jueves, 26 de enero de 2017

40 del 2016... COMEMOS VIDA BEBIENDO MÚSICA_ PARTE 3 ½




Escuchar los sonidos de la vida. Los casi silenciosos e inapreciables rumores que se escapan de la obviedad escandalosa; esa que cada día te atropella. Tiene su mismo encanto que de reto mortífero el caminar por el precipicio y cerrar los ojos.
Aflojar los brazos y torsionar el tronco para que nos rote la columna de la cabeza a los pies. Ese fijar la mirada y la atención en los acontecimientos de la naturaleza (urbana incluso). Y dejar que sea la baja frecuencia de las cosas, la que tome el protagonismo.

Dicen que con el yoga y la meditación se consigue. Pero también hay otra manera de graduar nuestros anteojos y dejar que sean las sensaciones las que nos invadan.
Con la música, con todo lo que nos da elementos sensitivos; el vino... Cada cual con su herramienta, y yo con estas dos en sano ejercicio. La lista por fin llega a su fin (no se si la adecuada, fiel o justa), pero por lo menos la que siento como mía con sus errores y aciertos. Combinarla con otro de mis placeres -el vino- uno de los ejercicios más emocionantes a los que me han animado. Y con esto solo dar gracias, no a dios, pero si a Jesús de donde sopla el cierzo, por empujarme. Y a vosotros por la atención-



10_THE MONOCHROME SET_COSMONAUT VS. FORLONG TINTILLA_2014 (D.O Vinos de la Tierra de Cádiz)


A veces, más de las que creemos, hay que mirar allí arriba. No solo para maldecir nuestras penurias, encomendarnos o intentar descifrar el tiempo. De nuestra pequeñez y el techado estelar que nos cubre, descienden visitantes terrestres que hacen vida allí arriba ¿soñadores? No se crean, a menudo están más conectados a la tierra que pisamos, que el más maldito de los materialistas; pero de distinta forma.

De los dedos de sus pies se extienden largas raíces. Unos para hacer vinos que hablan de sus madres (tierra y estrellas), y otros del origen de su naturaleza poética y extraviada.
Bid (tras sufrir un derrame cerebral), y su Set Monocromático han vuelto con la misma fuerza que la dual pareja Rocío & Alejandro. Cada uno con su música pero con la misma pasión y determinación. Idealistas los tres, románticos si se quiere, y fusionando sensaciones las que me hacen sentir, en común.

Poner a navegar Cosmonaut siendo como han sido para mi los Monochrome Set: Una banda marciana donde las haya y a la vez tan dependiente del clasicismo más cáustico. Me pone al mismo nivel de exigencia sin presiones cuando este verano me di de morros con Forlong. Porque si bien es cierto que nos manejamos en esta vida plagada de destellos vacuos y casi todo al final se convierte en casual y fruto del destino. Solo espero que el sentido desarrollado por los años me siga funcionando como hasta ahora.
Que no, que no es sabiduría ni sapiencia. Es buscar la otra verdad detrás de la primera impresión: De la música, del arte, de la literatura y los sabores (sic. and more). Eso que los hace diferentes, más verdaderos, honestos y nobles con sus virtudes y errores chulos.
Este tinto del Cádiz costero ya ni tiene D.O porque ni la necesita por más irrelevante que nos pueda parecer la de los vinos de la tierra de Cádiz (apuntaos este error). Esto ya viene pasando mucho en nuestro país, y es por así decirlo: la rebelión silenciosa de los pequeños e inconformistas viticultores: D.O, o etiquetas como las musicales, que tan solo sirven para lastrar, acotar y burocratizar el terruño y la autenticidad de “la cosa”.

El maravilloso equilibrio que ha conseguido esta pareja con su vino más emblemático: Forlong 100% Tintilla de Rota. Se me asemeja mucho a esa especie de halo Pop que domina la vuelta de Monochrome Set.
Si la sobremadurez, calidez o falta de tanino domina a veces el carácter de los tintos de Cádiz. Y con esto no hablo de defecto, sino de característica general cuando hablamos de una uva que se utilizaba antaño para dulces. Y que ha obligado ha hacer coupages con otro tipo de uvas más corpulentas.
Esta joven y alocada pareja han dado en el clavo para lograr que Forlong Tintilla sea tan descarado como elegante y a la vez complejo, sin despreciar lo goloso de sus compadres. Asoman las especias, el mineral tiznado y su esencia biodinámica, pero no pierde ni una mija de longitud, de persistencia en el paso por boca, y sobretodo de verdad. Forlong Tintilla es un vino como todos los de esta bodega que no oculta su origen y su rebeldía. Que pueden hacer que un vino fácil de entrada, te empuje a un laberinto de pequeños trabalenguas y acertijos; que te despierte el interés.
La banda de Bid también ha hecho de su buque insignia folkórico, medio western e incómodamente inclasificable. Un disco con un lirismo apabullante y sonrojante. Han puesto todo su bagaje a veces inconexo e incomprendido en un contexto que roza en inspiración a algunos discos de The Smiths; y perdonen mi atrevimiento.

Canciones que no pierden de vista su extravagante manera de entender el Pop, el New Wave y el Folk. Y que a la vez entran como un dardo disuasorio, directo al sistema nervioso. Pop instantáneo, con recovecos y barroquismos justo pero útiles, desde la primera a la última canción.
Guitarras perfectas que entran en escena a oleadas, y que tejen una atmósfera única hasta el momento. Porque amigos, todavía no ha habido en la música moderna nadie, que tenga los bemoles de intentarlos emular. Si me apuran los Hatcham Social y alguno más con la valentía de comerse un colín.
Squirrel in Hat” nos lleva al circo de los horrores, hipnótica como la noria o las “cunicas”. “Put in On the Altar” le da exotismo maracuyá al Reggea calipso blanco; premeditadamente popero. Y firman con diablura “Fêlé” en una mezcla curiosa de Scarlet's Well, Psicodelia, Monochrome y al final por vueltas que nos den. La multitud de influencias y tics que se desmigajan por su arrebatadora impronta, lo que nos queda es una imagen imperturbable de POP mayúsculo como los que ya no se hacen. Chapeau!!





09_CAR SEAT HEADREST_TEENS OF DENIAL VS. THE FLOWER AND THE BEE_2015 (D.O Ribeiro) Coto Gormariz


Podríamos habernos ido a los hermanos grandes, mirar hacia arriba y buscar la complejidad. Pero para poner sobre la mesa la unanimidad a la hora de echarle flores a Willy Toledo & Band. Con una copa de Flower & The Bee nos basta.
Un blanco de Teixadura 100%, que eleva al denostado Riberio a cotas maravillosas, con un Xosé Lois Sebio punta de lanza de este joven manicomio vitivinícola.

Es la gracia esa de no tener nada que perder cuando de entrada todo está perdido; en el buen sentido. Convencidos como estamos que la guerra mediática ya la tenemos perdida, con oportunistas y tragones siempre al rebufo dispuestos a llevarse las medallas. Da un poco lo mismo, y hasta nos sorprende que Car Seat Headrest en su nueva y flamante incursión en el mundo de la lustrosa edición, haya tenido una tan positiva aceptación.
Eso sin lugar a dudas denota una falta grande de chicha. Una desnutrición primaria total, y una falta general de errores bien explicados y entendidos. Que para perfección y boniquismo ya estaban los trajes de comunión y de domingo.
Nosotros somos tan dados a la elegancia sin excesos, como a lo de salir a comprar el pan con los rulos, la bata y las zapatillas de felpa. Vamos, para entendernos: que menos perderse por las pasarelas y más ir la meollo.

Este es el segundo disco publicado con Matador Records; con más medios, banda al uso, y con más pulimento. A sus espaldas este chaval con cara de empollón repelente ya tenía 8 releases que ahí es na. Vamos, que si ahora tiene 24 añicos, con 18 ya estaba ideando diabluras.
La cosa es que igual que Flower in the Bee se va a la esencia de Ourense para hablarte de la Teixadura en vez del laureado Albariño, y demostrarte que sencillez con grandeza no están reñidos. Car Seat Headrest también han parido un disco sin polvo ni paja, más accesible sin por ello perder su carácter primitivo. Aquel donde el error es relativo e incluso útil cuando no lo es tal, sino disonante y diferente. Un carisma si se quiere, para llevarnos a terrenos farragosos y divertidos de Poprock de guitarras asincopadas y tartamudeos preciosos.

Este blanco de entrada con volumen, chispeante y a la vez jugoso. De esos blancos que hacen salivar y te llevan de la mano a su tierra elevando su accesibilidad a un cebo donde se descubren infinidad de notas a fruta blanca, a granito, a nectarinas y a monte.
Clarividente en origen de la misma manera que aparecen Guided by Voices, Pavement, Velvet Underground o Yo La Tengo, igual que estallan con ese desparpajo Ramoniano haciendo de sus canciones, vitaminas. Y siguen apareciendo ante nuestros ojos como algo fresco, necesario, la vuelta de tuerca lógica para todo siga fluyendo.
Es ese ver con clarividencia más cosas de las que en apariencia destacan. Letras que hablan como puñales de algo más que simples rimas pegadizas: “Destroyed by Hippie Powers” es capaz de llevarte de lo agreste a lo amable cuando engarza con “(Joe Gets Kicked out of School for Using) Drugs with Friends” (una canción que por cieerto, ya tenía dos años); y hay que explicar mucho más con semejante título? Pues no. Ni sobre el título ni sobre las canciones que ya de entrada se manifiestan como algo más que guitarrazos para desmelenarse, bailar y evadirse.
Car Seat Headrest nace de las pajas mentales (alegóricas aunque igual también lícitas) desde el asiento trasero de un coche; el de los padres quizás? La intención se capta supongo, cuando las canciones de este muchacho precisan algo más que la inercia de pies y manos para entender la idea: Pildorazos de gran minutaje que como numerosas capas (de hojaldre?), se resquebrajan en nuestros dedos apareciendo cosas ricas (el relleno). O esa cosa que hace que más de tres minutos no hayan de dar por fuerza sueño. Sino toboganes de sube y baja, desmontables y canciones en definitiva de largo recorrido y numerosas escuchas. Car Seat Headrest tan solo necesitaban una plataforma o logística para hacerse una banda, pero las canciones amigos... las canciones ya estaban ahí hace 5 años. No es mágico?





08_THE MONKEES_GOOD TIMES! VS. LA CONDENADA_2013 (D.O La Rioja) Artuke


Su título suena a chufla con los tiempos que corren, pero hay que tenerlos muy bien puestos para veinte años más tarde renacer con semejante energía. Eso si no contamos que su anterior aparición ya vino precedida de otros tantos años de silencio. En realidad la mayoría conocemos a la banda Californiana por su existencia y éxitos de los 60; concretamente del 66. Como uno de los debuts con más números uno consecutivos en los EEUU por muy prefabricados que fuesen. O ese contrapeso a los Beach Boys, aun siendo maltratados por la prensa hasta tacharlos de plagiadores y falsos músicos que han cargado de por vida.
Pues bien, medio siglo más tarde; que se dice pronto. Vuelven entre la estupefacción y el: - Como narices me voy a poner yo ahora un disco de unos vejestorios por más bueno que pueda ser? Con un disco en el cual no solo esta superada la dificultad inicial de regresar con el chip cambiado y a la altura de nuestros tiempos, sino siendo también un discazo plagado de joyas Pop, ramalazos de Rythmblues e indelebles clásicos recuperados para la ocasión. Para entendernos, algo así como decir:- Que quieres saber a que pretendían sonar realmente en sus inicios bandas como Belle and Sebastian? Pues básicamente a esto amigos.


Good Times!! hace suyo de nuevo el verano eterno, la sonrisa de oreja a oreja y también claro está, la innata personalidad de la banda; que la tuvieron aun siendo apartados sin miramientos.
Es como si cogiésemos el estigma que arrastra de por vida La Rioja con su imperturbable Tempranillo. Ese esperar popular de que todos los tintos Riojanos han de ser así o asá por fuerza (marcados de madera, crianzas largas y boca ligera) y descubrir este renaciente proyecto de la bodega Artuke: Una finca condenada (como da nombre a este vino), abandonada de impenetrables y rocosos terrenos, y viñas centenarias algunas casi muertas que renace como los Monkees, y que además con un coupage inverosimil: Graciano, Garnacha y Palomino Fino.
La Condenada es un vino top fondista, de carácter pétreo y una robustez atlántica digna de un maqui. Un vino tinto casi salvaje e indómito que se pliega a un fantástico trabajo de enología y agricultura esencial, para acabar siendo al nivel de los ARTADI o CONTINOS, tintos Riojanos con mucho recorrido. Este Artuke sin embargo, siguiendo la filosofía de su básico o de su Pies Negros, son vinos cercanos que los sientes como tuyos porque recuperan el espíritu de la Vila que algunos Priorat han logrado acercarnos: Vinos del pueblo (como alimento y sustento) y para el Pueblo.

En realidad ese es el fin; dar lo que nuestras raíces crearon. El GOOD TIMES!! de los tres Monkees que quedan. Junto a la inestimable ayuda de Adam Schlesinger (Fountains of Wayne) en la producción. Y la colaboración con temas coescritos por Rivers Cuomo (Weezzer), Neil Diamond, Andy Partridge (XTC), Ben Gibbard (Death Cab of Cutie) con la maravillosa “Me and Magdalena) o hasta los mismísimos Paul Weller y Noel Gallaguer en “Birth of an accidental Hipster”.
Un disco que al margen de ser un corta y pega de antiguos y nuevos temas desclasificados con el tiempo. En resumen es un torpedo directo a la línea de flotación. Quince canciones en su edición de lujo que ponen en el sitio que les tocas viejas tonadillas. Aviva la llama del Pop sesentero que dio de mamar a infinidad de bandas de ahora, y recupera lo mejor de los Californianos: Su talento innato para facturar canciones perfectas sin fecha de caducidad. De principio a fin señores, no empeño ni desempeño. Tan solo rendirse sin remilgos a la grandeza de otros abuelos como The Sonics, que han vuelto para darnos lecciones... bueno; buenos consejos.




07_DINOSAUR JR._GIVE A GLIMPSE OF WHAT YER NOT VS. MÁIS ALÁ (Falcoeira, O Bolo, Sin D.O) Xose Lois Sebio


Para que este disco haya llegado aquí, donde está; siendo como no lo soy: un fiel seguidor del trío de Anherst. Hay un momento clave e indiscutible en el pasado año:
Estábamos recién finalizado el concierto en el auditori de Robert Forster & His Band plantados frente al escenario típico del Primavera Sound/16 tomando unas birras: Jesus Castillo y su hermano, mi fiel escudero Carlos Capdet y yo, esperando el inminente directo de DINOSAUR JR. En el megalítico escenario del otro extremo de Fórum; allí donde se han tirado abajo barrios enteros para dar cabida a la marabunta y sus amados cabezas de cartel, RADIOHEAD. Era de esas veces como tantas que se dan en el PS, donde se visualiza una línea generacional e idealista -si me lo permiten- que en otros tiempos te fue imposible, ni visualizar o tan siquiera imaginar.

Desde entonces han pasado prácticamente 25 años entre pitos y flautas. Dos más si nos remitimos a mi primer contacto con la banda de Mascis y la fiereza de su versión del Just Like Heaven de los Cure.
Pues aquella noche en palabras de mi amigo Carlos, cuando el 90% del festival estaba rendido ante la vuelta de Radiohead. Nosotros y nuestra intimidad de un puñado de descarriados. Estábamos viajando sin drogas algunas a una época mítica, de las que en tu vida significan algo especial (mis veintipocos años, las de ellos más o menos también), y sin ningún tipo de dudas aquella: la banda sonora de una época.
DINOSAUR JR. nos presentaban en exclusiva gran parte de su nuevo álbum todavía sin publicar. Pero lo más revelador de aquella noche y el placer de estar allí: sin tumultos, agobios, ni personas a las que no les importa un carajo lo que suena, pero van allí a fichar; y si se tercia a tocar lo que no suena al personal. Escuchar una tras unas las canciones de su set list, y apenas notar esa diferencia tan grande en años las unas de las otras.

No vale la pena querer explicar ya, lo que hace que una banda de guitarras tan básica y primitiva como Dinosaur Jr, esté muy por encima de estilos, bandos, o corrientes musicales. Sin saber si estás escuchando Rock con alma de Poppi, Noise enamoradizo, o Grunge pizpireto y juguetón. Lo suyo es otra liga sin duda. Y su último disco con la banda más original posible (Mascis, Barlow y Murph); lo más parecido a una vuelta a tus años mozos.
Lo han clavado oigan. Se han sacado de la manga un disco rotundo y bruto, con 11 temas que bien podrían haber compuesto hace 30 años. Me dan la oportunidad de pincharlo, y con él una tablilla de ibéricos, salazones o pinchos varios.... y solo pienso en MÁIS ALÁ. El quinto invento del loco de Xose Lois Sebio, haciendo de algo parecido al vino bastardo de un pueblo, un blanco tan elegante como extremo.
Con The Flower and The Bee nos saca de paseo por el campo. Y con MÁIS ALÁ no lleva montaña arriba por riscos, laderas y vacíos. Viajes excitantes de lamer el Xabre y el granito que se descompone laderas abajo. Y que como los Dinosaur, nos devuelven a las noches salvajes de notar lo dulce y amargo, lo amable y lo duro. Noches de aprender sin saber de la vida, cuando canciones como “I Told Everyone” o “Be Apart” te remontan a la facilidad de crecer casi sin notarlo.

Máis Alá manda al carajo tanta mandanga y adorno falso, para descubrirte si acaso, la verdad de los Vinos Galegos. Desde la Rivera Sacra, hasta los montes de O Bolo y Falcoeira. Blancos con alma extrema de clima y terreno que hablan de si mismos sin darse importancia. Tan solo pidiendo cerrar los ojos y dejarse caer hacia adelante sin miedo para sentir de lo que te hablan: Entrada ligeramente cremosa pero donde destaca ese toque montaraz de hierbas altas, de retama, briznas de ahumado o por lo menos esa conjunción indefinida de tierra húmeda, musgo, pinaza y piedra. Asoman las frutas frescas de hueso (Melocotón, Ciruelas claudias, Nectarina). Final ligeramente amargante de longitud media y toque mineral calcáreo.
Todo un “eso” que dan con la clave y el disfrute del mismísimo satanás volviéndote a bailar en privé cuando suena GIVE A GLIMPSE OF WHAT YER NOT. De verdad, si discos como este plagado de eso que llamamos “canción ideal”: “Knocket Around”, “Love Is...” o “Mirror”. Que son capaces de conjuntar tres mundos tan aparentemente antagónicos como el de Neil Young, los 90'S y el tormento lánguido de llevarnos del Hardrock al pop, o de éste al suburbio oscuro del Punk, sin apenas notar diferencias tales para no gustarnos y caer rendidos. Eso chicos, eso es casi la eternidad; así de fácil.
Ese momento clave en el que has rebasado la línea prohibida del otro mundo. Valiente!!




06_M WARD_MORE RAIN VS. CLOS LENTISCUS BLANC DE NOIRS SUMOLL (Penedés) Espumoso vinificado con uva tinta


Este espumoso de Penedés, es una bendición del cielo amigos. Otra bodega más que se desvincula de la D.O Cava (la única a la que le han obligado a perder su origen; por ley). En fin, esa serie de cosas que procrea rebeldes y más nos vale; por injustos que sean los motivos.
Soy de los que piensan que por encima de leyes, dogmas y tradiciones inquebrantables. Están los caminos propios del hombre y de la persona, que nunca han de estar por fuerza dirigidos al futuro; pues somos hijos del pasado y padres del presente, el que nos toca vivir. Así que romanticismos y filosofadas aparte, dar con este espumoso elaborado por el olvidado e indomable Sumoll de tan asombrosos resultados ya es de por si, como un chubasco en plena sequía.

Ese agua que suena crepitar sobre la superficie al arrancar el nuevo trabajo del Californiano afincado en Oregon, M. Ward. Y que se nos cala de los huesos al alma en días como este, en los que escribo como método para ahuyentar una bronquitis maligna.
Parece que con lo umbrío del día, solo un chamán haya querido que hable de este MORE RAIN letal. Disco que transmite eso mismo en cada nota de sus canciones, donde se le hace especial hincapié a las texturas, a los detalles, a las sonoridades muy de fondo, y a una impronta que a mi, me cautivó desde el minuto 0.
Es cierto que no parece de entrada un disco especialmente atractivo por algo en especial. Que no rebosa de ganchos comerciales, ni de flechazos a primera vista, ni siquiera de ese atractivo caminar que antaño cautivó con sus “Post-War” o “Old Time”. Pero mejor aun, cuando el alboroto parece haber quedado en la intimidad del fiel seguidor, M. Ward todavía cautiva y refuerza más el crujir de sus canciones; me entienden?

Ya no es cuestión de tal o cual canción. Porque si de este trabajo hay que destacar algo, es su discreción de puntillas y susurro. Un disco que se extiende como la bruma matinal lejos de las lides de la ribera. De esa que se cuela por las rendijas de las puertas y se mete en tu cama para darte los buenos días. O no es eso lo que se imagina cuando suena “Pirate Dial”?
El mismo cautivador reflejo ámbar de este espumoso atípico cuando la luz atraviesa su alma, y que lo mismo te sirve el agradecido sol en un día de invierno, o los grises plomizos de un día de perros.

Igual es solo la falta de cariño y ese quien te lo de, para torcer caderas bluseras “Time Won't Wait”; mi preferida. O volver a lo Platters y cuadernos de caligrafía Rubio para volver a aprender a enamorarse con “I'm Listening (Child's Theme)”. De cualquiera de las formas y apariciones, M. Ward tira el hilo y siempre pesca.
De esos discos que tienes miedo a volver a escuchar por entrar en modo letargo; aunque la primera vez que lo escuché, a mi me diera por bailar: “Time Won't Wait Up” es la primera culpable de radiografiar cada uno de mis viajes en coche de este 2016. Y junto a “Temptation” o ese flotante recuerdo de los mejores Wilco de Summerteeth cuando suena sin fin “Girl from Conejo Valley”. Igual que el perfume de manzanas al horno, a cabello de ángel y a pastelería al hundir mi nariz dentro de mi copa, viendo que al entrar en boca es sápido y límpido de burbuja milimétrica. Y cambiar el registro con “Slow Driving Man” o “Confession”. Porque More Rain modula cruelmente lo estados de ánimo como nadie.
Podría morirme colgado de una hamaca escuchando este disco y dando sorbos de Sumoll confitado; en serio. Oliendo, intentando descifrar ese toque final de fondo que acompaña más a una sensación que a una percepción real. Con los discos también pasa, y no es cuestión de una canción concreta, sonido o estilo, no. Es más de un fondo -como digo yo- ese lienzo con filtro de color, la hora del día... no se.

1 comentario:

  1. Aquí ya hemos entrado en la parte caliente. Pensaba que aún pondrías más arriba a Car Seat Headrest y a los Dinosaur. Abrazos.

    ResponderEliminar