco: CHERRY se sentaba cada tarde con la fresca en esa vieja mecedora heredada. Allí cogía sus agujas de tejer, y con un viejo magnetofón Philips y grababa el rumor de la heroica brisa que remontaba las sierra de Carrascoy, dando a luz “Frío y Calor/Foehn Records_2014”. Un álbum con doce instantáneas que van desde los westerns de Morriconne a la Murciana en “Cabalgaré”, las reflexiones computerizadas de “Memoria Ram” tan adecuadas al texto que abre este pack de canciones, el Rock sintetizado con pinceladas de psicodelia apocalíptica de “Frío y Calor”, “No volverás”... O la tonada galáctica de “Tiempo de tempestad”. Un caramelo que parece coger prestada la filosofía creativa de Desert Songs, para con bocetos musicales alargar la sombra del Ambient, la Chilltrónica y hasta los tropicalismo, hacia terrenos tan bastos e inexplorados como el mestizaje sonoro de su collage tan particular y peculiar.
De todo ese mejunje sonoro casero que ronda la cabeza de este misterioso compositor, ha nacido esta pequeña joya. De la que ha dado buena cuenta el selecto sello Barcelonés Foehn. Y con el que amplía de manera jugosa ese extraño universo de su catálogo, donde confluyen sueños, oscuridad, talento y riesgo en partes caprichosamente variables.


12#LA GRAN ALIANZA_AL BORDE DE LA VIDA

Valencia esta que arde como en fallas, retiembla la mascletá y aparecen veinte bandas a cual más interesante. Esta de la que os hablo y la última en llegar a mis oídos, La Gran Aianza viene avalada por la producción de Joaquín Pascual (Mercromina, Surfin' Bichos) y Javi Fernandez (Chucho). Como podéis suponer, los textos y ese perfume musical que embarga la escucha, viene dado por una clara influencia de los anteriormente citados. Lo que no quiere decir que sea una copia y punto, no, porque La Gran Alianza tienen el tono que no el estilo. Es lo que siempre me ha parecido tanto si escucho a Surfin' Bichos, Mercromina, Chucho, a Joaquín Pascual o por que no, a Blancanova. Es el tono entre tétrico y de andar por casa (¿cotidiano, costumbrista?), de sus canciones lo que me hipnotiza.