viernes, 9 de noviembre de 2012

VALPOLICELLAS , AMARONES Y PAISAJES



Brillan las viñas , brillan los pastos con los primeros rayos de sol; en un reflejo caleidoscópico que incide sobre el rocío de la mañana.
Volvemos a levantarnos al amanecer , entre el verdor de la planicie Padana. Muy cerca de la encrucijada entre el Véneto , y la Lombarda Romagana: Allí donde las aguas que fluyen de los inmensos lagos del norte acaban reposando en gigantescos lechos como el del río Po; de allí es de donde surge la fantasmagórica niebla que recibe al somnoliento , y que te sumerge de lleno en un laberinto de caminos , de caseríos , de granjas , y de pequeñas vías. En el ambiente se respira el aroma a hierba fermentada en inmensos fardos plastificados y perfectamente dispuestos; a ganado , a humedad y a cuento de hadas.

Estamos metidos de lleno en pleno Otoño. Y aquí , la sinuosa niebla que asciende cada tarde de las grietas llenas de agua , que inundan el paisaje de pastos y de campos; se convertirá de ahora en adelante , en la inseparable compañera de diario y de festivo.
Cuesta pensar que meses antes el Sol cubriera toda la parte medio Norte de Italia , como una perfecta solana sin árbol que dar cobijo. Sin embargo este microclima tiene una particularidad , sobretodo para los que venimos de tierras donde el Sol es sinónimo de sequedad: Aquí , el Sol radiante y la humedad reinante dan sentido al paisaje; y conforme se asciende hacia Garda y sus zonas vinícolas aun todavía , cobra más relevancia el agua y el sol como un tesoro que equilibra el precioso ecosistema Norditaliano.

Las uvas de Valpolicella tuvieron sus meses de temperaturas suaves y cálidas. Y sus frescas noches mecidas por los vientos , que aquí llegan amortiguados por los montes bajos; por la placidez de un pequeño Mediterráneo a las faldas de los Dolomitas , como es Lago di Garda. Ahora que los temporales de copiosas lluvias han dado la vuelta a la tortilla , y el frío invernal abre sus fauces para engullirnos y atenazarnos; puede ser el momento ideal para disfrutarlos o para contemplar como sus uvas se pansifican al candor del Rispasso.



Mi conocimiento y experiencia en vinos Italianos es tan exigua como lo puede ser la de los aspectos técnicos de la vida. Y debe ser por eso que en muchas ocasiones , la curiosidad y la pasión por el disfrute personal equilibran la sabiduría , con la destreza.
Mi primera compra de vinos en Italia ha sido lo más parecido a un estudio de campo a lo Felix Rodrigez de la Fuente: Observando , cavilando , dudando e incluso asumiendo la suerte como parte del juego , si lo que quiere uno es descubrir sin que lo tomen por un turista desorientado. La suerte estuvo de mi lado al topar con VINI VERONESI , una pequeña tienda en los alrededores de Bardolino donde se especializan en los vinos que dan nombre al negocio de Mauro Braganza. Llegados a este punto el enclave de la tienda tiene una importancia sumarísima: Bardolino como pueblecito totalmente turístico , y donde se afianza la joven D.O Bardolino. Y Valpolicella , que colindan la una con la otra.
Y cuando digo que la situación tiene mucha importancia , es porque siempre he creído que la fama turística de los enclaves es inversamente proporcional al verdadero Terruño y tradiciones como reclamo turístico. No se si me explico y espero equivocarme , cuando albergo la creencia de que la mayoría de los turistas miden su cultura por la cantidad de viajes que hacen en su vida; sin embargo jamás se llegan a sentir verdaderos habitantes: Bien sea por soberbia , o por miedo al mestizaje.
Quizás si no fuera así , nos sentiríamos más universales y más cercanos los unos de los otros. Italia en este caso puede presumir de ser el país que mejor a universalizado su gastronomía , sin embargo y como pasa en España se ha vendido en ocasiones al exterior de una manera un tanto superflua.

El echo de que en lo que va de año , esta sea mi quinta visita al norte de Italia; y que halla establecido el campamento base en una zona netamente rural como es Bagnolo San Vito , creo sinceramente es el principal argumento para atacar esta entrada desde la añoranza. Ahora que escribo estas líneas desde la habitación del hotel , y más tarde cuando finalice el texto desde casa.
Estoy seguro que inevitablemente surgirán detalles que van mucho más allá del simple comentario sobre un vino . O sobre aquella cosa intangible que flota en los lugares remotos , donde por suerte , nos llegamos a sentir verdaderos ciudadanos; volviendo sobre mis pasos aseguraría que , sus gentes son las que nos hacen sentir conciudadanos de un lugar indeterminado del tiempo y del espacio. Es evidente que el contacto humano hace mucho más por sentirnos partícipes de lo cotidiano , que cualquier folleto prometiendo el eterno paraíso.
Es entonces cuando en un intento instintivo nos empeñaremos en llevarnos a casa un pedazo de aquel sitio: Sea con sus Parmesanos de Vaca Rossa con 28 meses de bodega , sus embutidos , sus especias , o sus corpulentos vinos. Aunque sea la imagen perdurable y los perfumes de su tierra lo que nos acompañen de por vida como una estampa pictórica y paisajística en nuestro recuerdo.



La expectación , el temor y la emoción me acechaban aquella tarde de Octubre. El día por fin , que íbamos a destapar aquellas tres botellas Veronesas: Un blanco de Lugana con un año de barrica , un particular Valpolicella Superiore de tierras volcánicas , y la rutilante estrella de la noche. El primer Valpolicella AMARONE que acaricia mis labios.
Para apreciar los AMARONE en toda su amplitud es indispensable profundizar en su particular elaboración , como un acto que te acerca aún más en estima para con los vinos , sea cual sea su precedencia.

En Italia a diferencia de España los vinos se ordenan por: Clásicos , Superiores y finalmente por Amarones. La elaboración del AMARONE recupera en una técnica relativamente nueva tras la Segunda Guerra Mundial , con la que alguna bodega Italiana precursora de este dogma quiso patentar el proceso. Por suerte para todos nosotros , el Amarone que en un inicio nació como un intento fallido a la hora de producir vino dulce Recioto di la Valpolicella , a recuperado en estos últimos años la producción dedicada en pequeñas fincas en detrimento de las grandes producciones , enfocadas a la exportación masiva.



Son las uvas más maduras cosechadas en Octubre , las que tendrán la delicada tarea de reposar durante casi cuatro meses en colchones de paja (como antaño) , o en cámaras perfectamente acondicionadas (en la actualidad) para proteger a la uva de la humedad del Otoño y evitar así la vieja aparición del hongo Botrytis Cinerea , que corrompa su deshidratación.
Así es como nace el Amarone en la producción de los Valpolicella Superiore mezclándose proporcionalmente con la uva convencional; o en su totalidad para los AMARONE auténticos. En este proceso las uvas Corvina , Rondinella y Molinara (en algunos casos se usan otras como el Rosignol) , pierden gradualmente gran parte de su peso elevando su concentración de azúcares , su graduación alcohólica 15% y el contacto más directo de la piel con el jugo de la uva , para producir una polimeración de los taninos curiosa y determinante en el equilibrio de estos caldos. Como es evidente el encarecimiento de estos vinos viene dado principalmente por la cantidad de uvas necesarias para la elaboración de estos vinos; además de la selección de aquellos racimos que han superado con perseverancia , el delicado reto de una pansificación sana en una época del año caracterizada por las copiosas lluvias. En Febrero se prensan y fermentan durante uno o dos meses , y acaban envejeciendo en botas de roble durante tres años mínimo antes de salir a la venta.



Probablemente aquella noche del 17 de Octubre , mientras las uvas se marchitaban en el Nordeste de Italia; la sorpresa no hubiera sido tal con estos precisos datos de Juancho Asenjo. Aunque bien pensado , enfrentarse ante algo desconocido y enigmático como lo de aquella noche también tiene parte de emocionante.
Es así como convergen cada Jueves , en estas catas entre amigos algunos de nuestros recuerdos en forma de: Tonalidades , aromas y sabores. Que inevitablemente te transportan momentos de tu vida pasada , y que cobran forma con algo tan intangible como son las sensaciones que te proporcionan los sentidos. En este caso , estos tres vinos; a mi como portador y a los demás como compañeros de viaje , nos reconfortaron de la misma forma que uno descubre a una nueva amistad o se enamora perdidamente.
La esculpida y esbelta botella del MOLCEO DI OTELLA , es un blanco de aquellos que mutan en el preciso instante en el que se avoca sobre nuestra copa y se desborda en nuestra boca: Con un perfume sutil recuerda en un primer momento a los Chardonnay Franceses , pero gradualmente al atemperarse en la copa van aflorando las notas salinas y minerales que bien podrían ser las de un goloso Rielsing. Ese afrutado particular de los blancos Alemanes , que parecen confundir la frugosidad con unas notas complejas que nacen de la composición mineral del terreno donde crece la uva Luganesa.


Este blanco fue el aperitivo ideal para dejarnos seducir por el carácter robusto de los tintos de Valpolicella. Unos vinos que amedrantan por su elevada graduación , 15% de volumen alcohólico; pero que sin embargo se transforman de una manera asombrosa en la copa: El descorche de CAMPOGADIS SUPERIORE y el PIETRO ZARDINI AMARONE tuvo lugar al borde de la sobremesa. Ocho horas para que el líquido respire adecuadamente , y que puede parecer excesivo para algunos; pero no es así , para nada amigos. Cada uno evoluciona de una manera bien distinta , una diferencia espectacular entre estos dos vinos nacidos de dos pequeños proyectos sintetizados en el apego a la tierra y a la tradición familiar.
Familia Ruffo Padre e Hijo
Por un lado la producción milimésica de Ernesto Ruffo y las 1100 botellas que produce de su CAMPOGADIS volcánico , y que transmite por vía consanguinea esa mineralidad dura y exquisita , haciendo de su vino un Valpolicella único: Por su baja producción , por su precio con respecto a otras bodegas vecinas , y por la marcada personalidad que hace de él un vino robusto pero a la vez embriagador.
De color oscuro e impenetrable y una nariz de grafito , en consonancia con la tierra que lo produce; pero con un paso por boca realmente estructurado y largo: El cuero , el sotobosque y ese frescor que emanan los bosques de Robles y encinas poblados de bayas , o el aceite de Bergamota; son algunas sensaciones que confunden su aparente austeridad , con una seducción extraña e innegable.

Pero fue con PIETRO ZARDINI con quien nos llevemos la sorpresa más agradable de aquella noche Otoñal , reunidos en los sótanos de Vadebacus: Un entorno admirable adosado a una de la plazas más añejas de Sant Cugat , donde además de poder sacarle punta al afilado paladar de aquellos que ven la comida como algo más que el aporte de calorías y nutrientes al organismo; tambien se pueden beber buenos vinos , a un precio más que respetable. Allí nos reunimos dos veces al mes intrépidos con afán de conocerse por dentro y por fuera; todos distintos , pero gemelos en esa pasión de aprender los unos de los otros.
Por eso y por más cosas me produce un placer indescriptible no haberme equivocado con la elección de estos tres vinos. No tanto por el miedo irresistible de no estar a la altura , si no por ver las caras de gozo que produce detener el tiempo cuando estamos realmente a gusto.
Pietro Zardini

Pietro Zardini se nos llevó como gatos al agua , y en el misterio que esconde su caldo y que todos intentamos descifrar se hallan gran parte de sus encantos. Un vino que pese llevar cerca de 8 horas abierto , te da un fogonazo de alcohol licoroso en la nariz al airearlo en la copa y sumergir la nariz. Lo encaras con temor dándole vueltas y más vueltas en la copa: Ese perfume intenso a resina y pegamento inquieta realmente; son los 15 grados de alcohol que impregnan tu olfato hasta salir por tus ojos y por tus poros.
Le das tiempo para que ahora en la copa coja aire , respire y la vinifique con una lágrima densa y adherente. Y arremetes con decisión el primer trago , el alcohol a desaparecido por completo para tu desconcierto; Carlos suelta un largo y terrorífico gemido , Xavi y yo nos miramos no con cierto acojone. Pero Carlos sonríe con esa mueca maliciosa que solo él sabe poner.

Pietro Zardini hace un Amarone que nace del recuerdo de su padre Leone Zardini y que también da nombre a un Reserva Especial que cuidadosamente está en la recamara. En Italia los llaman Amarones austeros por ser vinos que dejan a un lado la elegancia y finura de los MARION , pasando a un grado de complejidad superior. A mi personalmente no me lo pareció en absoluto , pero también puede ser por mi inexperiencia en estos terrenos.
El Amarone de Pietro Zardini desde luego es un vino amplio , si con ello se quiere definir a un vino que en boca muestra una redondez absoluta , y que además crece en copa en el transcurso de tan solo ½ hora.
Lo que en un inicio parece un vino extremadamente potente y tánico , se desnuda en boca como un elixir sedoso con una cadena de sensaciones exquisita de cacaos oscuros , de torrefactos avainillados. Transcurridos unos minutos vuelve a cambiar en nariz para destapar su verdadero perfume a especias: Cardamomo , clavo y nuez moscada; nariz y boca acaban siendo un todo en uno , con un final longevo y licoroso que persiste.
Y lo verdaderamente magnífico de este vino , es el rango tan bien definido de sensaciones. Un vino que te llena por completo y que pese a su potencia y espiritualidad que sin duda lleva a imaginártelo junto a un guiso de caza; es también un vino goloso para disfrutar en la soledad de una buena lumbre , como una cálida copa.

Sin querer parecer un tanto aventurando preso de la euforia , me atrevería a decir que hasta la presente es uno de los vinos que más me a hecho disfrutar este año junto al Rioja Alta del 97 , el Demencia , el Spätburgunder de Friedrich Becker 2009... Aunque en el fondo de la cuestión lo correcto sería definir este vino: No como el mejor , si no como uno de los que me a hecho pasar uno de los momentos más placenteros del año. Solo así sería verdaderamente equitativo.
En el terreno de las experiencias jamás deberíamos hablar de “de mejores ni peores” , si no de la cantidad de buenos placeres que te brinda: Ese rango de sensaciones que despierta en nuestro ser algo tan etéreo como la felicidad , y que no tiene vara de medir ni estándar cualitativo que sea capaz de definir lo que significa para cada uno sentir el bullir de los sentidos. Algo que dicho sea ya de paso , la mayoría de gente cree que hace , pero que en el fondo es para más de uno/a algo así como un desahogo o como un “coitus interruptus”; si diferenciamos el consumo y el disfrute , no solo en el caso del vida si no también en el de los momentos.
En las catas de cada Jueves debe pasar que al bajar los escalones hacia sus tripas todo se despresuriza y parece detenerse el tiempo: Nos dejamos en la calle los prejuicios , las tensiones diarias o las preocupaciones; y en el intento por descifrar los secretos de un vino todo se despoja de artificios: Desnudamos el espíritu , nos dejamos llevar como críos que juguetean con sus recuerdos , y evocamos.
Quizás ahí esté el secreto de la cata de un vino , que algunos creen como un grado superior de sabiduría o pericia; y que para mi personalmente , es algo mucho más espiritual que sirve para redescubrirte por dentro y por fuera. En este caso para llevarte un pedazo de tierra , de país o incluso siendo todavía más generoso; una parte de la vida del autor y del prodigio de la naturaleza , como algo vivo que está en constante evolución desde que se recoge de la vid.
 
 Precios aprox. 
Molceo di Otella: 14 Euros
Campogadis di Ernesto Ruffo: 20 Euros
Amarone di Pietro Zardini: 30 Euros

Autores y fichas: 
Molceo 
PIETRO ZARDINI 
CAMPOGADIS DI ERNESTO RUFFO 
VADEBACUS

6 comentarios:

  1. Collons que nivelazo. Ese Pietro Zardini tiene una pinta que no veas. Abrazo.

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  2. Doi fe JOHNNY , con decirte que está última ocasión he traido 3 botellas por encargo después de la cata de marras. Es cuestión de mirar lo que cuesta comprarlos directamente a bodega (que seguro que es bastante más bajo) , pero la verdad que por lo bestial que está este vino tampoco me parece un precio desorbitado.
    UN SALUDO!!

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  3. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh , jajaja.

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  4. Lección magistral , intuyo eres un experto ; ideales para tomárnoslo juntos , hablar de música y seguir aprendiendo más acerca de estos deseables caldos .
    Saludos ¡hip... !

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  5. Noooo JESUS!!! "Experto" es una palabra muy fea que solo sirve para ponerse límites o pensar que ya no podemos aprender más , es mejor ser aprendiz de todo: Música , vinos , comida , poesía , pintura... de lo que sea. En todo caso soy aficionado con ganas de aprender , pero lo mejor de todo es aprender los unos de los otros. No creas que son pocas cosas las que me habéis enseñado; así que seamos todos alumnos y maestros jejeje.
    Me alegra mucho que te halla gustado , además te digo una cosa: La mejor manera de aprender de algo , es escribir sobre ella.
    No estaría mal jutarnos ante el fuego con una botella de vino y buena música de fondo , me temo que nos darían las tantas con lo presuntamente buenos dialogantes que debemos ser los blogeros; si no ¿de que tanta pasión por escribir y contar?

    UN ABRAZO ANCHO Y FUERTE JESUS , Y GRACIAS POR COMENTAR!!!

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