viernes, 19 de diciembre de 2014

LOS 40 DISCOS INMORTALES DEL 2014 # DEL 20 AL 11



 20#HALLELUJAH THE HILLS / HAVE YOU EVER DONE SOMETHIG EVIL


Cinco discos a sus espaldas en nueve años de carrera y pese a la buena acogida de su último trabajo en su tierra, Hallelujah The Hills siguen siendo unos auténticos desconocidos en Europa. Es evidente que aquí donde por el camino de la fama se perdieron las raíces, la quinta salva en pos de la acción no abre brechas. Y no será porque no puse mi granito de arena en una detallada crónica.
Bandas como la de estos Bostinianos de sangre irlandesa que no se muerden la lengua, no abundan demasiado. Que además usen el grunge como lenguaje universal, menos todavía. Como si en ese empeño por parecer impíos y tremendamente avanzados, renegásemos de aquellos términos generalistas que aglutinan a la manada en una danza colectiva.

El caso es que tras esa engañosa fachada de combo colectivo, de las trompetas y los casiotones, o de esa fanfarria guitarrera que domina en su último disco. Hallelujah The Hills esconde algunos de los textos más brillantes de este año, y una manera de trabajar tan rica y variada como firme de convicciones. Una forma curiosa la suya de esculpir Rock directo y emocional, a base de picar piedra y no intentar disimular los filos, asperezas y defectos del sacrosanto mineral. En su último trabajo dan un portazo a la disyuntiva de las texturas folk y se lanzan de pleno a la acción militante tanto en lo musical como en lo lírico.
Incendiario y con tintes de pogo colectivo arranca “We are What we say we are” (somos lo que decimos que somos). Ryan Walsh habla claro y además con un toque poético que delega en su revolucionaria música esa estética de banda política (que no lo es). Son algo más (comprometidos quizás), con su estilo inconfundible y con el riesgo de lanzarse al vacío en cada disco. “Destroy this Poem”, “I Stand Corrected” o “Pick Up an Old Phone” son tres de las cumbres de este magnífico disco.
Entrar por la puerta trasera al resto de canciones: Escucharlas mientras se transcriben los textos bien detallados en su página. Y aceptar el camino repleto de riscos, desniveles y la maleza que acompaña el trayecto. Es tan solo una opción libre, como libres son las sensaciones que transmiten sus pistas y ese aspecto de himno manifestante que desbordan sus canciones.


19#FUTURE ISLANDS / SINGLES


Es muy posible que al oír citar Baltimore, la ciudad natal de Future Islands. Nos vengan de inmediato la imagen de Omar recortada en mano de la serie The Wire. O pensemos en el querubín encanto de Victoria Legrand de Beach House. Cualquier cosa menos el sonido de TecnoPop ochentero que despliega este trío, y mucho menos las dotes escenográficas que hace gala su líder Samuel T. Herring. Algo así como la plasticidad exorcizante de nuestras canciones preferidas. Esas que nos hacía sentir como estrellas de la música ante un espejo, raqueta o mocho de la fregona en mano cual Carlton Banks emulando a Tom Jones.
Su líder es así, entre lo bizarro, lo natural y extremo. Siente lo que significa interpretar una canción como si no hubiese mañana. Algo que choca con la en teórica idea que se pueda tener de su minimalista sonido (un teclado, una caja de ritmos y un bajo). Pese a esos insignificantes inconvenientes, ellos saben transmitir el significado de sus letras de desamores pasionales, sus despechos y su romanticismo como nadie. Y tras ocho años de travesía por el desierto sin apenas merecer una simple crónica, van y publican Singles/2014.

Un disco que no viene a ser el mejor de su carrera para aquellos que los seguimos desde su inicio (para mi, “On the Water/2011” es mucho mejor). Pero que sin lugar a dudas los convierte en dignos hacedores, de canciones de aquellas que se te enganchan en el subconsciente de por vida. Ni más o menos comerciales que las de sus anteriores discos, pero sí más eficientes en cuanto a éxito popular.
Es difícil no caer a los encantos de “Seasons (waiting on you)”, sobretodo si fuisteis de los que vieron su actuación en el Show de Letterman. En cualquier caso, y para los que penséis que Future Islands no hacen nada que no hiciesen Yazzo, Human League o OMD hace años de manera despectiva. Creo que en la fidelidad de su sonido y en la constancia al no variar su estilo, ya me merecen un respeto además de que por desgracia me gustan; vaya por dios!!
Singles me parece un disco cojonudo aun siendo el más accesible de ellos. Ahí están “A Song for our Godfathers”, “Doves”, “A Dream for you and me” para demostrar que no han cambiado su modus operandi a cambio de cierto éxito. Que defienden un género vilipendiado y en ocasiones tachado de falto de méritos artísticos con orgullo. Y que pese a que por su música puedan parecer un pastiche ochentero, son posiblemente una de las bandas más sinceras, fieles y honestas, de eso que algunos llaman a desgana “Indie Pop”.



18#DANNY & THE DARLEANS / DANNY & THE DARLEANS

De esta banda de Detroit poco podemos decir que ya no se dijera en la crónica que relatamos de este disco. Uno de los que más me han hecho practicar el air guitar en los solitarios días de enclaustramiento de este penoso año. Medicina vital y antídoto ideal para los peores días, Danny Croha nos ha transportado a los mejores años del Garaje Rock, de los nuggets más salvajes y el yeyismo más zarapastroso.
Kinks, Sonics, Dr Explosion, Sparkles, The Hives y todo aquello que se os pueda pasar por la mente, hasta los Rolling Stones fíjate tú!! Pero lo mejor no es a todo lo que recuerda, sino la eficacia del diabólico repertorio. Todo un viaje temporal tan auténtico por sonido, producción y por calidad de los temas, que bien podría ser una joya perdida de la época. “Boo-da-Iye”, “Don't ask the Question” o “How many Times” así lo certifican.



17#VIC GODARD & SUBWAY SECT. / 1979NOW!

Vic Godard sexagenario e irreductible frontman del Punk Británico más amplio de miras. Nos tenía preparado el mejor regalo posible para estos últimos días del año. La profanación y reanimación desfibrilador Soulero en mano, de aquellos temas que se escribió en el 78. Cuando un inquieto Punk con alma negra, dio su primer y clarividente paso para grabar en cassette. Y con cierto acojone, enseñarlas en aquella breve gira con una joven Siouxsie Siux; promiscua y desgarradora punk.
Esos temas nunca acabaron de ver la luz pese a que Vic Godard dirigiera más tarde su carrera en solitario hacia los ritmos del Northern Soul y su nueva faceta de crooner. Durante ese trayecto también descubrirían las posibilidades del Northern Soul The Style Council y Orange Juice. Y justo en las manos de uno de sus súbditos más aventajados, Edwyn Collins. Es donde ha recaído la producción y parte de la idea de grabar por fin estos reveladores temas.
Y la verdad, tras escuchar este descomunal disco, solo puedo pensar en la solemne desgracia que hubiera sido que se perdieran en el olvido.

El disco suena de principio a fin tan tremendamente vitalizante y regenerador. Que nadie diría que Vic Godard es ese señor mayor que se subió con los pipiolos Mates Mates en un escenario de les festes de Gracia el pasado 2012. Allí ante la mirada de jovenzuelos que seguramente jamás habían oído hablar de Vic Godard, y que parecían creer estar viendo a su vecino jubilado sobre las tablas guitarra en mano, y dando caña a unos chicuelines de veinte años. Que es mismo, grabaría dos años después semejante puñado de joyas del mejor Northern Soul popero de este milenio.
Un disco del que se pueden escoger al azar cualquier pista: La optimista “Born To be a Rebel”, el excelente groove con humeante hammond en “1979 now intro”, o esa incendiaria “Holiday Himn”. Tremenda como uno de los mejores temas del disco “Caught in Midstream” o gloriosa “You bring out the Demon in Me”. Donde se nota que la cabeza de Edwyn como sabio consejero de su amigo, está intacta.
Lo que son las cosas. Tiene que venir un damnificado de dos terribles derrames cerebrales, y un músico jubilado que dedica su tiempo a repartir cartas. Y poner las cosas en sus sitio, benditos sean!!



16#THURSTON MOORE / THE BEST DAY

Con la última entrega de Thurston Moore me ha pasado algo parecido a lo de Stephen Malkmus. Me gustaría saber de veras, si nuestro traicionero subconsciente nos remite al pasado,sin control alguno sobre nuestros actos. O si simplemente es la alargada sombra de bandas como Sonic Youth, que tienen un recorrido mucho más longevo del que pensábamos; al margen de su separación.
Su sonido rocoso, levitador y chirriante vuelve cinco años después a generar la misma clase de sentimientos sensacionales. Y aunque yo nunca me he definido como un seguidor fiel de toda su trayectoria. Aquí y ahora, Thurston a pulsado la tecla que más me gustaba de ellos: La del Rock directo y sin excesivos ambages experimentales. Aquella que me conectó por medio de “Sister/1987” a toda su inicial carrera.
Abandonando el tono de excelsa melancolía y melodías relucientes de “Demolished Thoughts/2011”. He de confesar que la remembranza de “Speak to the Wild”, que me sugirió la amarga voz de Adrian Borland (The Sound), fue la que me atrapó al momento. Junto a ese tono familiar entre lo luminoso, lo amargo y lo espiral que caracterizó a su antigua banda en los periodos más inspiradores. No siendo un disco que exactamente siga los preceptos de los Sonic, comparte ciertos aspectos: “Forevermore” y sus once minutos hipnóticos de metal pesado que alcanza en su grandeza un áurea casi ceremonial. El Rock&roll duro galáctico y sureño en el que convierte “The Best Day”. O “Grace Lake”, donde la guitarra y esas ascensiones de montaña rusa nos despeñan hacia descensos sin arnés. Uno de los temas más bellos y resplandecientes del disco.
Todo un abanico de claros y oscuros, ascensos y descensos, férrea tensión que se mantiene en todo el trayecto y que intercambia escenarios a placer: A veces urbanos y angostos, otros arenosos donde casi notas el polvo del camino en los ojos y las fosas nasales. Abrasivos, pero solo llevados hasta el punto en el que el dolor y el placer se confunden. Un disco para animarse a repasar de nuevo su trayectoria al completo.



15#HAUSCHKA / ABANDONED CITY


A veces para escuchar depende que discos, hay que entrar en un estado de semi Vipassana. No digo con esto que tengamos que poner un empeño forzado para entenderlos, al fin y al cabo dicen que la música responde a aspectos puramente sensoriales y personales de cada individuo. Influye quizás el contexto en el que se oye: Según nuestro estado de ánimo, si es en un espacio abierto, cerrado, o en la amplitud de un salón mientras uno hace sus menesteres. En la más pura soledad, o rodeado de gente que habla distraídamente.
Según sea éste, el cerebro la interpreta de una manera u otra. El gusto... no sé, yo soy de los que piensa que no hay gustos, sino pasión o simple entretenimiento musical.

Y diréis, ¿que tienen que ver estas memeces trascendentales con un disco?. Puesto que la mayoría los escuchamos y no nos comemos la cabeza más allá del: Me gusta, o no nos gusta.
Yo quiero imaginar que Volker Beltermann después de llevar publicados once discos en diez años, y seguir siendo un perfecto desconocido para la amplia masa. Cuando va un paso más adelante y decide diseccionar el instrumento que aprendió con 8 años, y descomponer sus notas para volver a reformularlas. No pensó en el como ni en el porqué. Tan solo quiso ir un paso más allá de la simple expresión del instrumento en cuestión, EL PIANO. Quizás por puro inconformismo y curiosidad.

Dicho esto sería fácil compararlo con Andrew Bird o Owen Pallet. Pero este alemán sin embargo está en una escala superior en cuanto a la amplitud de sonoridades que es capaz de extraer del piano. Y el riesgo que conlleva limitarse a temas instrumentales, teniendo en cuenta el alcance de sus texturas sonoras: Capas una sobre otra como una sabrosa musaka, latidos disonantes que se entretejen los unos con los otros y el resultado: Un disco bello hasta no poder más, que una vez dentro te atrapa como la tela de una araña con sus sinfonías de siniestra seducción.
Tangos imposibles como “Thames Town”, requiems melancólicos que invitan a sollozar en “Who Lived Where”. Melodías saltarinas que imitan a la naturaleza en el caso de “Agdan”, con ese extraño aspecto de construcción electrónica. Bellezas incalculables que nos transportan a ciudades japonesas, a lugares recónditos, y que se contraen y expanden en cortes de la delicadeza de “Sanzhi Pod City” o “Craco”. Abandoned City así, se puede calificar de un disco que esta a medio camino de las composiciones clásicas, de Michael Nyman, y de una experimentación tan arriesgada como reconfortante al comprobar sus resultados. Una banda sonora otoñal perfecta, radiante de vida y de autonomía. Basta con entrar sin miedo en ella y dejarse llevar.



14#BRYAN FERRY / AVONMORE


Las modas van y vienen como las vidas de quienes las crearon y las vivieron. Hubo un Glam travestido y barriobajero, y otro glamurosamente marciano como el de los primeros Roxy Music. Un palmo por encima de la amnesia colectiva que a menudo pretende maquillar e reinventar, están los creadores de las mismas. Bryan Ferry es uno de esos creadores: Tipos que acabaron haciendo suya esa elegancia como un estilo tan propio, que ni los géneros musicales que manejaba le hicieron mella.
Por suerte para los mortales de a pie, hay todavía cierta inmortalidad que intenta recordarnos que quien tuvo retuvo, y Avonmore es una de ellas.
No se si por simpática o telepática concordancia, pero el señor Ferry parece haberse contagiado de la audacia de su colega David Bowie. Y tras intentar en vano actualizar su cancionero con Olympia: Un disco reivindicativo en el que se diluye un poco su carisma, quizás por querer parecer lo que no es. Regresa con este nuevo trabajo en el que desde la portada hasta el último acorde, nos devuelve su versión más clásica y eficiente. Teniendo en cuenta edad y el tiempo que ha pasado desde sus años dorados

Podría tacharse de conservador, cómodo o incluso oportunista. Pero que quieren que les diga, si Avalon/1982 fue el disco que más éxito le reportó. Y aunque yo fuera más de los que flipó con For the Pleasure/1973. Tampoco voy a ser yo ahora el que le cuestione haber sacado a estas alturas un disco que está entre los Roxy Music más populares y la cúspide de Bryan Ferry en solitario. Entre otras cosas porque me gusta un montón, y ese rollo de seductor farfollero me encanta. Creo que Avonmore (por cierto, vaya tela de título), da muchas lecciones todas aquellas bandas noveles que intentan explicarnos que es el Pop sensual vestido de bailable Funk refinado. Y que por mucha voluntad que le pongan, acaban sonando a eso, a una marca blanca para ir tirando.
Aquí se pueden encontrar entre los ocho temas nuevos (más dos versiones, para variar), un puñado de canciones que están a un nivel tan alto como sus discos más significativos. Esa directa puesta con “Loop De Li”, “One Night Stand”, “Midnight Train” o “Driving Me Wild”, tres temas certeros predestinados a sonar a piñón en nuestro dial. Y luego esas otras, quizás las mejores y menos vistosas. “Soldier of Fortune” co-escrita con Johnny Marr; con una temblorosa voz que merece un punto y aparte. O esa versión que apareció en el disco de Tod Terje donde resucitaba a Robert Palmer y su “Johnny & Mary”, y que aquí nos la mete doblada (pa eso es más suyo el mérito, que del Dj Noruego; de buen rollo).
Vaya por delante que nunca he sido un admirador confeso de Bryan Ferry. Y quizás sea por eso por lo que obvio un irregular trayectoria en solitario, e incluso su esa pose forzada de dandy sobón hasta cierto punto ridículo. Pero resulta que esa desfachatez es la que me gusta, justo ahora, ¿o se van a pensar que la pose solo es patrimonio de los hypsters? Digoo!!




13#THE WAR ON DRUGS / LOST IN THE DREAM


Está claro que el disco por antonomasia más laureado, vitoreado y agasajado de este 2014. Es mirar cualquier lista sea de la tendencia que sea (más al sur de las raíces, o al norte del demodé), y está en todas como Le Petit Nicolás. Como es de suponer, cuando un disco acaba poniendo de acuerdo a tribus tan dispares y distintas, basta con esperar un instante y empezar a escuchar algún valiente que se atreve a criticarla. A la hoguera con él!!
Claro, y es lo que pasa cuando un disco entra como la seda, apetece follando, durmiendo o charlando. Y viene a ilustrar los aspectos más melancólicos, sugerentes y amables de la música; siempre sin caer en la radiofórmula y manteniendo ese milímetro de distancia en esa delgada frontera, claro. ¿Quien no cayó rendido a los cantos del Infidels de Bob Dylan, el Tunnel of Love de Springsteen, o al Tango in the Night de Fleetwood Mac; guardando las distancias.
Sí vale, que ahora queda muy mal admitirlo y reniegas. Pero empiezas a hacerte viejo amigo!! y la llamada de la melancolía te reclama!! Ah!!

Ya sea por la necesidad que tienen las más dispares de las generaciones, de escuchar cosas que parezcan 100% ochenteras; con pedigrí y certificado. El caso es que “Lost in the Dream” nos da todo eso y mucho más. Un disco que pese a no ser esa obra maestra que algunos dicen, sigue siendo con bastantes yardas de ventaja el disco que más consensúa a chicos y grandes.
Tiene tantas ventajas como inconvenientes es ese aspecto de temas ascendentes que despegan lentamente. Con ese puntito de Soft Rock ambiental cómodo de oír. Y esa voz tan y tan familiar de Adan Granduciel, después de la deserción de Kurt Vile. Se entra fácil con “Under de Pressure”, y después de sus ocho minutos se le pueden ir a uno las ganas de escuchar el resto del disco. Si no es así y superas “Red Eyes” o “Suffering”; totalmente acertadas con el título y las más cansinas del disco para mi gusto. Puede que ya sea demasiado tarde para escapar. “An Ocean in Between the Waves” ( y entra en escena Mike Scott), “Eyes To the Wind”, o “Disappearing” te acabarán abduciendo. Y seguramente estarás inmerso de pleno, en ese sonido espiral del disco que tan contrastadas opiniones produce. Yo para mojarme diré que me gusta. Es cierto que no inventan nada y que según el momento harta por esas sensación de suspense que nunca acaba de despegar.
Pero al margen de cualquier punto de vista, me parece un trabajo valiente y muy meditado de la banda. Pocos discos de la escena “alternativa” abordan estos aspectos tan aparentemente domesticados de la música, y salen tan airosos de ellos.




12#CURTIS HARDING / SOUL POWER


Todos querían Soul, rebregarse como la hiedra que se contorsiona en busca de la luz. Y el joven Curtis Harding sabe como nadie llevar a cabo esa magia inmortalizada en canciones como “Next Time” o “Castaway”. Que tanto me recuerda a aquella deconstrucción que hizo Mark Ronson con el “You keep me hagin' On” de The Supremes y el “Stop me if you thing you've heard this one before” de los Smiths en la voz de Daniel Merriweather. Fórmula perfecta entre el sonido de Phil Spector, el Pop y el Soul más amable. Y que el muy puñetero de Curtis se sabe ahí caballo ganador.
Lo que pudiera ser un disco de Soul facilón de manual, no lo es tanto cuando nos vamos internando en los doce cortes que conforma su inteligente debut. Doce pellizcos precisos sin formulaciones extrañas, que nos llevan hacia un Soul digestivo y reconstituyente salpimentado con Funk, R & B, Rock&roll. Y porqué no, con esa tenue fragancia que hace de él, un trabajo que bebe también de los sonidos actuales, aunque siempre deudores del pasado.
Pedazos de Blues vacilón como “Drive my Car”, esos guiños de metales jamaicanos en “I need a Friend” o esa postura garajera de “I Don't wanna go home”. Hacen de complemento perfecto con “Beautiful People”; más acorde a sus colaboraciones con Cee-Lo Green. O esa pequeña joya de orfebrería guitarrística que es “Freedon”. Consiguen en conjunto un disco de elaboración exquisita que deambula infinidad de referentes de hoy y de siempre. Y que sin embargo y pese a estar jugueteando con la comercialidad, acaba por ser un disco tan exquisito como consensuado a la hora de atraer a cualquier oyente posible.
Y aprovecho de paso al poliédrico Guzz por conocernos en persona en aquel concierto de Chuck Prophet. Y conectar así gustos y sugerencias musicales. Esta es una de ellas.




11#GOLD-BEARS / DALLIANCE


Discos, hay discos del más variado pelaje: Puras razas, cruces, clones y mutaciones. De buenos, de pasables y de golosos para endulzar tragos amargos. Y cuando nos acercamos a la primera decena de discos que han marcado mi año; probablemente aquellos que lo han moldeado de verdad . Allí están relucientes y salvadores.
En este artefacto ruidoso de Pop enérgico y de vital medicina curativa, está el disco que me ha ayudado a superar uno de los años más aciagos de mi vida; enfermedad propia y pérdida de familiares muy cercanos incluida. Con él liberé presiones y amargura en mis constantes viajes al hospital. Como si fuese el precio que ha de pagar uno por haber salido de allí mismo cinco meses antes. Y en Gold Bears tuve el disco de Pop antonomásico con el que evitar caer en el come come de la cabeza.
Pop de esos de antes. De los que cada canción se debate entre la efervescencia y la melancolía de años pasados. Aquellos en los que este menospreciado género hizo de farolillo de juventud. En las canciones de Gold Bears no hay demasiada pretensión por parecer algo que no son, tampoco frivolidades. Sin embargo tienen ese algo que los diferencian de ese otro Pop más insustancial. Dan el carpetazo al Tweepop sobrecargado de ñoñería autocompasiva, y amasan Powerpop y Punk de melodías incandescentes. De fogonazos al fondo de las tripas y del alma, que tan bien supieron transmitir los primeros Wedding Present, Talulah Gosh o Another Sunny Day. Un disco que no baja ni un milímetro su intensidad, que corre veloz como si volviera a salir el sol. Canciones dibujadas con cuatro líneas, en un croquis de puro instinto: “Memo”, “From Talahassee to Gainesville”, “Her Fears” o “Chest” son toda una patada en la entrepierna. Once canciones de salvaje y ferviente POP.
 

4 comentarios:

  1. El de Bryan Ferry es que es jodidamente brutal. Y eso que siempre fui más de Eno. Su selección, como siempre, tremenda. Por cierto, ¿es ud. fan de los Stones? De ser así, le invito a que se pase por mi última entrada y participe en el debate sobre cuál es el mejor doble de todos los tiempos. Un abrazo, sir.

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  2. Si que es bueno sí Mr Palahniuk, de esos discos que pese a que lo he escuchado semanas antes de empezar a escribir la lista y tenerla cerrada, me ha hecho modificarla in extremis (una pena por el danmificado, el disco de The Well Wishers que también me gusta un montón). Pero es que este disco es instantáneo, y mira que me pasa como a ti pero en este caso de la primera época de Roxy Music.
    De los Rolling Stones o de los Stone Roses jejeje? es coña. Pues no te voy a decir que no soy fan ni que lo soy, ya soy poco fan de casi nada y seguidor de casi todo. De los Rolling Stones me gusta su primera época, la más yeyé aunque hay canciones que me encantan de ellos no te puedo decir que tenga empollados los discos de ellos salvo cosillas contadas por cuestión de principios. Pero en cualquier caso me voy a pasar por tu morada a tomar algo, reconozco que el poco tiempo que tengo lo dedico prácticamente a escuchar música y a escribir, y os tengo abandonados. Si es que no tengo remedio joder!!

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  3. Tus dos primeros párrafos con el de War on Drugs son alucinantes, me quito el sombrero. Para mí el mejor de esta nueva remesa tuya. De los otros que conozco me gustaron el de Danny que creo que lo descubrí por tí, el de Curtis y el de Thurston Moore. Creo que a este último es una lástima que todos los temas no estén a la altura de los primeros que son de una exquisitez total. Abrazo.

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    1. Ay gracias Johnny por tus piropos, con el de War on the drugs se puede debatir horas tendidas. Al final no es ponernos o no ponernos de acuerdo y hablar que es lo importante, es fácil enamorarse de este disco, aunque yo soy de los que prfieron cosas quizás más surrealistas las cosas son como son y una cosa es no perder el norte, y otra bien distinta decir que es un mojón porque le gusta a todo el mundo. Lo de Thurston M. es cierto quizás, lo primeros discos son muy bueno pero quizás por la sorpresa de que me guste tanto un disco de este tipo, ya es motivo de celebración.
      Lo demás bueno, son discos bastante fáciles para lo raro que soy yo, ojo que el de Vic Godard y el de Brian Ferry son muy buenos, más de lo que uno cree. Y a los Gold Bears no me canso de reivindicarlos, ese Pop es para mi una perdición. Pero vaya la cosa está en chafardear y descubrir cosas distintas.... FELICES FIESTUQUIS NAVIDEÑAS FIERA!!

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