jueves, 29 de mayo de 2014

TERRÍCOLA _ 2011: Y EL BRILLO DEL MEMBRILLO




Ediciones Limitadas BCN
D.O Montsant
Uvas: Garnacha, Samsó, Syrah, Cabernet Sauvignon
Viñas de 20 a 50 años
Terrenos: Pizarra, Calcáreo y Arcilla
Fermentación en Inox. y crianza de 9 meses en roble Americano y Francés
Vendimia tardía a mediados de Septiembre y finales de Octubre
Volumen Alcohólico: 14%
Precio aprox.: 10 a 12 euros




Volviendo sobre mis pasos a las puertas de un mes de aniversario. Y cuando apenas si hay motivos para celebrar, ni tan siquiera algún atisbo de brillo inspirador. Son los pequeños detalles de nuestro sino de depredador natural y de hambrientos insaciables, los que nos obligan a aventurarnos en busca del estímulo lenitivo que nos haga volver a sentir vivos. Ese acto si se quiere egoísta, pero que hace posibles nuevos escenarios: y no me refiero a volver del revés nuestro universo personal, si no a reubicarse para buscar otros brillos, otros matices, otras percepciones en definitiva.
La mayoría de las veces recurrimos a recrear el pasado, a alabarlo e incluso en ocasiones lo proclamamos como un pensamiento único. Pero no hay nada como desbrozar senderos en desuso y aguijonear esa apatía por la aventura, con imaginación .
Esto es válido para cualquiera de nuestras más devotas costumbres, pero en este caso me refiero al vino en concreto, y en general a mi limitada jurisprudencia rutinaria: Esos itinerarios a los que me somete mi baja laboral y que hacen del día a día una especie de suplicio, sin más remedio que tirar de imaginación y rebeldía.


Por lo general no es que mi vida fuese la alegría de la huerta en lo que se refiere al disfrute de aventuras; y no voy a contaros mis penurias ni mis concisas tribulaciones. Pero por lo menos los brillos resplandecían antes; aunque fuese a fuerza de “dar cera, pulir cera”. Por probar he probado de todo, que bien lo sabe el dios de las alturas:
Cambiando travesías que se repiten una y otra vez. Escogiendo al azar los cd's que atiborran de datos la guantera de mi coche; en un intento de descartar rayados y variar mi dieta musical. Hasta intentado sembrar mi afición a la lectura en barbecho, y desenterrar aficiones en desuso: (hacer doble nudo en zapatillas, volver a ponerme camisetas de juventud con olor a humedad, comer Shitake de forma compulsiva, y hasta entablar conversaciones con desconocidos). Los paseos por la calle hacia mi recuperación o hacia cualquier destino, siempre inciertos, dubitativos. Dando rodeos para ir a los mismos sitios de siempre, y con la incomoda sensación de que la gente te observa y te siente translúcido; con esa apariencia de duda, de sentirte perdido y de estar ahí cuando no debieras.
Y sí, lo admito, puede que sea un signo de inmadurez con un cierto grado de imbecilidad bochornosa. Pero otros lo hacen suyo egoistamente y lo sufren en la intimidad como las almorranas; yo por lo menos lo confieso, admito, y... lo comparto (eso también). Hacer además estas cosas, más dignas de un verdadero esquizoide que de un hombre de bien, tiene sus pequeñas glorias. Y es que en ese pasar inadvertido y buscar los brillos entre la gente, a golpe de esquina, y en el tiralíneas de las calles de tu aldea, uno se da cuenta de cosas que habían pasado inadvertidas todo este tiempo (y esto también tiene delito). Apunto y anoto siguiendo un rito escrupuloso:
Me levanto, me visto y bajo a comprar el pan a la ocho en punto. Reparo en la desbandada de testigos de Jehová que pasean a esa hora por mi calle, todas féminas, en pareja (como los guardia civiles); quiero imaginar que en tiempo de crisis buscan pobres de espíritu. Llevo a mis tiernos mancebos al cole, observo a las madres mientras sorteo las cagadas de perro. Tiempo justo para desayunar y encaminarme hacia mi rutinaria rehabilitación, una vez allí analizo escrupulosamente al personal (entablo conversaciones para parecer normal). Y de camino a casa circunvalo dando un rodeo sin sentido, con la sola excusa de pasear por calles por las que nunca lo había hecho (por variar vamos).
Vuelvo a reparar en la cantidad de tiendas, llámese gourmet, delicatessen, o sabe dios como denominar a negocios con apariencia de cualquier cosa menos para lo que han sido concebidos: Bares con apariencia de peluquerías, bazares chinos que parecen tiendas de moda, peluquerías que se asemejan a tiendas de discos, restaurantes minimalistas que parecen casas de citas, y tiendas de vinos que parecen haber seleccionado las botellas más para decorar, que para cualquier otro menester. Y voalá, allí estaba ella.


Ocultando con rubor su atractivo no sin cierta austeridad, y rodeada de un sinfín de socorridas botellas, allí estaba el brillo, rutilante en la esbeltez de su botella. Podría ser uno de tantos Montsant, y aprovecho para denunciar el exceso ante no digo yo que no #¿avalancha de vinos de precios medios, que no son más que clónicos entre si?
Es cierto!! en esto de las fluctuaciones de la demanda y de ésta a la moda abrumadora, no hay más que un paso. Del que uno solo puede salir airoso a base de pericia HérculesPoirotesca; toma exabrupto!! Pero es que no puedo evitar el envite de curiosear en las tripas de estos “nuevos” comercios; incorregible como soy y a sabiendas que su proliferación obedece más a un llamativo frontispicio, que a la verdadera vocación aventurera de sus comerciantes.
Se que no siempre es así, pero en la mayoría de los casos son más las botellas de Riojas jóvenes y atractivos de 4 euros, y los vinos de Rueda tan de moda ahora: joviales, florales y femeninos que buscan el típico comprador sin apenas profundizar en los pequeños productores con terruño. Con lo que acojo estas novedosas iniciativas con cierta prudencia y desconfianza.
Por suerte no siempre es así. Y entre esa legión de vidriosos envases con diseños modernos, nombres recurrentes, y etiquetados atractivos, no por fuerza se han de hallar la mayoría de las veces caldos para tragar. Una artimaña demasiado extendida, para parecer lo que no se es y convertir así el brillo en deslumbre.
TERRÍCOLA es uno de esos casos anómalos, sin ser por ello un vino excepcional y jugar en esa liga controvertida del secretismo. Pero pese a no desvelar los porcentajes de cada uva que conforman su complejo cupatge, y soterrar clamorosamente las virtudes de sus cuatro perlas negras con una sobremaduración quizás desmesurada. Sigue sobresaliendo con una sorprendente identidad, por su provocador precio y sobre todo por como se desmarca de la inconfundible impronta de esta subzona del Priorat.

Empezando con ese intenso color picota y lo que nos sugiere: Intensidad, caramelo, profundidad... La capa alta y la densa lágrima que decora nuestra copa. En nariz es disparatado con ese primer golpe a resina a pegamento, que para muchos es un desagradable inconveniente, a mi sin embargo me espolea a pesquisar. Se desvanece el alcohol con una volatilidad inusual y aunque se hace más presente ese tufo a pegamento, comienzan a aparecer las ligeras notas a verdura asada, la madurez, los geranios, y el verdor bastante más agradable de los pimientos junto a los trigueros . Se intuye su identidad mineral aunque muy lejana: basalto, pizarra, grafito quizás.
Su entrada en boca sin embargo destaca por esa maduración excesiva que pese a ser agradable y sedosa, empacha ligeramente; puede recordar remotamente a los Amarone o a L'embruix de Can Llach. Boca amplia con unos taninos casi imperceptibles, con un postgusto agradable con toques florales y de mineral. Y un final largo entre lo balsámico y lo amargo del Cabernet.

Un vino curioso que apunta longitud, aunque con el paso de los días decayó un poco acusando esa sobrecarga de madurez y esa remembranza química de su pegamentoso aroma. Y del que valoro sobre todas sus discutibles cualidades, el factor de la sorpresa y del riesgo. Que hace que las aventuras por avivar la llama de la sorpresas derriben de tanto en tanto el orden establecido de las cosas.
Uno por suerte no sabe nunca a ciencia cierta si la razón está de su lado, o si todo debe ser así o asá. Para eso y todo lo demás está el subconsciente instintivo, ese sexto sentido que rompe con las ideas preconcebidas y que nos moldea con naturalidad cuando no seguimos preceptos y doctrina alguna. Y lo necesario que de vez en cuando dejemos de sacarle brillo a nuestro orden de preferencias, para buscarlo allí donde sea y expandir así nuestro espíritu; la conquista de nuevos territorios, como se suele decir.


SALUD!!

jueves, 22 de mayo de 2014

ROSA MONTERO_ LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE




Se que las palabras se las lleva el viento y que la ligereza con la que algunos se empeñan en mostrar sus debilidades, no es más que eso: Fanfarronadas del que eleva el tópico a los altares de la cultura popular. Supone él y pienso yo, que cuando lo jalea su enfervorizado séquito de ignorantes licenciados, le dan la licencia patriarcal de la sabiduría. Pobre Cañete y políticos de labia concupiscente, que en su afán por llamar la atención como niños malcriados, no hacen más que reafirmar su condición de cerriles becerros.
De las farolas, postes y semáforos cuelgan estos días caretos de jokers perniciosos a doquier; son como esa especie de pesadilla de la que uno no sabe nunca si va ha despertar. Se balancean con el aire, se empeñan con tesón e insistencia en reventar presupuestos con cartas, panfletos, y fanfarrias. Y mientras en los colegios y hospitales; de donde deberían salir los sabios vocacionales y los remendados peones, se echan a suerte el susto o muerte a los chinos. Que puta paradoja es ésta la vida que nos ha tocado en suerte vivir!!
Son ese tipo de casualidades que relata la escritora Rosa Montero en su libro, y que parece uno encontrarse cuando hace la ronda nocturna nuestra anarquista mente. Esa clase de actos inconscientes que acometemos con la arbitrariedad del día a día, y que nos abocan al infierno o al paraíso según las circunstancias. Y sobretodo esa duda constante en la veracidad de nuestras creencias o descreencias: ¿Será el destino ese al que yo desprecio? ¿O nuestro instinto animal que nos encamina por puro morbo?



 

Este pequeño receso literario que regalé a mi pareja el Sant Jordi de 2013, y que he escogido al azar estos días para amenizar la espera de mis hijos en la piscina. Desenterrando como otros muchos placeres olvidados, estos meses de Ave Fenix; el de la lectura resulta aun más revitalizante que el de la música incluso, y como la semilla que me hizo encontrar el gusto por escribir.
Parece haber sido elegido éste, por el más maquiavélico de los subconscientes; sin pretensión, intención ni el más abominable de los masoquismos. Así de buenas a primeras y con ese maldito y enfermizo poder asociativo que tiene nuestra traidora cabeza. Sin poder evitar el camino que cogen nuestras divagaciones. Y descendiendo al averno para vivir en primera persona la lucha interna de sentimientos y voluntad. He devorado sus 230 páginas entre el olor a hipocloríto, el vapor insoportable, y las conversaciones surrelistas de los infantes.
Tan fácil y adictivo que no llegaré a saber con certeza si la velocidad de la lectura era fruto de esa prosa tan despreocupada y caníbal de la que hace gala esta Madrileña sexagenaria; que por cierto cualquiera lo diría por la viveza de su léxica. O era esa angustia apremiante cuando lees algo tan presente en tu vida, que lo quieres consumar de un plumazo.

Después resulta que este libro tan aleccionador para ministros prepotentes como para pirómanos de la cultura; que tanto me soliviantó. Tiene también una lección propia con la que espantar esa palabra prohibida que te acosa #La muerte. Ese cara a cara con el malditismo que circunda mis propias vivencias y las de quienes te rodean. Y que no se si te hace más fuerte, o por lo menos te proporciona el valor suficiente para digerirlas; pues las circunstancias de la vida/muerte, a veces te doblegan, te tambalean y te hacen dudar.
En La Ridícula idea de no volver a verte/2013; catorceava novela de esta despierta escritora. Rosa utiliza las vida en muerte de Marie Curie (María Salomea Sklodowska-Curie 1867/1934) para ejercer una especie de redención propia sobre la pérdida de su propia pareja. De entrada es inevitable pensar que la novela en cuestión es una historia triste no exenta de cierto masoquismo.
Sin embargo y como ella cuenta en el interior de sus páginas, es un camino a recorrer vital:
Hace muchos años, el periodista Iñaki Gabilondo me dijo en una entrevista que la muerte de su primera mujer, que falleció muy joven y de cáncer, había sido muy dura, sí, pero también lo más trascendental que le había ocurrido. Sus palabras me impresionaron: de echo, las recuerdo aún, aunque tengo una confusa memoria de mosquito. Entonces creí comprender bien lo que quería decir: pero después de experimentarlo lo he entendido mejor. No todo es horrible en la muerte, aunque parezca mentira (me asombro al escucharme decir esto).
Pero éste no es un libro sobre la muerte. En realidad no sé bien qué es, o que será.

No, desde luego. Por mucho que su dolor detone la historia, y sea el accidente de Pierre Curie y su paralelismo junto a la emocionante historia de la científica, los que desencadenen el torbellino de la historia. La novela sobrevive a la desgracia y al desaliento como lo que es: Una apasionante y estimulante historia sobre el amor, la ultrajada CIENCIA, y la lucha fratricida de la figura de la mujer en la sociedad; con todos sus parasitarios prejuicios.
Una novela que en su disección sobre una Marie más íntima, frágil y delicada, pone a prueba muchas de las suposiciones de la escritora y del mismo lector. Un libro repleto de una feminidad tan orgánica, como el llanto que reivindica a la primera y de las pocas mujeres que recibieron por dos veces el premio Nobel de Física. Y más tarde el de su hija mayor Irène en el campo de la Química por sus estudios sobre la creación de energía nuclear. Y donde se reivindica con una naturalidad tan ingeniosa como honesta la figura de una activista nata, de la que se sirve la misma literata para exorcizar sus dudas existenciales. En ese trayecto de giros y apuntes constantes, por los que cabalgan las dualidades de las dos protagonistas # Escritora y Científica. Se descubren una sinnúmero de sinergias entre, (personaje, narrador, y lector).
Y en ese tremendo espíritu de sacrificio de la científica, es donde parece asirse con fuerza Rosa Montero, para escupir su propios demonios; con determinación y rabia, pero también con una enorme ternura.

Y para acabar con esta recomendación literaria, a sabiendas de que no todo gira entorno a las amargas diabluras que nos acechan, a escritora y al que rubrica. Quisiera animaros a esta adictiva lectura, como una oportunidad imperdible para descubrir la excitante y poco divulgada historia de esta luchadora nata. Y la de tantas otras, que fueron silenciadas en una sociedad excesivamente patriarcal; y con la que por desgracia todavía coexistimos. Un viaje excitante repleto de detalles cotidianos de una época olvidada y oscura, que mantiene desgraciadamente muchas semejanzas con demasiados hábitos de la actualidad. Y que Rosa Montero acomete desde la máxima renuncia.
Una excelente novela que deambula entre lo autobiográfico, atiza sentimientos tan dolorosos como bellos, hace cómplice al lector por su ferviente y redentora sinceridad. Nos abre los secretos más íntimos de las relaciones entre hombres y mujeres, nos vacuna contra la ignorancia. Y nos instruye sobre la verdadera libertad de espíritu.
Allí donde la cultura es el auténtico y esencial antídoto contra la intransigencia y la debilidad, la mayor de nuestras virtudes.

sábado, 17 de mayo de 2014

AMBULANCE LTD_ 2004: DE JUSTOS Y PECADORES




Como aquel dicho de “escribir un libro,tener un hijo, plantar un árbol”, lo cual yo no cambio por el lema “un buen vino, una buena película y una gran disco”; salvo en el caso de respetar y no alterar el guión de la corriente de la vida. Prefiero un buen tiento de savia y caer en los placeres de la misma #Vida, que dejar en manos de los proverbios de Alá los designios de mi existencia. Asumiendo con displicencia el acto, como una de mis numerosas artimañas para sojuzgar esta indolente y cruel vida, que nos zancadillea sin miramientos.
Cuando hace ya casi cinco meses que salí del hospital, dispuesto a tomar una buena bocanada de aire y redecorar esa misma vida; tal y como sugiere esa famosa secta Escandinava que todos conocemos. ¿O me van ha decir que esos retratos de sonrisas extenuantes no se asemejan a los de una secta? Pues eso, pusimos patas arriba el pisito; es así como se llama a 70mts cuadrados ¿no?:
Me exiliaron de esa mal llamada “habitación del ordenador” donde se amontonan (vinilos, libros, cassettes, polvo, y bajo el polvo recuerdos). Cambiemos muebles, monitor, color de las paredes, terrazo por madera, también el comedor (muebles incluidos), ese tan amado y maltratado viejo sofá... Y vuelta a acomodar esos recuerdos dormidos bajo el polvo: Posters, recortes de revistas, flyers, viejos carteles de sesiones... y mi amada música. 
 
Por suerte, ese tipo de giros que uno quiere dar a su humilde morada, y que vas aplazando constantemente por ese terror a remover todo lo que has acumulado durante catorce años, tiene su parte positiva. Simplemente es cuestión de cerrar los ojos y acometer los cambios como necesarios, y aprovechar para reordenar cacharros, cachivaches, y enseres obsoletos. Justo ahí, es cuando haces uno de los ejercicios más sanos posibles de todo cuarentón melómano: Volver a repasar uno a uno tus vinilos; aprovechando que 8 años después tu giradiscos vuelve a tener el espacio que le habían robado tus tiernos angelitos. Recolocar cada uno de tus cedeses; de cuando no existían ni pendrives ni leches de discos duros. E incluso sacarles brillo y certificar en el color a óxido de la esponjilla de tus cassettes, las miles de veces que los pusiste; cerca de los 90 que aun conservo.
Son los seiscientos vinilos y setecientos y pico cedés que al colocarlos con dedicación en cada uno de sus estantes, vuelven a remembrar mi memoria musical. Envases de canciones y artistas que en muchos casos no ocuparon ningún ranking musical. Algunos incluso desprovistos de cualquier tipo de dato o información en esta telaraña de la información que es internet. Y que han pasado a formar ese vacío existencial, donde la vileza del tiempo cercena cualquier testimonio de su humilde grandeza.


No es el caso de esta banda de Harlen a la cual el bien entrado cambio de milenio tuvo la cortesía de recordar. AMBULANCE LTD tuvieron la suerte de trascender con la ligereza de cinco emocionados jóvenes, que pretendían ocupar su sitio en una época de ruletas rusas. Aunque su existencia fuera tan fugaz e intrascendente como grande fuera su legado #Un disco, un Ep, y un puñado de demos que jamás se publicaron.
Uno de esos olvidos que se agazaparon durante años, entre el encorsetado de esas baldas atestadas de recuerdos, y que la memoria algo maltrecha por la edad, arrincona con el contradictorio sentimiento #Rabia con sigo mismo por olvidar, felicidad por la causa/efecto. Aunque al final prevalezca el echo de volver a recuperar a esas bandas del limbo patriarcal.
Es posible que para aquellos que han nacido y crecido a un Mp3 pegados, este hecho les resulte una pura consecuencia de la vejez; y no los culpo. Quizás tengan razón, puede que con la edad necesitemos estar asociados a algo tangible, físico, material... y cuanto más grande y voluptuoso sea, más grande sea nuestra sensación de identidad. Pero lo que es claramente axiomático en este caso, es la sensación de felicidad y placer absoluto por restablecer la importancia de aquello que perdiste: El equilibrio entre lo trascendente e intrascendente, el verdadero significado de relevancia, e incluso esa duda que reina sobre lo que verdaderamente es digno de ser catalogado como “obra maestra”, y la incontestable importancia de las “obras menores

La carrera de AMBULANCE LTD puede estar seguramente entre las segundas. Y no por eso deja de ser un disco majestuoso y balsámico a mi entender; un puñado de canciones que merecen ser escuchadas por todos pese a no inventar nada nuevo.
Su diminuta historia duró tan solo cuatro o cinco años. En ese tiempo tan solo publicaron un álbum póstumo, y dos fabulosos 7” con dos temas nuevos, una versión de Pink Floyd y varias demos. Su sello TVT Records quebró, y ahí se quedó su legado y un puñado de bocetos que jamás pudieron publicarse debido al contencioso con la multinacional Universal; quien absorbió a Tvt, y no estaba dispuesta a contratarlos. Una de tantas carreras quebradas en lo insuficiente, paradigmático, y universal de la palabra Rock; como un término que alguien acabó por desacreditar. Ahora todo parece cualquier cosa menos Rock, puede ser Shoegaze, Noise, Psicodelia, PostRock, experimental... pero nunca Rock; ya saben, esa manía de la exactitud o de lo indeterminado por pura intuición.
Son ese tipo de cosas en las que a veces creatividad e industria parecen estar peleadas. Un paradigma por descifrar en el que parecen haber una serie de pernadas que pagar por estar en la cresta de la ola, o cavando tu propia zanja. Y donde por lo general tiene más que ver con estar asociado a alguna tendencia, que a la calidad de la banda/artista/estilo/ o género concreto.
Como podréis imaginar, estos chicos de los suburbios neoyorkinos no estaban por la labor de seguir las corrientes existentes. Y pese a que facturaron un puñado de canciones envidiables, tuvieron la mala suerte de situarse en un terreno tan amplio e inconcreto como incomprensible por la crítica.

Pero lo que tengo muy claro, después de tanto teorizar sobre el qué de los actos y la injusticia del binomio música/fama. Es que volver a exhumar trayectorias y trabajos tan sucintos como fabulosos, acaba siendo tan embriagador como el perfume que desprenden los Cinamomos de mi barriada: Una fragancia extenuante, que inunda las noches primaverales con el frescor de la brisa noctámbula. Estas dos joyas tienen mucho de eso; balsámicas, serenas, y delicadas. De apariencia sencilla y sutil, pero repletas de preciosos detalles.
Desde la instrumental que abre su obra “Yoga Means Union” con aires de PostRock solemne, hasta la más inocente de sus singles “Heavy Lifting” o “Stay where you are”; probablemente los menos representativos de su jugosa oferta. Ambiciones comerciales que no hicieron justicia a ese arte de no estar en ningún sitio ni del lado de los ganadores. Ambulance Ltd atesoraba quizás una virtud incluso desconocida para ellos mismos: El saber catalizar con una madurez impropia de debutantes, una baraja de influencias bien digeridas. Y es ahí cuando emerge esa extraordinaria manera de deglutir a tótems como Velvet Underground, los Beatles más Harrinsonianos, a Jeff Lynne, The Zombies... y barnizarlo con una contemporaneidad más dulce y accesible.
Para dejarse atrapar por su tímido encanto tan solo basta con echarle un ojo a tres de sus gemas: “Arbuckle” de su definitivo Ep , que fue la que me marcó el camino; un arrullo donde Jazz, Soul se funden como aperitivo. “Primitive (The way a treat you)” con ese Rithamblues psicodélico tan Velvetiano como Lunático o “Michigan”, donde Luna y Wilco se amalgaman. Descubriendo a una joven banda que pese a no disimular sus influencias, hace gala de un buen gusto exquisito para crear un universo propio, tan desacomplejado como espectral.
La desembocadura del disco nos deja algunos de los más bellos pasajes. La hipnótica “Stay Tuned”, la quebradiza “Young Urban” o el despegue de “Swim”. Todas ellas con un denominador común. Un sonido tremendamente adictivo, envolvente y curativo. Un sonido tan bien ejecutado él, que acaba entrando tan bien como un sedoso trago maduro disfrazado de arrebatadora juventud. Tan bien lo hicieron estos chicos, que hasta las dos versiones que se permitieron grabar suenan como los propios ángeles: El “Organ” de The Velvet Underground bastante más pulcra y juvenil, o el “Fearless” de Pink Floyd a quien le dan unos toques acústicos que van desde los Shins, hasta The Days of the News.
Hasta para los más valientes y avezados hay mucho grano que trillar en las 26 demos que andan perdidas por la red sin sello que las publique. Aquí se pueden deslumbrar a golpe de batea con algunos prometedores bocetos, que dan una idea de lo que podría haber sido de este cuarteto, si la suerte les hubiese acompañado con la estéril producción de John Cale: “Inferno”, “Focus”, “Dancing through a Eulogy”, “Ladyfingers”, y alguna versión de T Rex.
Es cierto que AMBULANCE LTD no nos descubrieron nada que ya no estuviera ahí. Pero en muchas ocasiones no se trata de inventar nada nuevo, pues está casi todo inventado. Y la música es una pescadilla que se muerde la cola y que gira en un círculo vicioso, donde la mala memoria, las modas, y las mareas que bajan y suben, descubren tan solo una ínfima parte de los tesoros perdidos.
Y... resulta tan emocionante que el solo echo de imaginarlo, me hace sollozar.