Mostrando entradas con la etiqueta Vinos Leoneses. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vinos Leoneses. Mostrar todas las entradas

sábado, 7 de diciembre de 2019

CARLOS “MÁGICO” GONZALEZ aka GC, LA TOCA DE MARAVILLA: Cumpleaños #50, y otras desventuras.



Mucha gente desprecia y considera la ignorancia una ofensa. Yo no, y dirán ¿porqué?
Pues porque el considerarse ignorante o aprendiz de todo; como a mi me pasa. Me hace curioso, pasional y emocionado de encontrar quien me enseñe el brillo de la luz en la oscuridad, y la chispa que produce la combustión del descubrimiento.
En realidad, aquellos que te enseñan o te llevan de la mano con un empujoncito, no son sabios, sino transmisores. Y es lo que desearía ser yo ahora que tengo 49 años: Un mero transmisor de pasiones y experiencias. Es el único objetivo noble que nos queda en la vida caballeros y señoras: COMPARTIR Y DESCUBRIR LO INESPERADO COMO UNA PEQUEÑA Y COTIDIANA AVENTURA.

Hoy me he despertado con la satisfacción de recorrer de adelante y hacia atrás, toda mi vida, a través del líquido vínico aka vinílico. La experiencia de llegar a un punto del camino, mirar atrás, ver el camino hecho, el punto en el que estamos y lo que nos queda por recorrer. Una maravilla envejecer así amigos.
El cumpleaños de uno de mis compañeros de viaje en la excitante travesía por conocer vinos, descubriéndose a uno mismo y a la naturaleza de nuestros sentidos humanos. Nos ha dejado ahora mismo en un punto del trayecto, donde las sintonías, diferencias y distintas perspectivas se traducen en auténtica amistad.
He mirado a mi alrededor y me he sentido bien acompañado por otros que se han unido, y a los que también les brilla la mirada. Han explotado carcajadas incontroladas, verdaderas e infantiles por el divertimento. Nos hemos reencontrado y echado de menos como significado del aprecio y sobretodo:
Hemos jugado como niños en un parque de atracciones sin hora de volver a casa. Justo, cuando la luna grande se acurruca hacia una luna nueva.

Realmente no se si me apetece hablar de los vinos que este cincuentón ya, dispuso para su camada. En ese paciente arte de guardar para luego compartir y experimentar en grupo su misma emoción. Y cierto, lo veo así, ahora que ya llevo yo cinco años guardando vinos, esperando la llamada secreta del alma. Que te avisa del momento idóneo.
Pero no me entretengo más. Pues sería una injusticia no constatar en este diario, lo que se interiorizó. Teniendo en cuenta que he extraviado mi cuaderno de anotaciones, y al final solo me sacia el relatarlo para retener.

Un GRAMONA ENOTECA del 2000, desgorjado el 2012.

Sí, ahí es ná. Diecinueve años de laaaargísima crianza, a quien se le dio el pistoletazo hace siete años.
Un pequeño milagro sin etiquetar que Linda Díaz (una encantadora y pasional embajadora de la bodega, a la que ya tuvimos el gusto de conocer y que rebosa generosidad). Le regaló hace años en una cata.
Se oyó que estaba un poco cansado en boca, aunque sinceramente mi inexperiencia en espumosos solo me da para alucinar con el paso del tiempo y el efecto que produce en los vinos de larga crianza y mimada elaboración:
Exuberantes y embriagadores aromas a bollería, repostería y esa reducción que asoma los ligeros oxidativos, que a mi (personalmente) me pierden. En boca la acidez ligeramente astringente salva ese cansancio; aunque yo creo que es el efecto de la burbuja integrada: Que se ensambla de tal manera con el espumoso, acabando por convertirlo en un vino de carácter mítico, concentrado y licoroso. Pese a que deja un final cítrico limpiador, fantástico.

VIÑA TONDONIA RESERVA de 1969

Yo que tanto me vanaglorio por nacer el 70 y considero el mejor año. Sinceramente envidio nacer en el 69; connotaciones eroticosexuales aparte (o no).
Orgasmo o sí, mi sugestión temporal no alcanza a imaginar in situ, lo que significan 50 años de vida en un vino.
Es como sensación de eventualidad y nimiedad por la novedad que tan excitante hace hoy a la mayoría de las personas. Digamos… que es como postrarse ante la inmortalidad de quien se cree que la clave del éxito es la inmediatez.
Está claro que desgraciadamente ya no se hacen vinos como este. Pero es imprescindible para entender el presente, ser capaz de materializarse aquel año y ver todo lo que ha ocurrido hasta hoy. Para elogiar y maravillarse con la estupenda nariz sin rastro alguno de terciarios (cuero, animal).
Ya que no siendo un Gran Reserva, se supone que no debería estar preparado para envejecer tantos años con tal prestancia; pero que se lo digan al Viña Cubillo del 85 que saltó más tarde.

El simbólico Rioja dio paso a un primer peso pesado: Otro estilo, otra época.
LAS LAMAS del 2003, o esa versión Top más frutal que los sobrinos de Álvaro Palacios elaboran en el Bierzo junto a Pétalos, Corullón o Moncerbal.

Hermético en un principio, pues es un vino Atlántico que define como nadie una zona y su climatología. Preparado para envejecer musculando taninos, mineralidad y acidez. Pero que 16 años más tarde y tras paso de ronda para que se airease. Ese primer envite de cueros, de animal y de cerrajón, ves que por arte del oxígeno se transforman en seda, concentración deliciosa y profundidad.
Es como un paseo por un bosque de castaños en pleno otoño: Con el perfume de las bayas, las trufas, el musgo y un ligero toque mentolado hacia el final, que lo hace intenso pero refrescante y extraordinariamente vivo. Un vino al que se le presienten muchos años todavía de vida, un guaje vamos.

Y llegamos al primer bicho de la noche o como diría yo… De entre todos los disfrutes, divertimentos y experiencias varias que te proporciona la vida. Aquellas que se diferencian de las demás, porque te dejan huella y subrayan un antes y un después:
Como los enamoramientos juveniles que uno rememora por puro masoquismo placentero.

CLOS RENÉ POMEROL 2008


Ya descubrí este verano la lujuria de los Merlot fríos en Sudtirol. Pero en vinos franceses, lo admito, soy un absoluto ignorante de tomo a lomo.
INCREÍBLE sin más. El Merlot de esta afamada bodega de Burdeos es una de esas experiencias que se deberían tener; sino fuera por su elevado coste y la guarda que precisan. Yo no me la puedo permitir, está claro.
Es uno de esos vinos que podrías estar oliendo toda una vida, y de la que si algún lumbreras le diese por crear su perfume. Yo sería un comprador fiel y sumiso.
Y es que es taaanto, lo que te puede dar el olfato cuando lo entrenas, practicas y estimulas… Diría que es lo que más aprecio en todos estos años intentando entender el vino, y el efecto cordial que ejerce sobre el género humano y sus relaciones.

Equilibrado en su voluptuosidad, preciso, encantador, seductor… Yo que sé!! Esos fresones maduritos y licorosos pintados de cacao; pero muy ligeramente eh? Ese ver sin más código o explicación, que estás ante una obra de la naturaleza ayudada de la humana que marca la diferencia pero sin excesos; todo sutilidad.

GRAMONA III LUSTROS 2011


Sencillamente infalible y poseso adicto a este todo en uno de la estirpe Gramona. Donde insisto: Se da un poco el alma de esta bodega independientemente de la añada; aunque mientras más viejuna mejor.
Bofetón de frescor, complejidad y limpidez que arrastra por un instante el peso de los anteriores vinos. Y para que mentir, siendo ya enofílico perdido de este cava de larga crianza donde el vino base es el protagonista. No podría ser imparcial (lo siento), y me río un poco por lo bajini del Celler Batlle y el Enoteca. Aunque se esté subiendo un poco a la parra con el precio.

HENRI GERMAIN BOURGOGNE MEURSAULT CHEVALIÈRES 2012


Remarco mi ignorancia en vinos, territorios y peregrinajes varios al país vecino; no por nada en especial sino por falta de abarque para abrazar.
Pero como empezaba: No hay como ignorar, para despertar interés y dejarse sorprender.
Y en eso y en otros menesteres, Carlos siempre ha sido el más explícito de los catalizadores cuando se habla de sentidos, y expresiones que los ilustren; sus caras son todo un cuadro de Monet en forma de sensaciones,amigos.
Algún Borgoña he probado y tengo por ahí guardado. Pero nada como tener la oportunidad de sentir lo que significan ciertos años. En blancos con peso y acidez suficiente para que convertir los mismos, en ese truco(tachaaaán!!)de magia, y, flipar sencillamente:
Crocante, es la única y más socorrida de las definiciones que se me ocurren.
Dentro de esa espontánea palabra, se abarca: La untuosidad de las lías, la fruta y la flor blanca, el terruño ligeramente mineral (calcáreo y ligeramente salino), los recuerdos a hinojo, esparto o retama… en fin. Un todo en uno de gran longitud, fondo y volumen que expresa un gran Chardonnay, que ni el mismo Joop Zoetemelk lograría; si se diera el caso y se pudiera beber.
Supongo, o creo, que a eso se le llama “equilibrio” o “estructura”. Pero yo creo sencillamente, que me mojé.

CONTINO ROSADO 2016


De crocantis y exquisitas acidezas seguimos hablando, con este Rosado de alma tinta. Que mágicamente reúne las mejores virtudes de un tinto y un blanco.
Graciano 55%, Garnacha 40% y Viura 5% dan un equilibrio perfecto a este Rosado con personalidad y desparpajo; para se siga tratando con desprecio a los rosado o vinos espontáneos.
Un socio perfecto para deglutir cualquier elemento graso y marino, y una virguería para descifrar los placeres de comer y beber per se.

VIÑA CUBILLO CRIANZA TONDONIA 1985


Una de las sorpresas gordas de la noche; entre muchas, pero para mi, la más curiosa. Y confieso que siendo drogodependiente de Viña Tondonia, los Cubillo no me entran ni a tiros.
No estaba muerto, estaba de parranda!! cuchíbiri cuchíbiri cuchíbiri.
No señor. Ese Cubillo con la ropa hecha jirones y 34 años a sus espaldas. Conservaba esa acidez de salud de roble, y ni rastro de terciarios, cuero o signos de desfallecimiento. Una ricura de esas que te ponen el contador a cero, y demuestra una vez más. Que no hay mejor antídoto contra la mediocridad que la espontánea sabiduría de la anomalía; la que te cura en el fondo, de los malditos formu(a)lismos.

TINTO VALBUENA DE VEGA SICILIA 1985


Y fue así a traición y cuando las carcajadas sonaban más a oquedad por semejante festín. Que los ojos alumbraron como platos igual que un cenital sobre el protagonista.
Que apareció en escena un mito. Y digo un mito, porque yo, que algunos confunden con algún tipo de reputado experto en vinos, o yo que sé. Jamás he probado un Vega Sicilia y otros tantos. Igual que tampoco he escuchado en profundidad ni a los Rolling Stones, ni a los Kimks
¿sentimiento de culpabilidad, remordimientos o vergüenza? Ninguno!!
Eso sí. Fue una experiencia que solo la puedo comparar con la de mi primer Pingus: Como alguien del que todo quisqui habla y venera, y que sobradamente colma tus expectativas.
Perfección sería la palabra. Y mira que he bebido grandes vinos y los que te rondará.
Todo en su sitio, elegante aunque también austero, expresivo pero sin estridencias, generoso a más no poder en perfumes, recuerdos y vida de ida y vuelta. Como una de las buenas de Bill Callahan, la delicadeza de Miles Davis o el poder de Nina Simone. Un regalo para los sentidos. Y fácil de beber a más no poder; no hace falta ser un entendido para levitar.

Como si no hubiera sido suficiente y entre el barullo de jadeos, gemidos y suspiros; laaaargos suspiros.
Va y aparece un 
 
ÚNICO DE VEGA SICILIA DE 1991


Máxima expresión. Y no hay muchos adjetivos que añadir, o que por lo menos puedan abarcar con más o menos certeza el sinfín de evocaciones que provoca este vino.
Dicen que no puedes morirte sin probarlo aunque sea una sola vez en la vida. Y no seré yo, que desmitifica a cada paso; el que ponga en entredicho esta afirmación. Pues seguramente sea la brevedad de una copa, quien lo corone como “el mejor vino que he probado nunca?
Lo cierto es que… una vez así. No crean que lo que define a este tipo de vinos sea la voluptuosidad, solemnidad intimidatoria o imponente personalidad; que va. Es más bien como una explosión cegadora donde los sentidos, tienen que calentar, estirar y darlo todo para acertar a definir en pocas palabras todo lo que da. Porque además, el cabrón es tan fácil de beber, que te olvidas de qué es lo que te seduce concretamente.
Flechazo o amor ciego, que es como también lo llaman.

Por si alguno se preguntaba a esas alturas de la noche, mientras iban subiendo platillos de la sala baja del ODDVAR: Un rest/pub/bar/gastroreducto/y… nuestro campamento base desde hace un año. Y que en los casi 20 años que llevo viviendo en Cerdanyola, no hay un solo día que me lleve una sorpresa por sus atrevidos.
Sabes? Ese tipo de cosas que hace que cada día que te quitas las legañas y te lavas la cara, no sepas con certeza, que sorpresa te va ha dar la vida.
Y es un poco eso, amigos. Salir de cacería como los primeros pobladores del planeta. Sin saber si comerás, o serás cazado. Aventura.


VIÑA REAL GRAN RESERVA 1975


Saben lo de la inmortalidad? Nada heroico ni superpodérico eh? Sino más bien de ese tipo de personas que se cruzan en tu vida y dejan huella. Esa sensación de haber perdido el amor de tu vida, ni que sea por ese latir en la boca del estómago o ese nudo en la garganta. O la felicidad que da sentirse acompañado por amigos?
Pues la de este vino antiguo; de los que ya no se hacen, cuidao!!
Contaba yo con cinco años y tengo ahora 49.
Solo pensar eso, hacerse una idea de que ese vino tiene la misma vida aproximadamente que tú; o por lo menos la reclusión en vida. A mi que queréis que os diga, me alucina y me hace pensar lo leves que somos en realidad, circunstanciales vamos.
Sin rastro aparente de cansancio o arruga, y si te dijeran que se ha embotellado hace 8 años, hasta te lo creerías.
Acidez, fruta, longitud y zancada larga como la de un fondista incansable. Notas de madera en descomposición en medio de un bosque de eucaliptos, volumen y amplitud como tu madre abriendo las ventanas por la mañana. El perfume de la mañana, claro; como el día.
Increíble. Que gozada. Y que bien sabía quien seleccionó esa añada para embotellar esos Grandes Reservas, solo cuando reunía las condiciones de añada excepcional.


Dejamos las ínfulas del grandiosismo y hasta pudimos vislumbrar con la palma sobre el entrecejo; en lontananza. Esa primera botella de vino que compraste con veinitipico años; como si te bautizaran de nuevo.
Esa botella imponente de todos tus ahorros tirados en líquido. La que sería (o debería ser), el detonante de tu afición al zumo de uvas.
Por lo menos la mía fue.
Una botella de Viña Ardanza que disfruté igual que mi primera vez en todo.
De hecho, todavía y cada cierto tiempo, me vuelvo a regalar una. Para revivir como si fuera ayer, mi primera gran botella de vino; la que hizo afición.
No fue una del 69; claro está. Pero fue esa botella cómplice para cerrar la noche. Sin importar demasiado si estaría a la altura de todas las que no bebimos aquella noche.
Está claro que no. Pero poco importaba
Beberse un VIÑA ARDANZA DE 1969, era esa especie de homenaje que todos deberíamos rendirnos. Igual que repasar aquellos discos de adolescencia o quedar con los viejos amigos del barrio para conmemorar nuestra existencia.


Se habla estos días de la bota de oro de Messi. Pero para bota de oro la 25 de Manzanilla Pasada de Navazos, y las cabriolas que hizo Carlos GC aquella noche con el balón.
Entre vítores y oles que salimos con él a cocoletas.

Felices 50!!


P,D: In Memorian de Lluis Pablo
Maestro sin título ni honores oficiales, que nos abrió nuevas rutas de disfrute en esto de los recónditos Riesling Alemanes de Mosel & Co. Con eso que no se mide ya con puntos, medallas o fama: La autenticidad y el terruño.
Y que por ende, nos hizo aún más felices siguiendo la estela de su sonrisa eterna y pasión por la aventura.
Nos ha dejado muy muy muy solos, tristes y desamparados con escasos 51 años. Pero afortunados por haberlo conocido y seguido; aunque sea de 15 minutos como es mi caso, en una comanda conjunta con Carlos.
DESCANSE EN PAZ




martes, 18 de marzo de 2014

PÉTALOS 2011





Bodega: Descendientes de J. Palacios (Corullón)
D.O: Bierzo
Uva: Mencía del Valle y de Corullón
Crianza de 10 meses en Barrica de Allier
Volumen Alcoh. 14%
Precio aprox. 10 a 12 Euros




Algunos ya empezamos a otear en el horizonte el final del invierno: Los cercos de los almendros están rodeados de los pétalos de su flor ya caída, los melocotoneros tienen la suya. Y en breve serán los cerezos los que tiendan las suyas al sol de la primavera, convirtiendo los campos en una espléndida sábana blanca.
Y todos aquellos que llevaron su letargo invernal al extremo de un enclaustramiento monacal, ya podrán por fin asomar sus orejas al sol hasta que se les pelen como la cáscara de un garbanzo piedrosillano. Eh!! no hay que lanzar las campanas al viento, pero es evidente que todo está rotando. Y aunque todavía no sea tiempo para despendolarse, bien puede uno remangarse, asomar la pantorrilla y que narices!! Darnos un baño de pétalos emulando a Mena Suvari en American Beauty. Metafóricamente hablando claro está, pero eso sí dándolo todo en pos del disfrute, y de la sugestión como vehículo hacia la felicidad.
Y en ese propósito me hallo desde hace unos días.


No se trata de suplir los huracanes que nos azotan con andanadas de de mierda, con una bandeja cup cookies de tonos pastel. Pero desde que me aventurara a escribir de vinos en ésta mi bitácora. Y sin perder de vista la filosofía de hablar de ellos en un tono coloquial. Sería algo así como darle sentido a las sabias palabras del peluquero de mi barrio: - “No se trata de buscar el error en el flequillo espantao, si no de buscarle su grácil soltura”.
Así que escoger este Mencía, no es desde luego una casualidad. Si no una consecuencia de haberme ventilado hace unos días la cuarta botella y haber descubierto el tesoro que es, esta cosecha del 2011: Un masticar el mineral de Corullón, y a la vez oír susurrar a los abejorros explosionando de flor en flor.
Los niños Palacios son capaces de eso y de más, por más que su padre les invitara a dogmatizar el arte del vino. Ellos que son muy vivos y espabilaos, han sabido como nadie expandir su intrepidez por doquier: Bierzo, Priorat, La Rioja, Valdeorras... y lo que nos rondará morena.
En Pétalos se combinan las uvas de las Mencías más viejas, donde se puede masticar el mineral de Corullón, y la vivacidad de las cepas más jóvenes del valle. Un secreto el de su cupatge, que se guarda como un tesoro en la oscuridad de su botella, y que no deja de sorprendernos año tras año. Ya que Pétalos además de ser el vino más accesible y democrático de la familia Palacios, junto a LA VENDIMIA; un Rioja joven con el carácter de un gran vino. Es un vino que apunta maneras de muy largo recorrido: Contundente en una primera entrada si no se está habituado a los vinos del Bierzo, pero muy floral tal y como lo sugiere su nombre.



Recuerdo que una de las primeras botellas que cayeron en mis manos, y de esto hace ya un par de años, fue como un triple descubrimiento: Por un lado el encontrar a escasos metros de mi actual residencia, un rincón donde poder adquirir vinos con la confianza de que quien los selecciona, busca la emoción del descubrir. Tras el descubrimiento llega la persona, Xavi. De quien me reafirmo en la amplitud de un corazón, que no le cabe entre pecho y espalda. Y después llega la generosidad y el gusto por compartir aventuras.
De estos tres detalles uno puede llegar a sacar sus propias conclusiones evidentemente: La cortesía de la cita por amistad y por si misma, el agradecimiento, ¿la felicidad?...
Ahora supongamos que utilizamos al vino, y en este caso a Pétalos; como el vehículo que ha dado como fruto la consanguinidad que nos une. Ya no como una simple afición de la que ambos somos partícipes, si no como algo que nos une y que nos va formando poco a poco desde afuera hacia dentro. ¿Será quizás ese el misterio de comernos, bebernos y tragarnos la vida? ¿o mejor saborearla en compañía?
Ya sea con música, imágenes, o vinos y manjares, cada día me congratulo más de haber tenido la valentía de escribir aquí de vinos. Con la tinta en los dedos y los labios tiznados de taninos, la vida sabe mejor. Y caeríamos en un error irreparable y tendencioso, el creer que se han de cumplir ciertos requisitos para degustar la vida como una placer pagano.
Este tinto Leonés tiene la virtud de tirar por tierra las leyendas de lo profano y de lo sublime. Sobre todo esta excelente añada de la que no hago más que relamerme y encantarme. Sabe conjugar con un equilibrio sin igual el carácter campechano de los vinos de barra y copas. Los de charlar y degustar mientras brotan las historias, las carcajadas, y las amistades.
Esa cercanía que pocos vinos saben congeniar con la complejidad como lo hace él, y acercar con una tentadora invitación a profanos y desconfiados de la bondad de la Mencía.
En boca tiene un ataque rotundo pero a la vez reincidente; jamás dejarás de darle otra oportunidad por mucho que añores un Rioja ama(dn)erado. Por una vez en tu vida te la jugarás a una carta, y te dejarás llevar por el gusto al mineral, a la tierra, y la piel que otros vinos de antaño maltrataron y amansaron hasta matar los vinos; al fin y al cabo es ahí donde está el alma de los vinos. Y veras como al mecerlo y acunarlo en la copa empezarán a surgir los Fresones, la fruta madura (higos, ciruelas, dátiles). El aroma penetrante a brasa y a piedra.
En boca llama un poco la atención el ligero verdor final de sus taninos; quizás con un poco más de tiempo en la botella... Pero desde luego es un verdor agradable, cálido y goloso. Suben de los pies a la cabeza los espárragos verdes, los pimientos , y toque de regaliz que amarga y que mata de raíz cualquier atisbo de empacho.

Pétalos es un vino joven de Mencía que convence, por como toca de pies a tierra para lo razonable de su precio. Porque sabe transmitir el equilibrio casi perfecto de una uva tan rebelde como la suya. Y porque además demuestra con el paso de los años que es capaz de mejorar, y aguantar el paso del tiempo ganando enteros.
Pero sobre todo porque nos acerca al vino de alto riesgo con cariño, pero sin mimos ni caprichos. Un vino real y muy vivo, como la primavera.

 

martes, 10 de enero de 2012

CON LA CARA LAVADA Y RECIÉN PINTADA: CONFESIONES , CHASCARRILLOS Y OTRAS DEMENCIAS.








¿Se puede? - Adelante!! - Gracias!! No se si será esta la forma más idónea de entrar en el nuevo año, con esa timidez que caracteriza a los niños o con el descaro aquel de quién no ha notado ni el más mínimo escalofrío con el cambio de número.
Lo que si que es evidente nos guste o no, es la mirada atrás que echa uno en momentos como este, y parece que fue ayer cuando acogíamos con incertidumbre y entusiasmo el cambio de siglo. En lo que ha mi respecta, estos doce años que han pasado como un relámpago han supuesto un cambio inexorable en mi desatendida vida: He sido padre por dos veces, me he casado tras diez años de vida en pecado y cuando todo parecía encaminado hacia una vida de padre serio, va y me da por soltar monsergas en un blog; conociendo como me conozco, y la pasión enfermiza en la que acabo por convertir cualquier empresa por lúdica que parezca.

Como habréis podido observar este cambio de año ha supuesto un cambio de piel en la bitácora, como decía aquel cupletista “con la cara lavada y recién pintada”. Los cambios iban a ser más trascendentales que una mera redecoración.
Mi primera y más relevante decisión pretendía cambiar la disposición de las entradas: De forma que solo se pudiera previsualizar el pie de la entrada y un pequeño párrafo , facilitando de esta manera la pesada carga de mis excelsos textos y sus no menos grandes fotografías. Con esta solución quería facilitar la carga del blog en conexiones lentas, portátiles y móviles de última generación (no es mi caso, pero sí, la gente anda hipnotizada con sus pantallas táctiles y sus chuminadas tanto que hasta navegan más que con el ordenador, oigan).
El intento de momento ha sido un fracaso , pues lo que parecía ser un coser y cantar se ha complicado más de la cuenta. El tema está en que con la nueva plantilla y disposición del blog se perdían todos los gadgets de la barra lateral. No es que esto sea un problema por si mismo, pues con paciencia y con saliva se la metió el elefante a la hormiga, pero hasta que no esté en casa de manera definitiva no me voy a embarcar: Editando el código del blog, haciendo copias de seguridad y peleándome con el misterioso mundo del diseño. Como mucho e hecho las pruebas pertinentes del traslado del blog a Wordpress en caso hipotético de que un vigilante del ciberespacio me chape mi cuchitril por dañar irremediablemente la industria discográfica.
Os animo de todas formas a que deis vuestra más sincera opinión o queja sobre el blog: Textos infumables, reproductor de música automático rayante, archivos a descargar demasiado grandes etc etc etc.
Aclarado esto sin que sirva de precedente, aparcamos definitivamente el porqué de mis decisiones y dedicamos la primera entrada de este año a un vino de copetín.
Sí , y esto no significa que halla tirado por tierra lo que en su día me plateé cuando decidí echarle valor y mezclar churras con merinas (música alternativa con vinos). La cosa tenía guasa, y como yo no me considero un entendido de nada, dios me libre, me dije a mi mismo y con cara de trascendente: - No, no quiero hablar de vinos como casi todo el mundo lo hace, digamos como si solo nos dirigiéramos a personas entendidas en la materia. Entre otras muchas cosas porque jamás he participado en un curso de cata, soy desde hace años autodidacta y odio disfrazar de ceremoniosidad aquello que se disfruta desde el espíritu, ya sea música o vinos.

Las cosas merecen toda la importancia y respeto que queramos darle, pero sin perder la pasión y la emoción que albergábamos desde pequeños. Aquella que nos hacía chisporrotear la mirada cuando explicábamos a los amigos una experiencia única e indescriptible.
Tras casi dos años escribiendo de vinos de una forma práctica; haciendo especial hincapié en aquellos caldos que hacen afición desde la cercanía de sus magníficos precios, sus denominaciones poco conocidas o sus modernas filosofías a la hora de presentarse. Creo que ha llegado la hora de apuntar alto y disfrutar de un auto regalo, en este caso nunca más cerca de la realidad, de echo guardo mi otro regalo para la comida de reyes.



DEMENCIA 2007

D.O: Bierzo
Bodega: Demencia de autor (Ponferrada/León)
Uvas: Mencía 100%
Tipo de vino: Tinto (16 meses en barrica de roble Francés)
Graduación: 14'5 % (Volumen de alcohol)
Precio aprox: 28 Euros
Recomendación: Abrir la botella o decantar 1 hora o más antes de su consumo, para que muestre toda su expresión.


Corría Jose Luis calle arriba calle abajo – Nino nino ninooo!! - Aullaba como un poseso, mientras con el brazo en alto giraba el pulgar cual sirena en alerta. Los Hombres de Harrelson se habían apoderado años antes de su alma; su pasión panfletaria por escribir crónicas de sucesos del barrio, su dictatorial padre, una madre alcohólica y un hermano mayor disminuido lo convertían así en blanco perfecto de las iras de los matones de mi barrio.
Lo llamaban demente, marica o cualquier apelativo que mostrara con saña todo comportamiento disonante con el resto, aunque la calle donde vivía ya concibió a más de un demente. En esos quince años de mi vida vi tantos dementes, que por un instante creí vivir en un “cotolengo” permanente, de maravillosa y deliciosa locura.

Al final de la calle solo quedaban tres alternativas; ponerse del lado de los cuerdos, hacerse el cuerdo para dar rienda suelta a la demencia en soledad, o auto-proclamarse un demente a todas luces.
A Nacho León y a su tropa les debió pasar algo parecido cuando aún se sacaban los mocos con el dedo: Se pasaban las horas muertas recostados sobre la baranda del balcón embobados mirando a la Luna y sus estrellas, como aquel Louis de Funès demente; hasta el punto que su madre los creyó totalmente perdidos. Ellos tan solo soñaban entre trastada y desaguiso la forma distinta de ver las cosas, puesto que si todos veíamos una circunferencia cuasi perfecta en el circular astro, ellos veían formas poliédricas, cráteres y hondonadas.

Los niños se nos hicieron mayores, y en vez de sentar cabeza como mandan los cánones; y labrarse un futuro con un trabajo complaciente, han tirado al monte como las cabras. Y persiguiendo a las libélulas y los petirrojos se han dado de bruces con algunos de los parajes más inverosímiles del Bierzo.
La mayoría de nosotros hace unos años solo conocía al Bierzo por esas campañas mediáticas perpetradas en Carrefour, donde inundaba sus estanterías con chorizos ahumados con encina, morcillas, Botilllos, Androllas y Cecina.
Si remontamos hacia el norte en busca del Cantábrico, justo donde las últimas tierras Castellanas delimitan con la Galicia Sur, aparece El Bierzo. Una tierra de sabores intensos y de viñas viejas de las que sus raíces profundizan en la tierra en busca del pasado y del terruño de sus ancestros.
Es allí donde están establecidos como si de un campamento base se tratase, DEMENCIA DE AUTOR. Una joven bodega de tan solo cinco años que podría servirnos como claro reflejo de lo que ahora representan algunos de nuestros jóvenes emprendedores más arriesgados y a la vez pasionales, pues es así como se deben proyectar las ideas por demenciales que parezcan. En realidad la idea es tan simple como aprovechar el legado y la liturgia de nuestros abuelos, para abrir nuevos caminos en la difícil búsqueda de nuevas sensaciones; redescubrirnos de la manera más natural como niños curiosos, para entendernos.

El fruto se cultiva en 25 parcelas repartidas por distintos parajes del Bierzo: Valdemanteiga, Valdelaliebre, Matadeprada y Villegas. Las características de estos entornos no son ni mucho menos casuales, donde una de sus particularidades está en la composición arenosa de sus terrenos: orientaciones hacia el norte, con una ligera inclinación de sus bancales y sus viñedos; los protagonistas de este cuento. Son ellas, viejas y centenarias vides que requieren de un trato casi oriental y ancestral para extraer ese mosto que en su rojo profundo casi alcanza un negro fúnebre.
Muy probablemente resida en ese trato manual y casero, el secreto mejor guardado de sus tres últimas cosechas.

Su recogida se produce de noche, para aprovechar el efecto nevera de las noches Leonesas; como quién recoge a una criatura para depositarla en la cuna. Salvo que este mimado retoño pasará antes de reposar casi un año entero en las barricas de Roble Francés; por unos reducidos depósitos de acero inoxidable, donde fermentaran entre mosto y hollejos durante casi dos semanas. Removidos (batuqueo) manualmente para que el vino alcance ese color purpureo oscuro tan marcado en la MENCÍA.
Lo que se intenta con este proceso tan meticuloso y artesanal es plasmar toda la singularidad de estas uvas centenarias. El vino duerme durante 13 meses, tan solo soliviantado por el “batonage” al que es sometido y con el que se persigue la síntesis química de la oxidación de las lías y de las levaduras muertas: Azúcares redondeados, untuosidad y volumen.
El “batonage” consiste en remover el vino con un bastón de acero inoxidable durante la crianza en barrica, en el caso de los vinos tintos buscando una reacción química en el proceso de envejecimiento del vino (también se hace con algunos vinos blancos).



Visto de una forma meramente didáctica y sin ninguna pretensión que no sea la de adentrarnos tímidamente en la curiosidad por la elaboración de un vino, llega la hora de la verdad.
DEMENCIA es un vino tan auténtico como complejo, con lo cual no estaría de más despojarnos de falsas espectativas y prejuicios para lanzarnos a disfrutar de él de una manera totalmente sensorial y diferente. Simplemente porque en muchos casos estamos más acostumbrados a vinos con la madera muy marcada o con una entrada más amable. Demencia no es de esos, el suyo es un carácter que se acerca más al vanguardismo o a la arrogancia de un joven seductor, hambriento de experiencias.
Aunque su aroma es embriagador y goloso como una bofetada de frutos negros tan maduros que parecen macerados el licor, con toques especiados y muy balsámico. Su primer sorbo puede parecer tan potente como desconcertante, lo increíble es que cuando pasa de adelante hacia atrás en el paladar; su final es largo y exótico llegando incluso a parecer puro regaliz. Con lo que tenemos un vino que acaba siendo un tobogán de sensaciones entre lo mineral, el regaliz, el mentolado, torrefactos, frutas silvestres; todos ellos muy frescos y definidos. Su volumen y su equilibrio acaba por ser adictivo.
Y al final de la orgía solo queda la copa con las paredes tintadas y los posos naturales de su proceso artesanal sin filtrado alguno. Se añora y se apena uno, básicamente porque se te queda la cara de tonto al esperar más en tanto de lo mucho que da en en saciones.
Esta claro que solo queda convencerse de que: O te das a la mala vida dejándote otro pico en otra magnífica botella, decides celebrar todas tus onomásticas (santos, cumpleaños, aniversario de bodas etc etc), o esperar impaciente a que alguien se acuerde de ti y te regale otra botella.

Web del autor (detener el script): http://www.demenciawine.com/