lunes, 15 de diciembre de 2014

LOS 40 DISCOS INMORTALES DEL 2014 #DEL 30 al 21.


30#CHRIS FORSYTH & THE SOLAR MOTEL BAND / INTENSITY GHOST


De unos años para acá Aquarium Drunkard se ha convertido en uno de mis nuevos catecismos. Y es que son pocos los rincones donde los viajes de ida y vuelta al pasado y al presente, se hacen con una perspectiva tan autista en lo concerniente a las modas, y tan regeneradora por su gusto exquisito. Fue allí donde se publicó una de las primeras reseñas de Chris Forsyth y claro de inmediato, si nos atenemos al buen ojo de los mendas, no conviene pasar por alto los cánticos que por allí pululan.
Un disco de tan solo cinco cortes, y de un tipo que hasta la presente apenas si se conocíamos su existencia; salvo la reseña por parte de New Yorker de Solar Motel/2013. Pero claro, también es cierto que estamos muy pero que muy necesitados de sonidos que no sean la misma cantinela de siempre. Y lo mismo da que éstos vengan del pasado con un ligero y tonificante poso, o simplemente se tire de víscera y mala baba para ponernos a tono.
De echo, si nos ceñimos al tema que abre el disco, “The Ballad of Free Hollow”: Once minutos de progresiones mántricas y arabescos guitarrísticos; puede que alguno se vaya por la pata (en + o en -). Hay quien lo asocia con la psicodélia (afección la mar de socorrida). Pero a mi (que por opinar...), me vienen a la cabeza esos primeros malabarismos entre lo ambiental y conceptual de Maurice Deemback (Felt); en su debut en solitario con “Inner Thought Zone/1984”. Y es muy posible que “I Ain't Waiting” fuese la que me diera esa primera sensación.
El caso es que Chris Forsyth utiliza el género instrumental y experimental alejado de la conceptualización. Y nos regala los oídos con un repertorio que viaja desde el Folk, el Blues, el Rock progresivo y sinfónico. Y todo, en clave de Post Rock ambiental y cromatismo altamente sensitivo.

La habilidad de Chris Forsyth y los músicos que le acompañan, a la hora de dotar de elasticidad temas como “Yellow Square”, con ese caminar pausado pero firme. O los altos vuelos de “Intensity Ghost” que estallan para sembrar de brillos refulgentes su final con “Paris Song”: Un The End, que pone el broche final en una de las melodías más meditabundas y espirituales. A un disco/chacra que resulta realmente reconfortante y donde se amalgaman algunas de las mejores referencias históricas de la música Rock Progresiva.


29#CIRCASSIAN / CIRCASSIAN


No dejamos la espiritualidad ascendente de la música, para adentrarnos en una de las primeras bandas que me encandilaron este año.
Cuando a finales del verano decidí abrir un archivo de texto para ir anotando esos discos que consideraba vitales de este 2014, el primero fue el debut de Circassian. Una de esas bandas debutantes que me aportan esa dosis de emoción primeriza, que me marqué como pauta en los primeros pasos de esta bitácora. Y que dicho sea de paso, tengo un poco abandonada últimamente (la pauta, que no el blog). Bandas que para mi gusto, y teniendo en cuenta los pocos medios promocionales e infinidad de obstáculos que han de salvar. Están al mismo nivel creativo que cualquier banda consagrada.
Gracias a plataformas como Bandcamp y a las vitaminas musicales que nos proporcionan otros blogs. Descubrí a este cuarteto de veinteañeros con la psicodelia krautrockera como bandera. Algo bastante extendido entre las nuevas hornadas de “indie subterráneo”, pero que en el caso particular de estos chicos difieren por el aspecto cultural de su procedencia, que los hace distintos y especiales, la Griega. No por exotismo, pues su idioma vehicular es el inglés. Sino porque en vez de abrazar las influencias de la psicodelia anglosajona, lo hacen hacia oriente y las de Anatolia y sus ancestros Otomanos; curioso ¿no?
Pues no muchachos, basta con darse un paseo por su flamante debut y echar a volar en alas de “No proof=dedication”, “Source of Nations” o “Creatures of Nesf-i-Jahan”. Y no es por la simple rareza de sus referencias musicales. Porque los once cortes de su disco son de un absorbente e hipnótico que bien podrían estar entre mis 15 discos preferidos; si no fuera porque intento controlar a mis impulsos.
Y no dejo mis decisiones en manos de la trotona y surfera “Mevlana”, “Shunned House” o “Feels like Home”. Dos de los cortes más increíblemente espirales del disco, y que bien podrían incluso dejar a Ride, Tame Impala o Spacemen 3 en meras chucherías.


28# STEPHEN MALKMUS & THE JICKS / WIG OUT AT JAGBAGS


He de admitir que tras escuchar y retozar con el Pop perezoso de su “Mirror Traffic/2011”, había dado ya por perdida esa esencia disonante e histriónica de The Pavement. Y cierto, también lo admito, puede que sea un antojo egoísta, la del oyente que se empeña en seguir oyendo la banda de sus amores en los caminos divergentes de sus miembros, lo sé.
Pero la música, el recuerdo y la nostalgia son así. Nos hacen niños malcriados y crueles en la perspectiva que nos dan los diferentes caminos de la música; al fin y al cabo se trata de eso ¿no? de algo instintivo. También os digo una cosa: Entiendo esa manía rupturista de los líderes por seguir su propio camino, lo más alejados posibles de sus bandas. Pero al final se convencen de qué es lo que mejor hacían, y vuelven al redil.
Es así, y “Wig Out at Jagbags” tiene esa chispa paranóica y disparatada de los Pavement, por más que le duela a Stephen. Yo no creo que sea simplemente ese, el motivo por el que me gusta. Y apostaría que al margen de la genialidad de “The Janitor Revealed”, “Lariat”, “Houston Hedes”, “Surreal Teenagers”, “J Smoov”, o “Independence Street”. La grandeza de este disco es tan solo cuestión de inspiración y de compresión en un disco, que está perfectamente a la altura de “Brighten the Corners/1997” o “Wowee Zowee/1995”. Dos por cierto, de mis discos preferidos de la banda.


27#MERCHANDISE / AFTER THE END


Es cierto que ordenar tus gustos de un año no siempre se ajusta a la cordura, el criterio y la imparcialidad: Por un lado están las disecciones escrupulosas y racionales, y por otra la inclinación por ciertos sonidos o querencias. Nunca somos lo suficientemente cerebrales; ni siquiera es saludable. Así que en esta banda de Tampa (Florida), he depositado todas o casi todas mi debilidades.
Desde que el pasado año me robaran el corazón con sendos Ep's, que bien podrían haber sido un larga duración con todas las de la ley, por su nivel envidiable. Y teniendo en cuenta que era el debut de una joven banda: Su épico Pop salpicado de volantes, cenefas y bordados con infinidad de texturas, les daban a favor un plus diferenciador con respecto a la multitud de bandas con un mismo denominador. Porque pese a que Merchandise me guste por ese toque vocal apesadumbrado y romántico. Saben jugar en esa delgada línea entre el Pop brillante, culto y elegante, y esa raza turbia de goticismo. Por suerte sin pecar en estos inicios de una solemnidad demasiado evidente y etiquetable. Para certificar esto que digo, solo basta con echarle el corazón a “Become What you are” o “Axiety's Door”.

En esta nueva puesta de largo han apostado con Carson Cox a la cabeza, por un hilo conductor más definido: El Pop seductor sin tantas aristas, más adecentado y trajeado pero igual de reluciente y efectivo. Puede que se echen en falta esas guitarras sinfónicas y ribeteadas, linealidad o una actitud excesivamente aposentada. Pero lo cierto es que al escuchar “Telephone”, “Green Lady” o esa excelsa balada que es “Life Outside the Mirror”, todo me son elogios y salvas. A favor de ese punto de riesgo chulesco, al apostar por ese otro Pop que tan pocos besos se llevó en los 80: Esos primeros Aztec Camera, Prefab Sprout, Go Betweens, Bill Pritchard, Raymonde o porque no, The Smiths. Esos practicantes de Pop pagano y activista que alcanzaron más fama por los respetos de sus predecesores que por los de su propia época.
Así que para que mentir. Solo por haber escogido ese lado menos triunfalista y decantarse por ese puntito de decadencia Popera, ya me tienen ganado. Uno de los álbumes de Pop mayúsculo que más me han endulzado las tards este año, junto a los de Craft Spells, Electric Youth y Electric Litany.

26#TY SEGALL / MANIPULATOR


La causa efecto de este rubio melenas con genética de Daniel El Travieso se podría resumir en tres palabras: Instinto, hiperactividad y talento. Puede que para muchos resulte una simple pose fruto de las modas pasajeras. Pero lo que es innegable es que el muchacho no tiene límite en lo productivo y en los sanos fundamentos de los que se sirve a la hora revitalizar músicas pasadas. Por su mente inquieta e hiperactiva deben pasar muchas cosas; como una olla repleta de elementos que se formulan por la obra y gracia de la reacción espontanea. Y además de generar reacciones químicas de lo más incontroladas y destilar genialidades sin ataduras, lo cierto es que siempre cae de pie como los gatos.
Con tan solo 26 años y nueve años de carrera a sus espaldas, y la sensación de ponerse límite. Esta vez, tras dinamitar la costa californiana con seis trabajos en seis años, sin contar sus numerosos e incontables colaboraciones y bandas paralelas. Se saca de la manga Manipulator. Como un perfecto antídoto con el que curar las cicatrices de la pérdida de su padre y su tormentosa vida familiar, y de paso meterse en el bolsillo a aquellos que lo tachaban de sucio y maloliente. Un manipulador vamos.


Dieciocho canciones en las que Ty Segall, como viene siendo habitual, no desecha nada. Dieciocho pildorazos directos al espinazo que van de menos a más y en los que no se baja el acelerador ni un instante. Con la sensación de estar más elaborados, pero con el mismo tufo a garaje incendiario de guitarras espasmódicas, que tanto le gusta.
En este puñado de temas, que aun pareciendo excesivos, se devoran como un ciclón. Deja a un lado sus ritmos más pedregosos y abrasivos, para pasarle un trapo y sacarle el brillo al Glam más rockero y travestido de los 70. Un ejercicio en el que saca pecho de sus influencias más lascivas: T. Rex, Mike Ronson, Black Sabath, Neil Young o The Stooges. Todo batido de buena materia prima a la que él le da ese toque totalmente frenético y libertino, pero respetando claramente su esencia.
Se puede desconfiar todo lo que se quiera de su autenticidad o pensar que es una simple tendencia pasajera. Pero sería tan sospechoso como la poca equidad de sus fervientes seguidores, no reconocer que estamos ante uno de los trabajos con más temarráncanos por miligramo de acetato. Toda una colección de agujonazos donde lo acústico y lo eléctrico se equilibra a la perfección, y me atrevería a decir que me produce las mismas sangrantes sensaciones que el Doolite de Pixies; que ya es mucho decir.
Sí, puede que parezca un atrevimiento, pero deslizar la aguja sobre “Feel”, “Green Belly”, “The Clock”, “The Feels”, o “The Singer”, y no trotar como un condenado, se me antoja de un estrechamiento de miras bastante poco saludable.



25#GALLON DRUNK / THE SOUL OF THE HOUR


Gallon Drunk ya fueron una auténtica anomalía en los gloriosos años 90. Alcanzaron un momentáneo renombre con “Fron the Heart of town/1993” pero aun llamando la atención de ciertas publicaciones británicas, el suyo siempre fue un camino por los bajos fondos musicales. El Blues oscuro y asfixiante de sus composiciones contrastaba con el estallido del Britpop en las islas; fucsia y pastel sobre negro satinado. Súbditos del rock chamaníaco de Nick Cave, Tom Wits, y a medio camino del garaje de The Cramps. Gallon Drunk siempre funcionaron como aquella banda de trastero en la que asirse cuando las modas de papel cuché envolvían las pistas de baile y los rotativos.
Volver a tener noticias de ellos casi veinte años después del ostracismo más absoluto, me parece un regreso mesiánico con el que salvarnos de nuevo de las dogmáticas tendencias.

Como aterciopelado bellú, The Soul of the Hour puede resultar suave y amable: “Before the Fire”, “Dust in the Light”... o áspero y sangrante a contrapelo. Directos al bajo vientre cuando se ponen broncos y apartan de un empujón aquel Blues reptante, y acometen con violencia “The Speed of Fear” , “The Dumb of the Room”, o “Over and Over”. Un sedimento de todos sus años de carrera que se condensa en un álbum de siete canciones denso y concentrado. Aquel Blues barriobajero pero no exento de elegancia se convierte aquí en un retorcimiento de melodías afiladas, pero también balsámicas. Esa especie de pócima que tan bien representan Grinderman o The Drones. Y que evoca en definitiva, a un trago largo y sin hielo de whisky añejo.


24#SONDRE LERCHE / PLEASE


Cambiando radicalmente de contexto y de paisaje, este año se ha colado en la lista, para mi sorpresa. Uno de aquellos caramelos de fresa ácida rellenos de chicle. De esos que de niño mojábamos adictivamente en el sidral para saborear el chisporroteo del ácido ascórbico en el fondo de nuestro paladar.
Sondre Lerche, ese maquiavélico noruego vestido de inofensivo mozalbete. Que nos decoró la primera década de este reciente milenio, con pequeñas y escaliñadas joyitas pop y guiños a la bossanova más soleada, que le valieron la etiqueta de cantautor. Regresa tras tres años de silencio y un injusto abandono comercial. Lo hace bajo un título tan descriptivo y sucinto como Please. Un disco en el que cambia la guitarra acústica y los masajes corales, por una caja de ritmos y la acidez predicadora de Momus.

Todo una orquestación de cachivaches, percusiones y programaciones, de apariencia desconcertante. Que solo él es capaz de hacer gravitar en perfecta armonía para crear su Pop, entre lo futurista y lo agasajador. Un corazón hecho pedazos, que como un rompecabezas recompone tras una traumática ruptura en complejas tonadillas pop de coloridos sabor agridulce.
Abriendo el telón “Bad Law”, esa canción perfecta hecha de contraste que se debate entre la felicidad y la rabia. O la salida a escena de los actores en el primer acto “Crickets”, otra joya que nos remite a Louis Phillippe y ese tono afrancesado que destila gran parte del disco. Aunque es en los momentos más melancólicos y emocionales cuando más fácil es captar esa facultad de convertir lo austero, disonante y arcano en perfectas melodías: “At Times we Live Alone”, “Sentimentalist” o “At a Loss for Words”, son tres pedazo de canciones que aciertan de pleno en la diana. En cualquier caso “After the Exorcism” o “Legends” no le van a la zaga, aquí se va de la euforia al desencanto por ese tobogán emocional que es este disco. Uno de los más directos y rutilantes, si hablamos de Pop mayúsculo, y con sustancia de la buena y rica.



23#HAPPYNESS / WEIRD LITTLE BIRTHDAY


Creía de todo corazón que la travesía por el desierto en el que se debate la joven escena musical británica, iba a ser como la maldición de las siete plagas del apocalipsis. Y tampoco voy a decir ahora que todo lo que de allí sale sea anodino, acomodado y falto de riesgo, pero de aquí a los años gloriosos de las islas dista un trecho #Opinión totalmente personal y de arranque viejuno.
Por suerte para un servidor refunfuñón y cascarrabias, los brotes verdes y prometedores aparecen cuando uno menos se lo espera. Y el debut de una banda como Happyness, como poco es balsámica y de miras amplias. De aquellas que cruzan el atlántico para buscar sus simientes. Sí hermanos, Happyness no suenan a britania, sino más bien a suburbio yanki.
Comparados de inmediato con referentes sonoros como Beulah, Pavement, Yo la Tengo, Sparklehorse, Grandaddy... Y es que la añoranza por los noventa es tal, que venga dale y toma con las mismas puñeteras comparaciones!! Weird Little Birthday tiene más cosas en común con las sensaciones, texturas sonoras, origen o puede que estado de ánimo, que con una banda en concreto; que por cierto, tampoco patentaron ese sonido, faltaría. Una cadencia perezosa de medio día soleado que te solivianta en momentos contados con un estertor rabioso, “Refrigerate Her” o “Anything i do is all Right”. Pero que predomina en una textura que me estaría a mal relatarla por canciones. Es un disco para oírlo de pe a pa y disfrutarlo por completo en toda su longitud. Solo así se descubre su belleza marchita y luminosa a la vez, y se percibe su enorme calidad y el conjunto de su acierto.


22#THE ORWELLS / DISGRACELAND


Lleno de orgullo ferviente y felicidad desmedida la que me produce encontrar por fin, bandas como los Orwells. Un quinteto de veinteañeros encabezados por un grandullón y desaliñado Mario Cuomo, con más pintas de heavy reciclado que otra cosa. Y que resucitan el powerpop más punkarra con coronas de laurel y todo. Un empujón necesario en estos tiempos que corren en nuestra contra y que poniendo a caer de un burro a Artc Monkeys tras una gira de teloneros con ellos, ponen muy claro y sobre la mesa aquello de que las bandas de ahí arriba nos acaban haciendo bostezar; cierto!!
A ver, suena como una puñalada trapera pero leche, es cierto!! Y es que The Orwells de momento tienen aquello que atesoraban los primeros Artic y que ahora, en un ejercicio de madurez no tienen, actitud. Lo mismo que transmitían Strokes con su disco de debut, pese a que muchos les achacasen ser hijos de papá, y que se ve perfectamente reflejado en “Who needs You”. O ese poder asociativo en una mezcla perfecta de “The Righteous One” con el “The Happening” de Pixies, que me viene a la cocorota cada vez que la escucho. Eso se llama mojo, esa cosa indefinible que poseían las bandas de los 80 o 90 para equilibrar en su falta de medios técnicos un potencial de personalidad. Y que bandas de ahora no tienen, pese a disponer de medios para hacer que un disco suene cojonudo.
El caso es que al margen de estas dos canciones la mar de pegadizas e infecciosas, el Disgraceland de estos muchachos tiene en ese otro puñado de canciones, aquello que de manera natural irradiaban Ramones o The Clash. Nada de parecidos estilísticos, pero una actitud natural sin artificios ni trucos técnicos que hace que sus canciones suenen directas, sencillas, arcaicas... pero tremendamente frescas y salvajes.


21#THE WHITHERED HAND / NEW GODS


En nuestra última playlist ya hablamos de las virtudes de este disco y de la particular proyección de este modesto Escocés. Dan Wilson comenzó a tocar con treinta años de manera casi accidental tras la muerte de un amigo. En ese tiempo aprendió a tocar la guitarra que se compró y al cabo de trece años, en el 96, grabó su primer disco. Cinco años después regresa con un segundo disco de estudio grabado con una banda casual formada por miembros de Belle & Sebastian y otros músicos: Pam Berry de Black Tambourine, Eugene Kelly colaborador de The Pastels, BMX Bandits o The Vaseines, y también la ayuda de Frightened Rabbit o King Creosote.
Una de esas historias que parecen salidas de un testimonio televisivo, en la que un tipo desengañado por su adoctrinamiento religioso decide hacer girar su vida como el tambor de un oxidado Colt. Fruto de esta curiosa historia tiene lugar New Gods. Un echo al que quizás debamos darle las gracias al señor o al destino, por habernos dado la oportunidad de conocer a este renacido Dan. Y que con esa dedicación a tiempo partido sea capaz de parir un disco como New Gods, merece un aleluya hermanos; aunque sea por simple paganismo espiritual.
Once cortes en los que la luminosidad de su Pop envolvente nos broncea, con la misma intensidad que su cuarteada voz levita por su temario. Esa sensación confortable que produce el equilibrismo adolescente de sus canciones. Ese rozar el vacío y sentir la seguridad de sus armonías entre el Desert Songs, y los Promise Rings más domésicos. Las coordenadas certeras de Neil Young en ,Lover Over Desire”,California”... las intermitencias Dylanianas que se quedan entre los dientes con “Life of Doubt”. El levantar el vuelo con “Black Tamburine” con el planeo de Big Star. O esas instantáneas de IndiePop cuando “Horseshoes” desarropa este fabuloso disco lleno de reflexiones sobre el efecto del paso del tiempo: La añorada adolescencia, la serena madurez y avance imparable de la vida.
New Gods además de ser un disco monumental en su visión nostálgica de su sonido. En sus textos nos ofrece una visión de la vida muy íntima, rozando la confesión y un cierto desencanto que da la longitud, la experiencia propia y una filosofía libre de ataduras y con un alto grado de desapego.

10 comentarios:

  1. Con el de Gallon Drunk me has sorprendido, ahora no sé si los había oído aunque me suenan. El de Sondre Lerche lo calcas bien pero no llegó a engancharme como sus primeros trabajos. De esta remesa me quedo sobre todo con el de los Orwells, salvajes y frescos, y chulos. Abrazo, crack.

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  2. Bueno Johnny a los GALLON DRUNK los he acogido con los brazos abiertos ya que siendo una banda que seguí en los 90, hacía mucho tiempo que no les echaba la oreja. Y la verdad es que ando últimamente necesitado de buenas hostias musicales que me levanten el alma. Con Sondre Lerche casi lo mismo que con Gallon Drunk, pero vaya, en el fondo algunos son discos a los que buscarle un momento y la paciencia para darles cancha. Me pasa con los discos, que cuanto más perspectiva demandan, más me acaban gustando. La inmediatez se me acaba desvaneciendo con el tiempo.
    Yo de estos diez te recomendaría Witherd Head, Circassian y el de Stephen Malkmus. Los tre diferentes pero con mucho recorrido, sobretodo el del Escoces. Por ciert, el de Orwells es que está a medio camino entre el IndieRock noventero más fresco y esas bandas de toque powerpopero de los 70/80, todo vitamina.

    SALUDOS!!

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  3. 3er intento!!! A ver si ahora me deja publicar,,, Te quise comentar en la primera entrada haciendo un prime épico, pero la puta red se opuso a ello. En fin. Tan solo era para dejar constancia de mi habitual paso por aquí, más aún con la excusa de la listica de marras, la de Bboyz, que siempre es un referente para este menda. Por ahora coincidimos en 5 y podían haber sido tres más. Al de Chris Forsyth llegué tardísimo y pese a que me está gustando mucho, no me he tenido tiempo material para valorizarlo como seguro merece. El de The Orwells lo saqué en la única revisión que hice a mi lista y ya me estoy arrepintiendo. Y el de Circassian, pues que quieres que te diga, ¡lo olvidé! Así de loser que es uno. Y eso que a los griegos los disfruté a base de bien. Y me los diste a conocer tú!!! Penitengiagite... o más bien μετάνεια...

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    1. jajaja que me meo Sulo, y cuanto más largos son los comentrios parece que petan más, para joder. Pues no me pone de mala leche eso ni ná, últiamente lo que hago es hacer un Ctrl+C porsiaca. Pero tranquilo si yo mismo ando este Otoño más liado que la pata de un romano. Entre la rahbilitación, el gimnasio, la piscina y mi vida de noveau amo de casa (uy parezco una yaya), ficho a las 7:30 y me acuesto a las 2 o las 3 escribiendo, ni de comentar y escribir la lista tengo tiempo.
      Pero vaya, sarna con gusto no pica. Esto es como una evaluación, si te dijera la de cosas que no he escuchado por falta de tiempo y las que se quedan fuera, fliparias. Pero es lo chulo, son fruto de un momento y el subconsciente te empuja a escuchar lo que le pide el cuerpo. Las listas personales de cada uno son así de caprichosas y el gracia. Si yo soy un referente para ti (espera que me desinflo), imagenate tu para mi. Lo grande de los blogs es publicar lo que a uno le pide el alma y ver que en nuestra rareza no estamos solos en el mundo jejeje.
      Orwells molan mucho, cuanto más los escucha uno más molan. Pero que sepas que me los descubrio Johnny en su espacio, osea que aquí nos alimentamos los unos de los otros. Figurate tu si no, lo que he descibierto gracias a ti y a otros como tu, y la de música que jamás hubiera escuchado si no fuera por ese eje transmisor.

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  4. Machacado y disfrutado el de Forsyth como un Tom Verlaine redivivo y mudo y escuchando el de Withered Hand estos días que me está gustando mucho , tomo buena nota de tus otras invitaciones ; sobre todo recuperar a Malkmus que lo escuché durante dos semanas y me gustó mucho y lo aparqué acuciado por una actualidad que no es más que un espejismo difuso . A Lerche lo tenía como ya sabido , a ver que aporta hoy.
    Sigo con interés tu lista , ganas de llegar a los primeros .
    Abrazo !

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    1. Lo que le decía a Sulo Jesus, el tema de ponerse uno a confeccionar una lista tiene esa gracia. Yo odio clasificar los discos, pero gracias al buen gusto que tenéis dispares blogeros, aprendo de mi y de lo que le gustan a otros. Porque en definitiva si hay talento de explorar, abrirse a cosas distintas, nos fiamos del gusto los unos de los otros y nos encanta compartir... ¿que hay mejor que eso?
      Por mucho que uno sea abierto de orejas, la música nunca deja de sorprenderte y es lo bonito. Crees que conoces tus gustos y llega otro, y flipas con algo que jamás creerías poder escuchar. A mi de esta hay cosas que me ha jodido mucho dejar fuera, pero es el reto, marcarse un número razonable y debanarse la sesera: Doug Gillard, Chuck Prophet, Craft Spells, Tycho, Gord Downie, Sharon Jones o Thee Silver Mt Zion.
      Me alegra no sabes como que te haya enganchado The Withered Hand con lo que supone para mi tu buen y variado gusto (aunque merezca un castigo divino por no comentar lo que debiera en tu casica)
      Yo el de Malkmus lo escuché casi por casualidad porque el anterior se me desinfló en seguida, y Sondre Lerche mola en esta ocasión porque requiere concentración para escucharlo y cogerle el punto, es complejo y me gusta por eso.
      Solo desearte que la disfrutes, y si encontráis alguna cosa nueva y provechosa pues... Es lo que más feliz me puede hacer, compartir y coincidir. Hace que valga la pena el tiempo invertido y me alegra más vinendo de vosotros, sabios de amplias miras.

      UN SALUDACO GRANDE Y A DISFRUTAR LO QUE NOS QUEDA DE AÑO MASTERFRIEND!!

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  5. A mi también me gusta casi más que me descubran cosas , estoy aquí para aprender ; y creo estar abierto , salvo contadas excepciones , a casi todo ; a casi todo lo bueno , claro.
    Sé que no te voy a descubrir nada que no conozcas ya , pero por si las moscas te diré que esta semana me está gustando mucho el disco de The Carousels y un tío que escancia sensaciones parecidas al Ryan Adams de Heartbreaker que se llama Shannon Lyon ; ah , y el de Vic Ruggiero me está divirtiendo mucho ; lo estoy poniendo tanto estos días como he he estado escuchando el de Young Sinclars y el de Reigning Sound durante todo el año .
    Llevo tiempo queriendo comentarte que sería interesante que pudieras aconsejar , dado tus profundos conocimientos sobre la materia , qué vinos podrían acompañar a los discos que comentas ; lanzo la sugerencia porque el tema me parece más que interesante .
    He de marcharme , un abrazo !

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    1. Si bueno Jesus yo soy de los que pienso que el día que deje de aprender y desear ampliar conocimientos de la materia que sea, sea cuando me vaya al otro barrio. Siempre aprendizajes que nos ayuden a crecer por dentro y por fuera, y sobretodo a ejercitar los sentidos. Son creo las mejores terapias para curar todo tipo de males, además lo bonito de hacerse mayor, es que se desucbren escenarios inverosímiles.
      A The Carousels los descubrí gracias a un blog, que ahora no recuerdo bien, no se si fue POWERPOPULIST, que aprovecho para recomendarte. De allí son muchas cosas bonitas que por aquí aparecen, al final pensaba que había puesto en alguna playlist "My Beating Heart" que es un temazo de aquellos que recuerda a tantas cosas buenas; muy buen popfolk luminiscente amigo. A Vic Ruggiero no lo conozco así que buscaré en cuanto pueda coger un poco de aire después de las listas, de echo cuando comienza el año suelo dedicarme a los discos que he abandonado con las prisas y los hallazgos de blogs amigos.

      Lo de los vinos pinta muy bien y la verdad es que sería una forma fantastica de maridar vino/música vital. Tampoco creas que mis conocimientos son tan profundos, quizás ahora que bebo vino con más alma que antes empiezo a conocer esos transmisores que conectan tierra/vino/personas. Pero sería un muy buen reto, uff 40 vinos son muchos pero intentaré buscar tiempo para construírlo. Me doy miedo porque soy demasiado autoexigente, pero estaría cojonudo para empezar el año con nuevos proyectos.

      UN SALUDO Y BUENAS FIESTAS, ESTAS CONVERSACIONES SIEMPRE TAN ENRIQUECEDORAS!!

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  6. Amigo, el de New Gods es grandioso, va directo a mi top, previa cata, de la cuesta de enero. Veo nombres totalmente desconocidos, y algunas canciones mas que interesantes. Saludos bboyz, pasa un buen día

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  7. Buenos amigo Chals, pues además de alegrarme de que hayas descubierto un sano motivo con el que ampliar el radar musical. Estoy seguro que si ahondas, alguna cosa más encontrarás interesante. El señor Dan Wilson con toda su sencillez y honestidad se sacado de la chistera un disco para engancharse a él; creo que con el tiempo podría estar más arriba. Fuera se quedó el de Martin Carr (ex Boo Radleys), uno de los que más me ha dolido obviar, pero bueno ya se sabe que hay muchos más diacos y muy buenos.
    Un abrazo Compi y buenas fiestas!!

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