Nacionalidad:
Franco/Georgiana
Director: Géla Babluani
Año:2005
Género: Suspense/Drama
psicológico
Metraje: 95 minutos
Música: East
Troublemakers
Reparto: George Babluani,
Pascal Bongard, Aurélien Recoing, Fred Ulysse, Nicolas Pignon, Vania
Villers. Didier Ferrari, Pierre Blérau... ínclito
Es por las
pequeñas oberturas del calado de la persiana por donde se cuelan las
primeras luminosidades de la mañana. Un aliento de frescor, el rumor
de las cotorras... y su silueta. Esa estirpe, la que da forma a su
cuerpo y lo contornea para el gusto de mi borrosa mirada desde la
cama. Esa suerte de aroma natural de su cuerpo, la tersura de su piel
sin potingues ni ungüentos, y la calidez de su estampa de la que
gozo cada mañana cuando ella se levanta instantes antes que yo;
excepcionalmente y como un pequeño triunfo sobre mis enterrados
madrugones.
Y así con
esa extraña y vaga similitud, intento equilibrar en la balanza de
mis entretelas, amores carnales, espirituales y suculentos manjares
que me vigorizan el alma: EL CINE, con la mayúscula grandiosidad
con la que nos produce inéditas sensaciones, personificado en la
mayestática naturalidad de la mujer con la que compartimos vida. Así
es como lo quiero, sin perfumes, coloretes ni carmesí.
De la misma
forma que nos enseñaron a amar los ínclitos A. Hitchcock, F.
Fellini, F. Truffaut, o T. Richardson cuando el lenguaje del cine
Low Cost dedicaba la inspiración al arte de filmar. A convertir la
cámara en una extensión de la imaginación y del globo acular, y
plasmarlo jugueteando con nuestro subconsciente.13 TZAMETI, cinta de
debut del director Francés de origen Georgiano Géla Babluani. Es
una de esas tan escasas joyas de director total, donde el arte de
filmar cobra una de sus máximas expresiones. Un film que pasó de
puntillas hace nueve años y que logra con un presupuesto esmirriado,
lo que otros malgastan con tácticas disuasorias y cargan las tintas
con malabarismos argumentales rebuscados.
Aquí sin
embargo no hay trampa ni cartón, y mucho arte al manejar cámara,
dominar el ritmo, y transmitir sensaciones angustiosas a base de
capturar y domar nuestro subconsciente.
Sébastien
es un joven albañil de familia humilde, que se gana la vida
reparando cubiertas y tejados; en este caso la de una misteriosa
pareja asfixiada por la adicción a la Morfina de su propietario,
Jean-François. Que espera la llegada de una carta, para acometer
una no menos misteriosa empresa con la que ganar mucho dinero. La
llegada de la esperada carta y la muerte por sobredosis del turbio
sujeto, en medio de un circunstancial caos fruto de la obras y de la
asfixiante situación del joven. Hace que el documento caiga en manos
del joven, y éste decida en una acción desesperada suplantar al
tipo y aventurarse a recuperar el dinero invertido en la fracasada
obra.
En ese
instante Sébastien se verá inmerso en un misterioso y desconocido
periplo, que lo llevará a debatirse en una de las situaciones más
brutales y truculentas, jamás imaginada en su vida.
Pocos son
los directores noveles que muestran en la actualidad el pulso y la
firmeza a la hora de plasmar sus ideas, que demostró Géla Babluani
en ésta, su ópera prima. Una historia actual a la que el sincero
blanco y negro de sus fotogramas, nos transporta de lleno a los
ambientes policiacos del cine Francés de los 50. Y donde el ritmo y
la cadencia, junto a unos planos rebosantes de expresión, dotan de
una tensión y una desolación sin igual los noventa minutos (que se
hacen cortos), de esta conceptual y genial película. Además
consigue hacerla hipnótica, inquietante y cruel sin hacer uso de los
típicos recursos: ni violencia, ni sangre. Tan solo utilizar la
cámara como se debe, buscar ese miedo velado a los designios y
rodear todo ello, de la insensibilidad frívola de nuestros días.
Hacía mucho
tiempo que no disfrutaba tanto con la absoluta honestidad de un
director capaz de sintetizar tanto con tan poco. Toda una lección de
cabalista ultrasensorial, para los que gozamos de la simpleza de
ideas y de un buen manantial rebosante de sensaciones. Es más,
podría asegurar que tratándose de lo que se trata, sobran en su
mayoría las líneas descriptivas que me preceden. Al fin y al cabo,
es una película para disfrutarla con las mismas dudas y enigmas que
la hacen grande. Y sí, en esto le doy la razón VALE MÁS UNA IMAGEN
QUE MIL PALABRAS.
PD. En la red podréis encontrar versiones de mayor calidad subtituladas. Si no lográis dar con ellas me lo comentáis.